536 Quienes provocan el carácter de Dios deben ser castigados
I
Dios no participa en las políticas del hombre, pero Él controla el porvenir de cada país y de cada nación, Él controla este mundo y todo el universo. El porvenir de la especie humana y el plan de Dios están íntimamente relacionados, y ninguna persona, país o nación puede escapar a la soberanía de Dios. Si el hombre desea conocer su porvenir, debe acudir ante Dios. Él hará prosperar a los que le siguen y adoran y traerá decadencia y extinción a los que se le resisten y lo rechazan.
II
Recuerda la escena bíblica en la que Dios lanzó la destrucción sobre Sodoma y piensa también cómo la esposa de Lot acabó siendo una estatua de sal. Piensa en cómo el pueblo de Nínive se arrepintió de sus pecados y los confesó en cilicio y cenizas. Recuerda qué final tuvieron los judíos después de que clavasen a Jesús en la cruz hace 2000 años; los expulsaron de Israel y huyeron a países alrededor del mundo, muchos fueron asesinados y todo el pueblo judío se vio sometido al dolor sin precedentes de la aniquilación de su nación.
III
Habían crucificado a Dios —cometieron un pecado atroz— y provocaron Su carácter. Se les hizo pagar por lo que hicieron y se les hizo cargar con todas las consecuencias de sus actos. Condenaron a Dios, lo rechazaron y, por tanto, solo tenían un sino: ser castigados por Dios. Esta fue la amarga consecuencia y el desastre en los que sus gobernantes sumergieron al país y a la nación.
de La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Apéndice II: Dios tiene soberanía sobre el porvenir de toda la humanidad