639 Dios aprobó el arrepentimiento del rey de Nínive
“Y Jonás comenzó a entrar a la ciudad a un día de camino y gritó y dijo: En cuarenta días Nínive será destruida”. Estas son las palabras que Dios transmitió directamente a Jonás para que las dijese a los ninivitas, así que, por supuesto, estas son las palabras que Jehová deseaba decir a los ninivitas.
I
Cuando el rey de Nínive oyó estas noticias, se levantó de su trono, se quitó su túnica, se vistió de cilicio y se sentó sobre cenizas. Después proclamó que no se permitiría comer nada a nadie en la ciudad. Los hombres y el ganado por igual debían vestir de cilicio, y las personas harían fervientes ruegos a Dios. El rey también proclamó que cada uno de ellos se apartase del mal camino y abandonase la violencia en sus manos. A juzgar por esta serie de acciones, el rey de Nínive albergaba un arrepentimiento sincero en las profundidades de su corazón. A través de esta serie de acciones, el rey de Nínive cumplió verdaderamente con lo que corresponde a un monarca. Su serie de actos resulta difícil de realizar para cualquier rey en la historia humana y, de hecho, ningún otro rey logró tales cosas. Estas acciones pueden definirse como sin precedentes en la historia humana y son dignas de ser tanto recordadas como imitadas por la humanidad.
II
Desde los albores del hombre, cada rey había llevado a sus súbditos a resistirse y oponerse a Dios. Nadie había guiado nunca a sus súbditos a rogar a Dios en busca de redención por su maldad, a recibir el perdón de Jehová Dios y evitar el castigo inminente. Sin embargo, el rey de Nínive fue capaz de llevar a sus súbditos a volverse a Dios, dejar atrás sus respectivos caminos malvados y abandonar la violencia en sus manos. Además, también fue capaz de dejar de lado su trono y, en respuesta, Jehová Dios cambió de idea, sintió arrepentimiento, se retractó de Su ira, permitiendo que las personas de la ciudad sobreviviesen, guardándolas de la destrucción. Se puede afirmar con certeza que las acciones del rey fueron un milagro raro en la historia humana y pueden ser realmente consideradas como un ejemplo modélico de humanidad corrupta, al arrepentirse y confesar sus pecados a Dios.
de La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único II