162  Correr hacia la senda de la luz

I

En el mundo, hay demonios desenfrenados y enorme miseria;

la malvada humanidad se resiste con locura a Dios.

La gente vive en la oscuridad y lucha con dolor.

¿Dónde está la senda de la luz en la vida?

El reino de los diablos es tenebroso y aterrador;

impiden a la gente creer en Dios, e incluso la arrestan y persiguen.

Con tantos informantes que controlan y vigilan,

es imposible reunirse para alabar a Dios.

Muchos cristianos se han visto obligados a huir;

a muchos los han perseguido hasta la muerte.

El lugar donde reinan los diablos es el infierno en la tierra;

seguir a Dios implica estar dispuesto a arriesgar la vida.

Al ver con claridad el rostro diabólico de Satanás,

renuncio a él y sigo a Dios con voluntad de hierro.

Al leer las palabras de Dios entiendo muchas verdades,

correré hacia la senda de la luz sin dudarlo.


II

Dios se ha hecho carne para expresar la verdad

y da al hombre el camino de la vida eterna.

Acepto el camino verdadero y propago el evangelio del reino,

pero sufro la persecución y el acoso del PCCh.

Suelo orar en la tribulación, y las palabras de Dios me dan fe y fortaleza.

Hasta Dios soporta una gran humillación al salvarnos,

así que es natural que sufra un poco en mi deber.

Los seres creados deben esforzarse por Dios;

cumplir el deber y someterse a Él es lo que corresponde.

Por muchos peligros y tribulaciones que haya por delante,

quiero someterme a la orquestación y el arreglo de Dios.

Mediante el juicio y el castigo de Dios, veo que Su carácter es santo y justo.

Convencido de que Cristo es el camino de la vida eterna,

correré hacia la senda de la luz sin dudarlo.

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