242 ¡Cuánto he disfrutado del amor de Dios!
I
Soy un ser humano corrupto, lleno de actitudes satánicas.
El juicio y el desenmascaramiento de las palabras de Dios me avergüenzan.
Veo mi profunda corrupción, casi sin semejanza humana;
carezco por completo de la realidad-verdad y todo esto aflige mi corazón.
Con el corazón angustiado, lloro en secreto. ¿Por qué no puedo complacer a Dios?
Al ver que Dios anhela que me arrepienta,
ya no me siento desanimado ni decepcionado.
Su amor me hace doler el corazón y que me corran las lágrimas como la lluvia.
Su amor ha conquistado mi corazón y me ha hecho amarlo desde hoy en adelante.
He ganado la verdad al seguirlo; solo Dios es el más hermoso.
II
Al pasar por el juicio de las palabras de Dios,
veo con claridad la verdad de mi corrupción.
Carezco de humanidad y razón,
pero sigo siendo arrogante, engreído y sentencioso.
No vivo más que actitudes satánicas,
pero sigo creyendo que tengo buena humanidad.
Veo mi profunda corrupción y necesito que Dios me purifique y me salve.
Cada palabra del juicio de Dios desenmascara el origen de mi corrupción.
Abrumado por el remordimiento, me postro y contemplo la justicia de Dios.
El juicio y la purificación de la corrupta humanidad
son realmente el amor de Dios.
Vivir hoy ante Dios se debe solo a Su salvación.
Recibo la gracia de la salvación de Dios y mi amor por Él se vuelve más puro.
III
Aunque estoy en medio de las pruebas, mi corazón aún siente el amor de Dios.
En el refinamiento, Sus palabras me consuelan y sé que me está perfeccionando.
Recibir la purificación y la salvación de Dios es verdaderamente Su gracia.
Veo que Su juicio y castigo contienen Su verdadero amor.
Siento alegría al poder amar a Dios y no puedo contener mis alabanzas.
El amor de Dios es tan grande, verdadero y hermoso, y es un gozo sin igual.
Ahora mi corazón pertenece por completo a Dios;
lo exaltaré y daré testimonio de Él por siempre.
Estoy dispuesto a amar a Dios por el resto de mis días
y dejaré que Él gane mi amor.
Dios me ha dado mucho amor; lo amaré por toda la eternidad.