Cómo perseguir la verdad (8)

Estos días pasados, nuestra enseñanza ha tratado sobre el tema de cómo discernir el calibre en diversos aspectos, ¿no es así? (Sí). Por medio de nuestra enseñanza sobre las manifestaciones específicas de diversos aspectos y niveles de calibre, ¿podéis resumir qué es el buen calibre, qué es el calibre promedio, qué es el calibre escaso y qué es la completa falta de calibre? Compartimos bastante sobre este aspecto, así que hace falta que podáis resumir este contenido para luego compararlo con las manifestaciones específicas en la vida diaria. De esta manera, vuestra evaluación sobre vosotros mismos y sobre otros será relativamente más precisa. Si no sabes cómo resumirlo, cuando te encuentres con ciertas personas en la vida diaria, no serás capaz de discernirlas y tampoco serás capaz de discernir tus propias manifestaciones y revelaciones en diversos aspectos. ¿Acaso eso no significaría que escuchaste en vano? Es imprescindible que se te dé bien resumir. ¿Qué significa resumir? Significa encontrar, dentro del contenido específico de todos estos diversos aspectos, los principios para discernir o entender diferentes clases de cosas. De esta manera, se logra el propósito de resumir. Cuando hayas encontrado los principios, serás capaz de usar los principios-verdad para contemplar a las personas y las cosas y podrás discernir a los demás, así como a ti mismo. Esto demuestra que entiendes la verdad. Cuando entiendes un aspecto de la verdad y eres capaz de aplicarlo, lograrás la entrada en la realidad-verdad en este aspecto. Por tanto, ¿acaso no deberíamos resumir este contenido específico de diversos aspectos del calibre? (Sí). Tenemos que resumirlo. Solo de esta manera puedes entender claramente los principios-verdad relacionados con el calibre.

Necesitas conocer los principios para llevar a cabo una evaluación general de las personas de buen calibre, ¿no es cierto? (Sí). Hemos compartido con detalle muchas manifestaciones específicas y hemos usado estas manifestaciones específicas para evaluar cómo es el calibre de una persona. Por tanto, ¿cuáles son las manifestaciones generales de las personas de buen calibre? En su corazón tienen ciertos principios específicos para comportarse y actuar. Incluso cuando no entienden la verdad ni la han oído todavía, cuentan con algunos de los principios más básicos para contemplar a las personas y las cosas, además de para comportarse y actuar. Es decir, tienen ciertos límites para su conducta propia. En cierta medida, estos límites son relativamente acordes a los principios-verdad o están cerca de ellos y, como mínimo, están cerca de los estándares de la conciencia y la razón de la humanidad. Después de llegar a entender algunas verdades por medio de comer y beber las palabras de Dios y aceptar el riego y la provisión de estas, aunque no hayan experimentado muchos asuntos o entornos especiales, todavía pueden entender y captar algunos principios-verdad en su corazón. En la vida real, por tanto, son capaces de aplicar estos principios para lidiar con estas diversas personas, acontecimientos y cosas. Por supuesto, cuando lidian con diversas personas, acontecimientos y cosas, la cuestión no es solo ocuparse de asuntos simples y unidimensionales. En cambio, cuando se encuentran con diversas personas, acontecimientos y cosas complejas e interrelacionadas, pueden aplicar las palabras de Dios y los principios-verdad para tratarlos y lidiar con ellos. Esta es una manifestación de las personas con buen calibre cuando se trata de asuntos relativos a los principios. Como su calibre es bueno, por medio del riego y la provisión de las palabras de Dios, pueden encontrar por su cuenta los principios dentro de las palabras de Dios para contemplar y lidiar con diversas personas, acontecimientos y cosas. Las personas de buen calibre como esta pueden ocuparse del trabajo de manera independiente y completan cada tarea por su cuenta. Esta es una manifestación de buen calibre. ¿Cuál es la manifestación principal? (La manifestación principal es que pueden, por medio del riego y la provisión de las palabras de Dios, buscar por su cuenta los principios dentro de las palabras de Dios para contemplar y lidiar con diversas personas, acontecimientos y cosas, ser capaces de resolver los problemas por su cuenta y ocuparse del trabajo de manera independiente). Exacto; por medio de comer y beber las palabras de Dios, pueden entender la verdad y encontrar los principios para contemplar y lidiar con diversas personas, acontecimientos y cosas, ser capaces de asumir el trabajo por su cuenta. Solo esto significa tener buen calibre. Con anterioridad, dijimos que ser capaces de asumir el trabajo por nuestra cuenta requiere poseer diversas capacidades. Ahora, el hecho de usar los principios-verdad para medir esto es una manifestación de las personas de buen calibre.

¿Cuáles son las manifestaciones de las personas con calibre promedio? Ciertamente, son mucho peores que las de buen calibre. Sin embargo, con independencia de si las personas tienen un calibre bueno o promedio, antes de recibir la provisión de las palabras de Dios y entender la verdad, no tendrán los principios correctos para comportarse. Lograr captar los principios para comportarse debe hacerse sobre la base de recibir la provisión de las palabras de Dios y llegar a entender la verdad. Las experiencias reales son la única manera de llegar a entender de manera gradual los principios para comportarse. Si se trata de una persona de calibre promedio, cuando lee las palabras de Dios, solo puede entender el significado básico y los estándares requeridos expresados en las palabras de Dios. Entiende estas cosas en términos de doctrina, pero cuando se enfrenta a situaciones, sigue siendo incapaz de aplicar los principios-verdad. Solo por medio de la guía y la provisión de otros o después de experimentar muchas cosas puede llegar a entender algunos principios-verdad básicos. ¿A qué hace referencia “básico” en este caso? Significa que los principios que entiende y capta son primordialmente unidimensionales y principios relativamente simples, y eso le permite lidiar y resolver problemas corrientes, pero cuando se enfrenta a situaciones o contextos complejos, no sabe cómo actuar conforme a los principios. Debe confiar en la guía y la ayuda de las personas que entienden la verdad para lidiar con algunos problemas complejos o tareas multidimensionales. Estas son las manifestaciones de las personas con calibre promedio. ¿Qué destaca en las manifestaciones de las personas de calibre promedio? No pueden entender de manera independiente la verdad ni los principios de práctica dentro de las palabras de Dios. No pueden entender con precisión qué son en realidad los estándares requeridos de Dios. Necesitan a alguien que comparta con ellas, las apoye y las ayude a revisar las cosas y se lo diga y se lo recuerde con claridad. Solo de esta manera saben que: “Este es un principio-verdad. Debo recordarlo. Debo practicar de acuerdo con esto. Debo poner en marcha el trabajo de acuerdo con este arreglo del trabajo”. Esto es en cuanto a su comprensión. Segundo, en cuanto a hacer trabajo, cuando hacen trabajo para el que no tienen experiencia, no pueden aplicar rápidamente los principios-verdad para contemplar o lidiar con las diversas personas, acontecimientos y cosas. Solo pueden lidiar con algún trabajo unidimensional basado en el entendimiento de unos pocos principios-verdad bastante básicos. Cuando se enfrentan a trabajos complejos que implican múltiples principios-verdad, hace falta que otros revisen las cosas y las apoyen y provean para ellas. Estas son las manifestaciones de las personas de calibre promedio. En cuanto a la comprensión personal, necesitan que otros compartan con ellas y ayuden a revisar las cosas. Necesitan escuchar mucho, no solo un aspecto de la verdad sino varios y, al final, necesitan a alguien que les diga cuáles son los principios básicos de los diversos aspectos de la verdad para entender algunos de ellos en su corazón. Sin embargo, cuando se encuentran con situaciones complejas, de nuevo no saben cómo comprender y todavía necesitan buscar. Esto es en términos de comprensión. En cuanto a lidiar con diversos asuntos en el trabajo de la vida real, su capacidad para lidiar con los problemas solo puede llegar al nivel de atenerse a los principios-verdad para lidiar con el trabajo unidimensional. Al afrontar trabajo complejo relacionado con múltiples principios-verdad, lo encuentran un poco difícil y necesitan buscar y hacer que alguien revise las cosas. Ellas mismas no pueden garantizar que vayan a hacer bien el trabajo ni determinar si lo que hacen se conforma a los principios-verdad. A veces, habrá desviaciones en su trabajo. Sin embargo, estas desviaciones son meramente desviaciones y no distorsiones. Si fueran distorsiones, eso indicaría escaso calibre. Hay una distinción entre las desviaciones y las distorsiones: las desviaciones significan que el trabajo no se conforma del todo con los principios-verdad, no se hace de manera adecuada o carece de suficiente consideración, pero la dirección no es la equivocada. Es solo que, como tienen insuficiente experiencia en el trabajo o un entendimiento bastante superficial de la verdad y una comprensión de los principios-verdad que no es suficientemente precisa, su trabajo no es lo bastante acorde al estándar. Se puede acercar a ser acorde al estándar, pero todavía requiere mejorar para serlo por completo. Estas son las manifestaciones de las personas con calibre promedio. ¿Cuál es la característica principal de esta clase de persona? (Es que no pueden llevar a cabo un punto del trabajo de manera independiente y apropiada; necesitan ayuda y apoyo de los demás para finalizar algún trabajo). Su característica es que, ya sea en términos de comprensión o de cumplir su deber, son relativamente inferiores. En general, no pueden desempeñar un punto del trabajo de manera independiente y adecuada, requieren apoyo, revisión y la incitación de los demás. Por tanto, la razón básica que deberían poseer las personas con calibre promedio es buscar más y esperar más cuando hacen las cosas. Cuando no puedan desentrañar algo, deberían buscar de inmediato y con humildad —ya sea buscando los principios-verdad en las palabras de Dios para que les sirvan como base o buscar de los superiores— y no actuar a ciegas o de una manera atolondrada. Después de trabajar durante un periodo de tiempo, si te ves a ti mismo confuso respecto a muchas cosas, lo resumes y lo registras de inmediato, además de buscar de los superiores. El propósito es hacer que aquellos por encima de ti revisen y comprueben si el trabajo que has hecho durante este periodo contiene alguna desviación o laguna. No seas demasiado sentencioso y pienses que tienes experiencia en el trabajo, ni tampoco te sientas demasiado bien contigo mismo. Debes tener autoconciencia. Ya se han discutido las manifestaciones del calibre promedio, por tanto, ¿cuáles son las características de las personas con calibre promedio? (No pueden hacer trabajo de manera independiente; necesitan que otros las apoyen, las ayuden y revisen las cosas). ¿Y cuáles son sus características en términos de comprender las palabras de Dios? (En cuanto a comprender las palabras de Dios, solo pueden comprender algunos principios básicos, pero son incapaces de aplicarlos en el trabajo de manera práctica). ¿Y cuáles son sus características en cuanto a la capacidad de trabajo? (En cuanto a la capacidad de trabajo, las personas de calibre promedio no pueden aplicar rápidamente los principios-verdad para completar o lidiar con diversos asuntos. Asimismo, solo pueden mantener un solo punto del trabajo; en lo que respecta a múltiples puntos del trabajo, no pueden captar los principios. Son incapaces de priorizar diversos puntos del trabajo según su importancia o urgencia para completarlos bien, menos aún para arreglar el trabajo de manera racional. Deben tener a alguien que revise las cosas y las guíe por una dirección y las ayude y apoye constantemente). Eso es correcto. Las personas con calibre promedio pueden hacer algún trabajo unidimensional con independencia o, sobre la base de tener cierto nivel de experiencia en el trabajo, lidiar con algo de trabajo simple. Sin embargo, cuando afrontan asuntos complejos, en especial los relativos a múltiples principios-verdad, se sumen en la confusión y no saben cómo practicar. En un momento piensan que se debería hacer de esta manera y, al siguiente, piensan que se debería hacer de esa otra, pero simplemente no saben qué manera se conforma con los principios-verdad. Son incapaces de evaluar las consecuencias que puedan surgir después de que la tarea se acabe por completar. En tales situaciones, se quedan sin una senda. Las personas con calibre promedio pueden ser competentes para un único punto del trabajo, pero cuando afrontan múltiples puntos del trabajo o un trabajo ligeramente más complejo, se sumen en la confusión. Por ejemplo, algunos líderes y obreros entre vosotros pueden lidiar con un punto del trabajo cuando se les asigna, pero si se les asignan dos o tres puntos del trabajo, no pueden gestionarlo. Aunque quieran hacerlo bien, no pueden lograrlo. Cuando están ocupados con el trabajo, en cuanto alguien saca a relucir un problema u otro, se vuelven confusos y no saben cómo resolverlo. Por consiguiente, no se hace bien ninguno de estos puntos del trabajo. Estas son las manifestaciones de las personas con calibre promedio. Las personas de calibre promedio no pueden asumir simultáneamente dos o tres puntos del trabajo. En especial, cuando se encuentran con situaciones complejas o especiales, se sumen de inmediato en la confusión y no saben qué hacer. Por consiguiente, el trabajo que podrían haber hecho no se hace bien y surgen problemas en los puntos del trabajo de los que son responsables y se demoran. Por tanto, las personas de calibre promedio no pueden asumir dos o tres puntos del trabajo y solo son aptas para puntos del trabajo simples, individuales. Algunos líderes y obreros siempre piensan que hacer trabajo es muy simple. Cuando otras personas les señalan problemas, ellos se muestran siempre indiferentes y no los consideran como tales, incluso piensan que hay algo que no funciona en la cabeza de los demás y que complican demasiado las cosas. Al final surgen problemas importantes que son incapaces de resolver y solo entonces informan de ellos a los superiores. Tales líderes y obreros tienen demasiada poca experiencia y carecen de perspicacia. En su trabajo, siempre asumen que todo va a funcionar sin sobresaltos, se atienen meramente a algunos preceptos y se apegan con terquedad a una única senda. Por muy grave que sea el problema que surja, no logran reparar en él; más si cabe, no logran darse cuenta de que estos problemas demorarán el trabajo general si no se resuelven. Estas son las manifestaciones de las personas de calibre promedio.

En general, si las personas de calibre promedio son acordes al estándar en todos los aspectos de su humanidad, básicamente pueden ser competentes para el trabajo unidimensional. La razón por la que digo que no pueden completar de manera independiente el trabajo exhaustivo es que su calibre solo les permite hacer bien el trabajo unidimensional. En lo que respecta a cierto trabajo relacionado con sus intereses, aficiones y puntos fuertes, puede que, en cuanto a su calibre, sean competentes en este. Sin embargo, al enfrentarse a las complejidades del trabajo multidimensional, se sumen en la confusión. Aunque tengan algo de experiencia práctica, su calibre no es adecuado para la tarea. Algunas personas dicen: “¿Es porque soy joven?”. No. Si tu calibre es promedio, aunque tengas cuarenta y tantos o cincuenta y tantos años seguirás sin ser competente para asumir el trabajo multidimensional. ¿Por qué digo esto? Después de acumular algo de experiencia por medio del auténtico desempeño del trabajo, puede que te vuelvas capaz de lidiar con cierto trabajo unidimensional. Sin embargo, solo eres capaz de completar bien el trabajo de manera independiente en situaciones donde tienes guía, alguien que revise las cosas o el seguimiento de otros; nunca eres capaz de asumir trabajo multidimensional de forma independiente. Esto indica que tienes calibre promedio. Algunas personas, después de acumular algo de experiencia a lo largo de muchos años de experimentar diversas situaciones y después de llegar a entender algunos principios-verdad, todavía no pueden asumir trabajo multidimensional, en especial uno del que deban hacerse cargo de manera independiente. Cuando se encuentran con situaciones complejas, se quedan confusas y no pueden priorizar las tareas según su importancia o urgencia. Sin duda, tales personas tienen calibre promedio. La experiencia en el trabajo solo da cuenta de un aspecto de la capacidad de trabajo de una persona; no es el factor dominante. El factor dominante es el calibre de una persona y sus capacidades en diversos aspectos. La experiencia del trabajo meramente provee algo de referencia. Por supuesto, la experiencia en el trabajo es además valiosa porque surge de la experiencia personal, pero esta experiencia en el trabajo práctico no puede permitirte captar con mayor precisión los principios del trabajo multidimensional. Si tu calibre es bueno y de veras entiendes los principios-verdad, aunque no tengas experiencia en el trabajo o tu experiencia personal no sea amplia, todavía puedes asumir trabajo general por tu cuenta y hacerte cargo del trabajo de manera independiente. Sin embargo, las personas de calibre promedio no pueden completar por su cuenta el trabajo general; solo pueden completar trabajo unidimensional y necesitan incitación, revisión, ayuda y guía frecuentes. Por tanto, en cuanto a aquellos de vosotros de calibre promedio, no penséis que ser capaces de hacer bien cierto trabajo unidimensional significa que podáis ser competentes en el trabajo multidimensional o haceros cargo del trabajo de manera independiente. Esto es una ilusión y un entendimiento incorrecto. Existen lagunas entre ser capaz de completar cierto trabajo unidimensional por tu cuenta y ser capaz de completar trabajo multidimensional por tu cuenta; es decir, ser capaz de hacerte cargo del trabajo de manera independiente. Esto es algo que llegaréis a conocer poco a poco por medio de la experiencia. Puede que estas palabras no resulten fáciles de entender, solo pueden entenderlas aquellos que han servido como líderes u obreros durante muchos años y tienen experiencia práctica. Los hermanos y hermanas corrientes no lo pueden entender, ¿no es así? Los líderes y obreros que han asumido trabajo multidimensional tienen experiencia práctica y entienden las diferencias en esto; tienen principios en su forma de hacer el trabajo. Las personas de calibre promedio, sin embargo, se quedan cortas en esto. Así quedan resumidas por completo las manifestaciones de las personas con calibre promedio.

A continuación, vamos a resumir las manifestaciones de las personas con escaso calibre. Las manifestaciones de las personas con escaso calibre son ciertamente peores que las de las que tienen calibre promedio. ¿Cuáles son las manifestaciones de las personas con escaso calibre? Son que, por medio de su propia búsqueda o de comer y beber las palabras de Dios, aunque pueden entender a nivel literal el significado de cada frase y pasaje de las palabras de Dios —además de cuáles son Sus intenciones y requerimientos—, no entienden los principios-verdad ni los estándares requeridos de Dios en absoluto. Es decir, no entienden los estándares requeridos de Dios en lo que se refiere a cómo contemplar a las personas y las cosas o comportarse y actuar, así como tampoco entienden cuáles son los principios-verdad involucrados. Cuando comen y beben las palabras de Dios por su cuenta, no pueden entender estas cosas y, después de tener experiencias con las personas, los acontecimientos y las cosas en la vida diaria, siguen sin entender. Incluso después de compartir, sigue sin quedarles claro cuáles son los principios-verdad. Las personas de este tipo poseen una característica: aunque no entienden cuáles son los principios-verdad, al confiar en sus sentimientos pueden resumir los preceptos que necesitan seguir. Lo que pueden recordar son preceptos, una especie de dogma rígido o una serie de reglas. Por ejemplo, Dios comparte un aspecto de los principios-verdad, da ejemplos de las manifestaciones positivas, de las negativas, de la comprensión pura y de la comprensión distorsionada de las personas, entre otras diversas manifestaciones; a este respecto, ¿qué es lo que acaban por ganar de ello las personas de escaso calibre? Dicen: “Ahora lo entiendo. Dios no permite que hagas esto o lo otro. Dios no permite comer esto o aquello. Dios no permite decir estas o aquellas palabras o usar esos términos”. Esto es lo que recuerdan y se atienen con rigidez a ello, pues piensan que son los principios-verdad. Creen que, si se atienen a estos preceptos, dichos y maneras de actuar, se están ateniendo a los principios-verdad. No importa cuánto les digas que meramente se trata de atenerse a los preceptos, no lo aceptarán. Insisten en atenerse a estos preceptos, creen que esto es practicar las palabras de Dios y la verdad. No hay manera de lidiar con tales personas que no tienen entendimiento espiritual. Si están dispuestas a atenerse a los preceptos, deja que lo hagan; mientras sus intenciones no sean equivocadas, está bien. Por ejemplo, una vez dije: “Cuando oréis, debéis ser devotos; no oréis a la ligera. En entornos adecuados, lo mejor es arrodillaros para orar, postraos ante Dios para orar y, durante la oración, debéis aquietaros ante Dios y orar con el corazón concentrado. Esto es ser devoto y tener un corazón temeroso de Dios”. Las personas de escaso calibre, después de oír esto, solo recordaban un precepto: “Para orar con devoción y un corazón temeroso de Dios, uno debe arrodillarse”. Trataban el hecho de tener que arrodillarse para orar como un principio-verdad y se atenían a ello de manera consecuente, en su creencia de que esto es practicar la verdad. Por tanto, fuera cual fuera el entorno, insistían en arrodillarse para orar. Incluso cuando querían orar a la hora del almuerzo, se arrodillaban debajo de la mesa para hacerlo. Mientras trabajaban en el campo, sin importar lo sucio que estuviera el suelo o lo que pudiera haber en la tierra, se arrodillaban para orar. Incluso cuando se enfrentaban a calamidades o acontecimientos importantes cuando se hallaban entre los no creyentes, si querían orar a Dios, tenían que encontrar un lugar oculto para arrodillarse y orar. Creían que solo predicar de esta manera se conformaba con las intenciones de Dios, así que fueran cuales fueran las circunstancias, tenían que arrodillarse para orar. Pensaban que, al hacer esto, estaban practicando la verdad. De igual modo, se veían a sí mismas como las personas más devotas, como aquellas que seguían el camino de Dios con mayor cercanía, como las que más amaban la verdad y más podían someterse a la verdad y a las palabras de Dios. Ya ves, estas son las manifestaciones de las personas de escaso calibre. Esta clase de personas son inferiores y problemáticas en lo relativo a la comprensión. Siempre basan los principios con rigidez en una única frase o precepto. Usan el método de entender las palabras y el conocimiento para entender la verdad y, por supuesto, además practican la verdad ateniéndose a sus preceptos, palabras, dichos y formalidades. Con independencia de cómo compartas tú sobre los principios-verdad, después de oírlos, ellas solo los consideran frases, preceptos, maneras de actuar o consignas. Consideran que simplemente es seguir reglas. Ven practicar la verdad como algo así de sencillo, para ellas solo es atenerse a lo que se puede o no se puede hacer, sin más.

Las personas con escaso calibre contemplan a las personas y las cosas, se comportan y actúan usando preceptos para medir y abordarlo todo. Con independencia de cómo cambien el entorno externo y las personas, los acontecimientos y las cosas de alrededor, se atienen de manera insistente e inalterable a un precepto. Si dices que no aman la verdad y no la practican, se sienten agraviadas en su corazón. Afirman: “He renunciado a tanto, he soportado tanto sufrimiento, he observado tantas de las palabras de Dios y he practicado tantas de ellas; entonces, ¿por qué dices que no amo la verdad y no la practico? ¿Por qué dices incluso que me ciño a preceptos? ¡Estoy siendo agraviado!”. ¿Qué problema revela el hecho de que puedan decir tales palabras? ¿Cuáles son las principales manifestaciones de las personas de escaso calibre? ¿En qué sentido es escaso su calibre? Carecen por completo de la capacidad para comprender la verdad, así que, con independencia de cuánto se comparta cualquier aspecto de la verdad, en lugar de a un principio, al final para ellas todo se reduce a una única manera de actuar, una única regla, una única frase o una única formalidad. Si alguien dice una frase o usa un término que vulnera esa regla suya, entonces, para ellas supone una vulneración de los principios-verdad. Esto es problemático. Por tanto, las personas con escaso calibre, por un lado, usan diversos preceptos, formalidades, meras palabras y maneras de actuar para determinar que ellas mismas poseen la realidad-verdad. Asimismo, hay otro asunto problemático: usan con frecuencia las doctrinas de las que hablan a menudo —así como los preceptos y las maneras de actuar a las que suelen atenerse— para medir a los demás e incluso a Dios. Además de medir, también juzgan y delimitan a menudo a otros y a Dios. Por ejemplo, una vez dije: “En general, no me atrevo a comer cosas frías. No sienta bien a Mi estómago comerlas, así que básicamente evito la comida cruda y fría”. Alguien de escaso calibre oyó esto y dijo: “Ahora te entiendo. En el futuro, tendré que asegurarme de no darte comidas crudas ni frías. No te permitiré en ninguna circunstancia comer nada crudo ni frío”. Pero cuando el verano estaba en su apogeo y el clima era extremadamente caluroso, las fresas de la granja estaban maduras y un día me comí allí mismo un par de ellas; al verme hacerlo, esta persona pensó: “¿No dices que nunca comes cosas crudas ni frías? ¿Acaso no están frías las fresas? ¿No dijiste que comer cosas frías te sienta mal al estómago? Entonces, ¿por qué comes fresas hoy? ¿Eso no es mentir?”. Esto lo pensaba en su corazón, solo que no lo decía en voz alta. Decidme, ¿era precisa su opinión sobre el asunto? (No). ¿En qué no era precisa? (Tomó algo que dijo Dios como precepto para medir las cosas sin considerar el contexto en el que hablaba Dios). No sabía a qué se referían estas palabras Mías. En circunstancias normales, comer cosas crudas y frías me sienta mal al estómago, pero hay excepciones. Por ejemplo, cuando he estado haciendo trabajo físico y se me ha acalorado el cuerpo, combinado con el calor que hace cuando la temperatura ronda los treinta grados, si esas comidas crudas y frías no están muy heladas, en tales casos puedo comer un poco. No es que no pueda comerlas en ningún caso. Cuando dije que “no puedo comerlas” me refería a circunstancias normales; bajo el sofocante calor del verano, no pasa nada si como un poco. La persona con escaso calibre no era capaz de entender estas palabras. Cuando las oyó, las trató como un precepto o una fórmula. Cuando surgieron circunstancias especiales, siguió intentando encajarlas en esta fórmula. Al ver que no encajaban, no le vio el sentido: “¿No dijiste que no puedes comer cosas crudas ni frías? ¿Cómo es que ahora las comes? ¿Estás mintiendo?”. ¿Dónde radica su ineptitud en cuanto a su incapacidad para entender Mis palabras? (No tenía capacidad de comprensión). Su ineptitud radica en su incapacidad para juzgar y comprender este asunto basándose en los cambios del entorno y las circunstancias especiales. Si una persona con suficiente calibre ve esto, sabrá que después de trabajar y con el cuerpo acalorado, combinado con el clima caluroso y el hecho de que estas frutas no están demasiado frías, para Mí no es un problema comer una pequeña cantidad y es algo muy normal. Puede entender este asunto y lo comprende. Pero una persona con escaso calibre no lo entiende; se estanca en este punto y desarrolla nociones en su corazón. ¿Qué consecuencia se produce una vez que se forman nociones? Esto la conduce fácilmente a que juzgue y condene. ¿No es así? (Sí). Por supuesto, esta nimiedad no es un asunto importante, pero se la sigue guardando en el corazón: “¿Acaso esto no es mentir? ¡Así que Tú también mientes!”. Como ves, son personas rápidas en delimitar y emitir juicios incluso en un asunto tan pequeño. Y esto es antes incluso de tocar asuntos importantes; ya han desarrollado nociones. Las personas con escaso calibre no pueden desentrañar siquiera tales pequeños asuntos ni tienen discernimiento de ningún tipo. Sea cual sea el problema que contemplen, aplican los preceptos con rigidez. Creen que solo aquellos que pueden atenerse a los preceptos tienen la verdad. Con independencia de cómo se conformen a los principios-verdad tus palabras y acciones, mientras estas vayan en contra de las nociones e imaginaciones de las personas y entren en conflicto con los preceptos que reconocen, te juzgarán y condenarán en su corazón. Aunque no lo digan en voz alta, desarrollarán nociones o prejuicios contra ti. Estas personas con escaso calibre, por muchos sermones que oigan o sean cuales sean los aspectos de la verdad que se compartan, siempre lo reducen todo a un simple enunciado, a una manera de actuar o a un precepto, y se atienen a estos enunciados, maneras de actuar y preceptos con gran entusiasmo; creen incluso que son personas que practican la verdad y que de veras se someten a ella y temen a Dios. A veces, incluso se conmueven hasta las lágrimas, piensan que de veras aman a Dios y que nadie en el mundo lo ama más que ellas. En realidad, meramente se atienen a un único precepto o a una única manera de actuar. Llevan a cabo así esta práctica y pueden perseverar en ella sin cambios, pues creen que han obtenido la verdad y Dios las ha hecho perfectas. Decidme, ¿acaso no es esto problemático? (Sí).

¿Os encontráis a menudo con ejemplos de personas que se atienen a los preceptos? (Sí). Por ejemplo, le dices a la persona que cocina que ya está haciendo más calor, así que cada día debería preparar un poco de té de hierbas fresco o algunas bebidas frías y servir algunos platos fríos al cocinar —lo que los occidentales llaman ensalada— para estimular el apetito de la gente. Una persona con escaso calibre memoriza esto: cuando hace mucho calor, la gente debe comer platos fríos y beber bebidas frías. Recuerda bien esto y se atiene a ello con diligencia. Sin embargo, un día que bajan las temperaturas ignora el frío que hace y piensa: “Es verano, así que debo preparar bebidas y platos fríos. Los haré a diario para que disfrutes al máximo, para refrescarte completamente. ¡No me importa que bajen las temperaturas!”. No solo prepara platos fríos, incluso mete los fideos en agua fría y después de la comida sirve bebidas frías y hasta les añade unos pocos cubitos de hielo. Al ver esto, hay quienes dicen: “Hoy hace mucho frío. ¿Cómo es que aun así has preparado platos fríos? E incluso has puesto cubitos de hielo en las bebidas frías; ¿es que intentas congelarnos?”. La persona que cocina se siente herida y dice: “¿De verdad soy tan malévolo? El verano es muy caluroso, ¿acaso no estoy haciendo esto solo para ayudar a que todos se refresquen y coman un poco más? ¿No es esto seguir los principios y ser considerado con todo el mundo? ¿En qué me equivoco? Y ahora decís que estoy intentando congelaros, ¿de veras estoy tan falto de virtud? ¿Es mi humanidad realmente tan escasa? ¡Sois demasiado desconsiderados conmigo, solo es eso!”. Al hacer la comida de esta manera, ¿están siguiendo principios? ¿Cuál es aquí el principio? El de adaptar la comida y la bebida de acuerdo con la estación y la temperatura. En verano, cuando el clima es cálido, consumes comidas o bebidas relativamente frías que puedan estimular el apetito de las personas; este es un principio, ¿verdad? Es un principio. Pero ahora, con la repentina bajada de temperaturas, ¿cómo se debería aplicar este principio? (Cuando la temperatura baja de repente, el que cocina no puede limitarse a preparar ensaladas o platos fríos como se aconsejaba antes, sino que debe adaptarse al tiempo que hace y, en su lugar, hacer platos calientes. No puede atenerse a los preceptos). Eso es. Cuando en ocasiones el tiempo refresca en verano, no puedes limitarte a preparar platos y bebidas fríos; no puedes ceñirte a este precepto. Cuando la temperatura baja de repente, la comida y la bebida que consumen las personas debe cambiar también inmediatamente. Ya no se deberían preparar bebidas ni platos fríos y, sin duda, no se deberían añadir cubitos de hielo. En su lugar, deberías cocinar platos calientes, como fideos, y adaptar la comida y la bebida a la temperatura y el tiempo que haga. Este es el principio. Pero la persona con escaso calibre, mientras sea verano, se ciñe a preparar bebidas y platos fríos, con independencia de la temperatura o las condiciones del clima; ¿cuál es aquí el problema? (Atenerse a los preceptos). Esto es atenerse a los preceptos, ser incapaz de aplicar los principios con flexibilidad de acuerdo con las circunstancias. Estas son las manifestaciones de las personas con escaso calibre en lo que respecta a cómo se las arreglan para hacer las cosas; recuerdan un enunciado y lo tratan como un precepto al que atenerse y, sin importar la manera en la que cambien el entorno, las personas, los acontecimientos y las cosas, no pueden aplicar con flexibilidad los principios para lidiar con los asuntos. De hecho, el resultado que se ha de lograr al establecer principios en lo relativo a la comida y la bebida es garantizar que la gente coma de tal manera que a su cuerpo le siente bien. Tales principios no son en absoluto preceptos. No obstante, aquellos que se atienen a los preceptos sin considerar la temperatura ni el tiempo, sin que les importe si te sienta bien lo que comes, se limitan a preparar bebidas y platos fríos mientras sea verano; a esto se le llama atenerse a los preceptos. Practicar de acuerdo con los principios significa que todo lo que se hace gira en torno a lograr ese buen resultado final. Atenerse a los preceptos, sin embargo, ignora el resultado y solo se centra en las formalidades y en las maneras de actuar. Así es exactamente cómo las personas de escaso calibre lidian con los asuntos; surja lo que surja, usan este mismo enfoque para lidiar con ello.

Las personas de escaso calibre no pueden desentrañar nada que se cruce en su camino. Incluso cuando leen las palabras de Dios o escuchan sermones, su comprensión conlleva algo de distorsión y es inevitable que incluya desviaciones. Se están ateniendo a un precepto, a una manera de actuar o a un ritual, que es completamente diferente de los principios-verdad y, en consecuencia, surgen muchas cosas distorsionadas. Se puede decir que la comprensión de las personas con escaso calibre en lo que respecta a cualquier asunto siempre acarrea una naturaleza un poco distorsionada. Aunque en cosas simples y fáciles de manejar puedan lograr la obediencia y la sumisión sin mostrar distorsión, en lo que respecta a asuntos basados en los principios o a cuestiones relativamente complejas, no pueden captar los principios-verdad y solo saben atenerse a los preceptos. ¿Lo entendéis? (Sí). Las personas de escaso calibre carecen por completo de capacidad para comprender la verdad y solo saben atenerse a los preceptos. Tales personas son también bastante problemáticas. Son muy entusiastas y decididas a la hora de atenerse a los preceptos. Si compartes con ellas y dices: “Lo que estás haciendo es atenerte a los preceptos, no observar los principios-verdad”, no pueden aceptarlo. Sienten: “¡Me atengo con firmeza a los principios y no me puedo comprometer con los demás! Otros no se atienen a los principios y se los condena por ello, pero cuando yo me ciño a ellos, encima me condenan. ¡Qué injusto!”. Mira lo tercas que son, es imposible persuadirlas. ¿Os habéis encontrado con tales personas? (Sí). Por ejemplo, a algunas les digo: “Si quieres aprender a bailar, puedes reservar dos horas cada día para formarte cuando no haya mucho trabajo. Si perseveras durante un tiempo, aprenderás”. Recuerdan la frase “perseverar en la formación durante dos horas al día” y creen que hacerlo es practicar la verdad y ceñirse a los principios. Después de eso, por muy atareadas que estén en el deber que estén haciendo, siguen perseverando en formarse en el baile durante dos horas al día. Durante un periodo de tiempo en el que de la mañana a la noche hay mucho ajetreo en el trabajo de la iglesia y, básicamente, no disponen de dos horas libres al día, siguen insistiendo en formarse dos horas en el baile. Cuando otros les recuerdan que esto podría demorar el trabajo de la iglesia, se niegan a escuchar y dicen: “Dios me dio instrucciones para que me formara en el baile durante dos horas al día. Debo hacerlo. Si no lo hago, eso es ser desobediente y no tener sumisión”. Si les dices que no lo hagan, no quieren hacerte caso. Son incapaces de lidiar con las cosas o de aplicar Mis palabras con flexibilidad de acuerdo con las necesidades del trabajo o del entorno. No entienden por qué deberían formarse durante dos horas, qué importancia tiene formarse durante dos horas o qué resultado se pretende lograr. No entienden ni tienen claras estas cosas. Por lo que a ellas respecta, practicar la verdad simplemente significa atenerse a un único enunciado, un precepto o una formalidad; eso, bajo su punto de vista, es practicar la verdad. Con independencia de que se logre cualquier resultado o cuál acabe por ser este, insisten con terquedad en una única senda, se niegan a dar marcha atrás pase lo que pase, aunque tiren de ellas diez bueyes. Aun cuando se desvíen en su práctica, lo harán todo el tiempo de esa manera. Cuando se les dice que están siendo absurdas, siguen insistiendo en hacerlo. ¿Acaso no son muy problemáticas esas personas? Compartir con ellas no funciona, da igual quién lo haga. Después de que les expliques las cosas con esmero y claridad, puede que hoy entiendan el asunto, pero mañana se atendrán a los preceptos en otra cuestión, se ceñirán infinitamente a los preceptos y tendrás que corregirlas constantemente. Viran a la izquierda o a la derecha y se desvían en esta clase de asunto o en aquel otro; no paran de desviarse. Te inquietas al observarlas, pero no puedes corregirlas por mucho que lo intentes. ¿Por qué? Porque su calibre es demasiado escaso. Nunca pueden distinguir entre las cosas positivas y las negativas, entre lo acertado y lo equivocado, lo correcto y lo incorrecto, la verdad y los preceptos. No cuentan con un estándar para demarcar estos asuntos, con ninguna capacidad para hacerlo, y simplemente no pueden demarcarlos. Por tanto, las personas con escaso calibre solo pueden hacer trabajo basado en preceptos y recados o trabajo unidimensional que no involucre a los principios-verdad, como seguir un plan rutinario todos los días, hacer una cosa en cierto momento y hacer otra en otro momento fijado; es decir, solo pueden lidiar con tareas simples en las que para llevar a cabo bien el trabajo sea suficiente con atenerse a un horario, a formalidades y a una manera de hacer las cosas. Sin embargo, no pueden lidiar con trabajo que sea un poco más complejo. Una vez que se requiera que actúen de acuerdo con los principios-verdad y logren ciertos resultados, son incapaces de conseguirlo. Si les asignas un punto del trabajo que les exija aplicar los principios-verdad con flexibilidad, lidiar con diversos asuntos según sea apropiado y adaptarse de acuerdo con el entorno, se confunden y no pueden conseguirlo. Deben tener a alguien que las ayude y las instruya; no puedes esperar de ellas que hagan bien el trabajo de manera independiente. ¿Cómo se debería tratar a esas personas? Aunque puedan perseverar al cumplir su deber todos los días de manera rutinaria, cuando se enfrentan a situaciones inesperadas, no saben cómo responder y puede que incluso dejen de cumplirlo. En cuanto a tales personas, es necesario indagar con frecuencia sobre su trabajo e inspeccionarlo, preguntar: “Durante este periodo, ¿se han producido algunos trastornos o perturbaciones en el trabajo de la iglesia? ¿Ha habido problemas complejos con los que no supiste lidiar?”. Después de pensarlo, dicen: “Todo ha ido bien durante este periodo. Todo el mundo está cumpliendo su deber y puede reunirse con normalidad y comer y beber las palabras de Dios. Nadie ha trastornado ni perturbado y tampoco he oído a nadie difundiendo falacias para desorientar a los demás”. No pueden identificar ningún problema y no saben sobre qué informar ni pueden siquiera plantear preguntas. Por tanto, no puedes esperar que lidien con asuntos que surgen en la vida real o al hacer su deber por su cuenta, ni que los resuelvan. Tampoco puedes esperar que busquen de los que están por encima de ellas o que les hagan preguntas cuando no sepan cómo ocuparse de algo. No pueden lograr nada de esto porque su calibre es insuficiente. Si tales personas no informan de problemas a los que tienen por encima, puede que los demás piensen que no tienen problemas. Sin embargo, este no es el caso. Ni siquiera son capaces de identificar cosas corrientes; aunque los problemas se amontonen delante de ellas, no los perciben como tales. Por tanto, tampoco solucionan los problemas. Tienen una cabeza con dos ojos y dos orejas en ella; pueden ver, oír y hablar y, sin embargo, no pueden identificar ni resolver problemas. Como carecen por completo de calibre y de capacidad para identificar y lidiar con los problemas, por muy astutas que aparenten ser, no sirve de nada. No pueden tomar lo que ven y oyen y procesarlo en su mente para pensar sobre ello, así como tampoco discernir si se trata de problemas o cómo se debería lidiar con ellos. Si no pueden lidiar con los problemas relacionados con los principios-verdad, tampoco informarán al respecto a los que se hallan por encima de ellas. Son del todo incapaces de hacer nada de esto. ¿Acaso no muestra esto que tienen escaso calibre? ¿Acaso estas no son manifestaciones propias de personas con escaso calibre? (Sí). Si le preguntas a alguien con escaso calibre: “¿Ha habido algunos problemas en el trabajo durante este periodo? ¿Hay algunos campos en los que no entiendas los principios?”, responde: “No hay ningún problema; ¡todo el mundo ha estado ocupado y las cosas van bastante bien!”. Para esa persona todo está bien, sin más. Como líder u obrero, si simplemente la crees cuando dice que todo va bien, entonces eres demasiado necio y tienes tan escaso calibre como ella. Las personas de buen calibre no solo saben cómo enterarse de los problemas, sino que además deben ser capaces de identificarlos por su cuenta. Pueden entablar conversaciones para afrontar los problemas y, mientras hablan, los problemas salen a la luz con naturalidad. Cuando descubres un problema y le preguntas a alguien de escaso calibre cómo se ha ocupado de él, este responde: “¿Qué problema? ¿Cómo es que yo no lo he percibido?”. Las personas con escaso calibre no pueden identificar los problemas, así que, al hacer trabajo, se te debe dar bien enterarte de los problemas e identificarlos, agarrarlos y no soltarlos, así como luego ayudar en su gestión y resolución. Necesitas saber cómo charlar con las personas que tienen escaso calibre, hacerles preguntas e indagar por medio de la charla, a fin de identificar los problemas. A medida que charlas, ellas mismas sacarán a relucir los problemas sin darse cuenta. Sin una charla semejante, sería imposible identificar estos problemas. Al charlar con ellas de esta manera, se inspiran y de repente identifican estos problemas. Si no usas este enfoque para enterarte de la situación, simplemente no percibirán como problemas estos asuntos que ven. Por tanto, cuando los problemas quedan al descubierto durante tus charlas, deben quedar claros poco a poco, como cuando se aprieta la pasta de dientes para que salga. Solo se sentirán un poco avergonzadas cuando todos los problemas se resuelvan. ¿Acaso no muestra esto que tienen escaso calibre? (Sí). Estas son las manifestaciones de las personas con escaso calibre: incluso cuando existen problemas, no pueden identificarlos y, como no pueden identificarlos, nunca son capaces de sacarlos a la luz ni de resolverlos. Decidme, si no pueden identificar los problemas, ¿pueden hacer bien su trabajo? ¿Pueden hacer bien su trabajo al atenerse a los preceptos? (No). En absoluto. Esta es una manifestación de tener escaso calibre. Si dices que su calibre es escaso, llegan a pensar: “¡Mi calibre es excelente! Después de que Dios hable sobre algo, capto de inmediato una manera de actuar o un precepto y me puedo atener a ello toda la vida. ¿Veis? ¿Acaso no es bueno mi calibre? Ninguno de vosotros alcanza a captar los puntos clave, pero yo sí. Por ejemplo, me dijeron que en verano hace calor y deberíamos comer platos fríos. Por tanto, yo sigo preparando platos fríos y sirviendo bebidas frías; puedo atenerme a estas instrucciones. Como ves, ninguno de vosotros puede atenerse a ello y siempre habláis sobre principios. ¿Acaso los principios no son solo preceptos? Si te atienes a los preceptos, ¿no es eso atenerse a los principios?”. Incluso piensan que su calibre es bueno, creen que pueden captar los puntos clave de un problema y que, a partir de un largo sermón, pueden seleccionar un único enunciado, una manera de actuar, un precepto o incluso una frase o una palabra que les parece que deben seguir. Decidme, ¿acaso esto no es problemático? Hay bastantes personas así. Cuando hablas sobre los diversos detalles de la verdad, no son capaces de entenderlos e incluso dicen: “¡Qué molesto! No paras de hablar. ¿Acaso no se trata de no decir tales palabras o de no hacer una cosa así? Cíñete sin más a este enunciado y ya está; solo consiste en un enunciado. ¿Por qué hacer que sea tan problemático? Incluso distingues los estados, los entornos y la humanidad de diversos tipos de personas y distingues entre la comprensión distorsionada y la pura. ¿De veras hay tantos detalles involucrados? ¿De qué sirve ser tan específico? ¡Eres muy quisquilloso!”. Incluso condenan a otros. Estas son las manifestaciones de las personas con escaso calibre.

¿Cuáles son las características de las personas con escaso calibre? No entienden los principios-verdad; sea cual sea el aspecto de los principios-verdad, lo tratan como una especie de precepto o fórmula y, entonces, lo siguen con incansable entusiasmo. Pueden decir muchas doctrinas, así que piensan que entienden los principios-verdad, pero en realidad, no entienden la verdad en absoluto. Si explicas algunos de los principios para que los líderes y obreros hagan trabajo, si les pides a tales personas que hagan trabajo y lidien con diversos problemas según su comprensión de estos principios, estas personas con escaso calibre serán absolutamente incapaces de aplicarlos. No entienden estos principios-verdad ni pueden aplicarlos para hacer trabajo. Cuando van a hacer trabajo, se atienen por completo a los preceptos, siguen protocolos y aplican dogmas mecánicamente. Hay algunas que quieren atenerse a los principios-verdad, pero como su calibre es escaso y no pueden lograr un entendimiento de la verdad, son incapaces de atenerse a los principios. Sea cual sea el trabajo que hagan, al enfrentarse a los problemas están perdidas e incluso se quedan abrumadas; no son capaces de hacer bien ningún trabajo. Cuando los superiores comparten sobre principios, les parece que los han entendido, que los han comprendido, captado y recordado todos. Sin embargo, cuando se encuentran con problemas en la vida real, se sumen en la confusión, pues las doctrinas y los preceptos que han entendido no sirven de nada, así que piensan: “¿Qué debería hacer ahora?”. No saben por dónde empezar el trabajo, no saben qué métodos usar para hacerlo ni cómo poner en marcha los arreglos del trabajo y, menos aún, saben qué problemas deberían resolver ahora mismo para garantizar el progreso normal del trabajo de la iglesia; no saben nada de esto. En consecuencia, no importa cuánto tiempo trabajen, no se dan resultados y los arreglos del trabajo no se pueden poner en marcha. No pueden siquiera resolver el asunto de cómo hacer que sea buena la vida de iglesia. No pueden poner en marcha siquiera el trabajo más básico ni saben cómo hacerlo. Solo pueden decirles doctrinas a las personas y pedirles que se atengan a los preceptos. Cuando se trata de poner en marcha arreglos del trabajo y hacer trabajo de iglesia concreto, se confunden y son incapaces de hacerlo. Piensan: “¿Cómo se deberían poner en marcha estos arreglos del trabajo? ¿A qué preceptos deberían atenerse?”. No pueden ver estas cosas con claridad. Pero todavía disponen de un último recurso: creen que los problemas se pueden resolver mientras más reuniones organicen. Por tanto, su manera de hacer trabajo es organizar reuniones y dar sermones sin descanso. Cuando su predicación remueve y emociona a todo el mundo, ellas piensan que todos los problemas se han resuelto y que ya no hay más, que mientras todo el mundo esté entusiasmado, todo el trabajo se hace adecuadamente. Pero resulta que, después de varios días de reuniones, no solo siguen sin resolverse los problemas reales y los deberes que las personas desempeñan siguen sin dar resultado, sino que además el trabajo de la iglesia no progresa en absoluto. Sin embargo, siguen teniendo ánimos para dar sermones. Las personas con escaso calibre no logran resultados, aunque trabajen durante mucho tiempo, ni pueden poner en marcha los arreglos del trabajo, por mucho tiempo que se les dé para hacerlo; no tienen ni eficiencia ni efectividad. Estas son las manifestaciones de las personas con escaso calibre. Las manifestaciones de las personas con escaso calibre son tal como acabo de describir, ya no digamos las de aquellas sin calibre alguno. No importa cuántos sermones oigan o cuánta verdad compartan otros con ellas, no pueden captar los principios-verdad y no pueden siquiera captar los preceptos más básicos a los que deberían atenerse. Cuando el calibre de una persona es escaso hasta este punto, los principios-verdad están fuera de su alcance. Incluso si otros comparten la verdad con ella, no es capaz de encontrar una senda de práctica y debe tener a alguien que le dé instrucciones específicas antes de saber cómo practicar. Es como si tales personas hubieran sido bestias en una vida anterior; su mente siempre está dispersa y nada clara, nunca pueden distinguir cuáles son los principios ni cuáles los preceptos. Dicen en su corazón: “¿Por qué oír estas cosas siempre me da dolor de cabeza y sueño?”. Al final, llegan a una conclusión: “No solo es que los principios-verdad estén fuera de mi alcance, es que no puedo siquiera atenerme a los preceptos, así que, en el futuro, resplandeceré con todo el brillo que pueda, por mucho calor que haya dentro de mí, me esforzaré tanto como mi capacidad lo permita y solo haré aquello de lo que sea capaz; con eso basta”. Algunas de estas personas incluso se consuelan a sí mismas y dicen: “No sé cómo atenerme a los preceptos ni entiendo los principios-verdad, ¡pero tengo un corazón amante de Dios!”. Si de veras pudieran amar a Dios, eso no sería malo, pero con tan escaso calibre, ni siquiera entienden la verdad, ¿puede ser genuino su amor por Dios? Las personas sin calibre carecen de capacidad de comprensión en todos los aspectos, no poseen siquiera la capacidad para atenerse a los preceptos. Algunas personas con escaso calibre, cuando practican la verdad, pueden al menos aferrarse a un principio que se entiende parcialmente, a un precepto o a una fórmula y, a partir de ahí, poner en práctica un poco de la verdad. Sin embargo, los que no tienen calibre ni siquiera pueden captar ni atenerse a las cosas basadas en preceptos: este tipo de persona es incluso más lamentable.

Si evaluamos el calibre de las personas usando los principios-verdad de esta manera, entonces las manifestaciones relevantes son las que acabamos de compartir. Por tanto, si nos basamos en si las personas tienen o no entendimiento espiritual para evaluar su calibre, ¿cómo deberíamos proceder respecto a esto? Sin duda, las personas con buen calibre tienen entendimiento espiritual, ¿no es cierto? (Sí). Tener entendimiento espiritual significa que pueden entender la verdad, captar los principios-verdad y usar la verdad para resolver diversos problemas que aparecen en el proceso de creer en Dios y que están relacionados con los principios-verdad, además de lidiar con diversos problemas internos respecto al uso de la verdad por parte de la casa de Dios. Entonces, ¿qué hay de los diversos asuntos del mundo exterior? Dado que aquellos con buen calibre tienen entendimiento espiritual y poseen la capacidad para lidiar con diversas cuestiones, pueden además usar algunos principios que son relativamente acordes a la humanidad normal o algunos principios cercanos a las cosas positivas para lidiar con los asuntos del mundo exterior. A pesar de las diferencias superficiales, los fundamentos de diversas cosas son los mismos y los principios entre las diversas cosas son básicamente los que pueden captar las personas con buen calibre, así que, en general se puede decir que las personas con buen calibre tienen entendimiento espiritual. Tener entendimiento espiritual no significa ser capaz de comunicar con el reino espiritual; en cambio, significa que uno puede captar las leyes fundamentales y los principios de diversas cosas. Esta es una manera directa, simple y sencilla de decirlo. Ser capaz de entender las leyes fundamentales de las cosas del mundo exterior y los principios relacionados con la verdad es una manifestación de las personas con buen calibre. Por tanto, ¿cómo podemos evaluar las manifestaciones de las personas con calibre promedio en función de si tienen entendimiento espiritual? Las personas con calibre promedio tienen entendimiento espiritual respecto a la mitad de las cosas, pero no a la otra mitad; entienden algunas partes, pero otras no. Las partes en las que tienen entendimiento espiritual son aquellas que su calibre puede alcanzar. Por medio de oír la charla sobre las diversas verdades relacionadas con la creencia en Dios, pueden llegar a entenderlas e, incluso sin las instrucciones de nadie, pueden averiguar los principios que se deberían captar de ellas. Las partes en las que no tienen entendimiento espiritual son aquellas donde su calibre se queda corto. Sin la guía ni la instrucción de los demás, no tienen principios de práctica, no pueden hacer su deber con normalidad ni resolver problemas, además de necesitar riego, guía e instrucción para saber cómo hacer trabajo y lidiar con los problemas; estas son las manifestaciones de que no tengan entendimiento espiritual. De las personas con calibre promedio se puede decir que, básicamente, tienen entendimiento espiritual, pero su nivel de entendimiento espiritual tiene carencias si lo comparamos con el de las personas de buen calibre; solo entienden la mitad. ¿Dónde están esas carencias? Tienen carencias en el grado en el que captan los principios-verdad; no pueden completar los diversos puntos del trabajo con independencia. Por tanto, si evaluamos a las personas con escaso calibre según tengan entendimiento espiritual o no, ¿cómo deberíamos proceder al respecto? ¿Es fácil evaluarlo? ¿Tienen las personas de escaso calibre entendimiento espiritual? (No). Puedes notar que las personas con escaso calibre no tienen entendimiento espiritual solo con fijarte en sus manifestaciones, porque únicamente se ciñen a los preceptos. Las personas sin calibre no tienen espíritu humano en realidad y no tener espíritu humano significa que están tan carentes de entendimiento espiritual como las bestias. En cuanto a tales personas, es innecesario evaluar si tienen entendimiento espiritual o no. Cuando una persona sin espíritu contempla cualquier asunto o lidia con diversas personas no puede evaluarlos y no tiene puntos de vista relativos a las cosas positivas o negativas. Solo hace algunos cálculos para proteger sus propios intereses y evitar pérdidas. Cuando expresas un punto de vista, si te conoce bien y sabe que tienes buen calibre, una comprensión pura y que eres una persona positiva, se adhiere a tu punto de vista. Pero si no te conoce, te menosprecia. Por muy correcto que sea tu punto de vista o por mucho que se conforme a los principios-verdad, no lo acepta. No sabe que es correcto, no sabe que es algo que la gente debería aceptar ni cómo de beneficioso podría ser este buen punto de vista para ella o cuánta ayuda le podría aportar; no es consciente de nada de esto. Por otro lado, cuando un individuo negativo plantea un punto de vista negativo, si este individuo es dominante, alguien que la persona tiene en alta consideración y a la que venera, esta acepta el punto de vista negativo, aunque sepa que va a causarle daño después de que lo haga. ¿Qué clase de persona es? (Alguien sin calibre). Es una persona que no tiene calibre, lo que significa que carece de capacidad para discernir las cosas. Sea cual sea la situación que se encuentre, no puede desentrañarla y no conoce ninguno de los principios a los que debería aferrarse; esta clase de persona puede cometer malas obras cuando sigue a personas malas o malvadas y puede hacer algunas cosas buenas cuando sigue a buenas personas; carece de capacidad para discernir las cosas. Por eso digo que es una persona muerta y sin espíritu. Las personas con escaso calibre, después de vivir durante muchos años junto a personas con buen calibre o con individuos positivos, pueden estar influenciadas por lo que oyen y lo que ven y pueden aprender algunas cosas buenas, atenerse a algunos preceptos buenos y ceñirse a algunos dichos y maneras de actuar positivos o a pensamientos y puntos de vista positivos. Sin embargo, las personas muertas y sin espíritu no pueden siquiera aprender pensamientos y puntos de vista positivos ni atenerse a ellos, e igual sucede con las buenas maneras de actuar y los preceptos, los buenos hilos de pensamiento o algunos estilos de vida y conocimientos comunes positivos de la vida cotidiana. Cuando empiezan a vivir de manera independiente, su situación vital —la de una persona atolondrada— se deja en evidencia por completo. Estas son las manifestaciones de las personas muertas y sin espíritu.

Las personas con entendimiento espiritual tienen, como mínimo, un calibre promedio. Si la verdad está a su alcance y pueden entenderla, entonces son personas de buen calibre. Las personas sin entendimiento espiritual son ciertamente aquellas de escaso calibre o bien aquellas sin ningún calibre en absoluto; estas dos clases de personas carecen sin duda de entendimiento espiritual. Solo de las personas con buen calibre se puede decir que tengan un entendimiento espiritual completo, mientras que las que son de calibre promedio tienen un nivel promedio de entendimiento espiritual. Es decir, hay muchos asuntos en los que su calibre se queda corto y son incapaces de lograr entendimiento espiritual. Solo pueden lograr entendimiento espiritual y lidiar con las cosas de manera independiente cuando se trata de asuntos corrientes. Cuando se enfrentan a asuntos complejos o a trabajo multidimensional, no pueden lidiar con estas cosas de manera independiente porque los principios-verdad implicados están fuera de su alcance y su entendimiento. Por tanto, su nivel de entendimiento espiritual es bastante promedio. La característica de las personas con escaso calibre es que los principios-verdad no están a su alcance y solo se atienen a preceptos, dado que no pueden entender los principios-verdad y ni siquiera entienden cuál es el concepto de principios-verdad y creen que estos son solo preceptos. Por tanto, está muy claro que las personas de esta clase no tienen entendimiento espiritual. Una característica importante de su falta de entendimiento espiritual es que los pensamientos y los puntos de vista que revelan en su entendimiento de las diversas personas, acontecimientos y cosas están todos distorsionados. ¿Cómo se debería entender aquí “distorsionado”? Significa estar completamente separado de la trayectoria del pensamiento de la humanidad normal y de la trayectoria de las necesidades de la humanidad normal; esto es estar distorsionado. Cuando escuchas la lógica de pensamiento de lo que dicen estas personas, te parece extraña y, cada vez que las oyes expresar un punto de vista o hablar sobre algo, te sientes asombrado. ¿Qué significa “asombrado”? Significa que, cuando las oyes decir algo, te parece increíble y piensas: “¿Cómo pueden tener semejante idea? ¿Por qué es tan diferente de lo que piensa la gente normal? Esta idea es muy extraña, ¿por qué parece un poco tonta?”. En tu corazón, la encuentras particularmente extraña y absurda. Las personas cuyas palabras siempre hacen que los demás se sientan asombrados son las que son especialmente propensas a las distorsiones. Por ejemplo, les preguntas: “¿Has comido algo?”. Responden: “Hoy hace bastante frío”. ¿Hay alguna conexión entre estas dos cosas? (No). Dices: “¿Por qué llevas tan poca ropa hoy?”. Dicen: “Antes me bebí una taza de té de jengibre”. ¿Tiene su respuesta necesariamente alguna conexión con tu pregunta? ¿Contiene su respuesta pensamiento y lógica normales? (No). ¿Cómo respondería alguien con pensamiento y lógica normales? Podría decir: “Llevo muy poca ropa porque dentro hace mucho calor y además fuera hace mucho sol y la temperatura es relativamente alta”. O bien: “Llevo muy poca ropa porque acabo de hacer ejercicio y tengo calor”. Pero si alguien les pregunta a aquellas sin lógica ni pensamiento normales: “¿Por qué llevas tan poca ropa?”, y responden: “Porque hoy llevo zapatos con forro polar”, esta respuesta no tiene nada que ver con la pregunta. El hilo de pensamiento y la lógica que siguen estas otras personas cuando piensan no se conforma al pensamiento y a la lógica de la humanidad normal. Es una idea muy extraña y un hilo de pensamiento muy extraño que no se le ocurriría a ninguna persona que piense como la humanidad normal. Y, por tanto, te parece raro después de escuchar su respuesta. Quieres tener una conversación con ellas, pero no puedes conectar; siempre dan respuestas irrelevantes, hacen que sea imposible continuar la conversación. Por ejemplo, alguien estaba aprendiendo a hacer ropa y le pregunté: “¿Cómo progresa tu aprendizaje? ¿Sabes hacer ropa forrada?”. ¿Cuál sería una respuesta acorde al pensamiento y la lógica normales? (O “sé” o “no sé”). Eso reflejaría un pensamiento y una lógica normales. O también podría decir: “A veces lo hago un poco mejor y mi instructor dice que está bien, que es apenas pasable. Pero cuando se trata de algunas de las partes más complejas, mi trabajo no es adecuado y hay que rehacerlo”. ¿Son estas las respuestas de alguien con pensamiento y lógica normales? (Sí). ¿Cómo respondió esta persona sin pensamiento y lógica normales? Le pregunté: “¿Ahora sabes hacer este tipo de prendas forradas?”. Respondió: “Estaba aprendiendo a hacer este tipo de prenda cuando llegué aquí”. Le pregunté: “Entonces, ¿sabes hacerlas ahora?”. Vuelve a responder: “Estaba aprendiendo a hacer este tipo de prenda cuando llegué aquí”. Pensé para mis adentros: “No lo entiendo. Estabas aprendiendo a hacer este tipo de prenda cuando llegaste, ¿pero sabes hacerla ahora? ¿Por qué no lo entiendo?”. Cuando oí su respuesta, me pareció extraña. Estaba preguntándole si sabía hacer este tipo de prenda y dijo que llevaba aprendiendo a hacerla desde que llegó, no entendí cómo se las había arreglado para cambiar de tema; ¿qué tiene eso que ver con si sabe hacerla o no? Pensé: “No soy capaz de seguir este cambio de tema”. Incluso cuando le pregunté dos o tres veces seguidas: “Entonces, ¿sabes hacerla ahora?”, seguía respondiendo: “Estaba aprendiendo a hacer este tipo de prenda cuando llegué aquí y mi instructor me estaba guiando para hacerla; sobre todo estoy trabajando en esto”. Yo seguía sin obtener la respuesta que buscaba y, a día de hoy, sigo sin saber si sabe hacer la prenda o no. Analizad la lógica detrás de sus palabras y por qué habló de esa manera. (Su respuesta era un poco irrelevante respecto a la pregunta. Las personas que la oigan intentarán adivinar su significado, pero todavía no sabrán si sabe hacerla o no). ¿Quería hacérmelo saber o no? ¿Quería darme una respuesta precisa? Aquí estaba dando una pista: “Ya te he dicho que sobre todo estaba aprendiendo a hacer este tipo de prenda cuando llegué aquí y ahora ha pasado una semana, así que por supuesto que sé hacerla. ¿Acaso no deberías poder entender lo que quiero decir? ¿Cómo es que no lo entiendes?”. ¿Podéis obtener este significado a partir de su respuesta? (No). Si su respuesta te permitió obtener una contestación precisa y enterarte de si sabía o no, entonces su respuesta sería lógica. Pero su respuesta solo te aporta un significado vago y en realidad no te deja conocer si sabe o no sabe. ¿Acaso no son muy atolondradas las personas que hablan siempre así? Si están respondiendo intencionadamente de esta manera, entonces es una cuestión de calidad humana. Si no lo están haciendo de manera intencionada y su respuesta no tiene necesariamente conexión con la respuesta que tratas de obtener, entonces existe un problema en su pensamiento y su lógica. Si existe un problema en su pensamiento y su lógica, ¿acaso esto no significa que tienen escaso calibre? ¿Es que no son propensas a las distorsiones? (Sí). Esta es una manifestación de que son propensas a las distorsiones. Esa persona pensó: “Te estoy diciendo que estaba aprendiendo a hacer esto cuando llegué aquí, así que el resultado inevitable es que sé hacerlo”. Lo que quería transmitir era la respuesta “sé hacerlo”. Sin embargo, las personas con pensamiento normal no obtienen una respuesta precisa después de oír esto. Así pues, su respuesta de que “estaba aprendiendo a hacer esto cuando llegué aquí” no tiene conexión lógica con su deseo de transmitir que sabe hacerlo. Por tanto, ¿acaso su respuesta no consistió en palabras atolondradas? (Sí). Decir palabras atolondradas mientras piensan que pueden comunicar bien y que ya han respondido a la pregunta; ¿acaso no refleja esto escaso calibre? (Sí). Esta es una manifestación de escaso calibre. Esa persona no tiene el pensamiento ni la lógica de la humanidad normal. No importa cómo se lo preguntes, ella será incapaz de darse cuenta de cuál es el quid del problema o de por qué sigues preguntando la misma cosa. Cuando preguntas por tercera vez, seguirá dando la misma respuesta e incluso se sentirá impaciente, pensará: “¿Por qué no paras de preguntarlo? ¡Ya te lo he dicho y sigues sin entenderlo y no paras de preguntar!”. Incluso después de preguntarle tres veces, será incapaz de darse cuenta de que su respuesta no es clara y no es lo que la otra persona está buscando, que debería cambiar sus palabras y enunciar con claridad si sabe o no sabe y no hacer que la otra persona lo adivine. Es incapaz de darse cuenta de lo que sus palabras hacen sentir a los demás o de cómo reacciona la otra persona después de oírlas; no repara en nada de esto. Esto muestra que no tiene calibre. No importa cuántas veces preguntes, dará la misma respuesta e incluso sentirá que lo que dice es sincero y no es falso, pensará: “Da igual cuántas veces preguntes lo mismo, yo he dado la misma respuesta; estoy practicando ser una persona honesta y estoy diciendo lo que se me pasa por la mente”. ¿No es esto un reflejo de su escaso calibre? (Sí). Cuando preguntas por Fulano, estas personas siempre hablan sobre Mengano y Zutano. Cuando preguntas por Mengano y Zutano, siempre hablan sobre Fulano. Las personas sin pensamiento normal tienen pensamientos atolondrados y embrollados. Esta es una manifestación importante de escaso calibre. En resumen, estas son las manifestaciones de las personas de diferentes calibres. Cuando evalúas su calibre según su capacidad o su falta de capacidad para entender y aplicar los principios-verdad o según si tienen o no entendimiento espiritual, estas son las manifestaciones. Aunque hemos hablado en unos términos un poco generales, ¿acaso no puedes básicamente equiparar Mis palabras con la vida real? (Sí). Por tanto, ¿acaso no hemos resumido más o menos el tema del calibre? (Sí). Con esto concluye nuestra discusión sobre el tema del calibre.

Decidme, ¿tiene algo que ver el grado en el que las personas se resisten y rebelan contra Dios con que su calibre sea bueno o malo? ¿Se resisten y rebelan las personas contra Dios debido a su escaso calibre? ¿Alguna vez habéis considerado esta cuestión? ¿Es esta una cuestión digna de consideración? (Sí). Algunas personas dicen: “Como tenemos escaso calibre, como el calibre que Dios nos concedió no es bueno, nos resistimos y rebelamos contra Dios con severidad”. ¿Es correcto este enunciado? (No). A partir de nuestra enseñanza previa sobre las diferencias entre las condiciones innatas, la humanidad y las actitudes corruptas, ¿a qué categoría pertenece el calibre? (A las condiciones innatas). Pertenece a las condiciones innatas. Por tanto, ¿sabes si los diversos aspectos de las condiciones innatas están relacionados con la humanidad y las actitudes corruptas de las personas? Empecemos por el calibre, ¿determina el calibre el grado en el que una persona se rebela y se resiste contra Dios? (No). ¿Por qué decimos que no lo determina? Esto guarda relación con la razón por la que las personas se resisten y rebelan contra Dios. ¿Se rebelan las personas contra Dios y se resisten a Él debido a su escaso calibre? (No, es porque tenemos actitudes corruptas). Eso es; esto es acorde a la realidad. Tu resistencia y rebelión contra Dios, así como tu incapacidad para someterte a la verdad, no se deben a tu escaso calibre, sino a tus actitudes corruptas. Y, por tanto, no te puedes quejar sobre si Dios te concede escaso calibre solo porque seas capaz de resistirte a Él. El calibre, o cualquier otro aspecto de tus condiciones innatas, son condiciones inherentes que tú mismo tienes; son intrínsecas, condiciones innatas que posees como ser creado. Con independencia de qué aspecto de las condiciones innatas se trate, no lleva a resistirse a Dios y no guarda relación con las actitudes corruptas. Por ejemplo, ser alto no significa que tengas menos actitudes corruptas. Ser hermoso o tener la piel clara no significa que no tengas actitudes corruptas. Nacer en una raza que la gente estima y admira no significa que no tengas actitudes corruptas. En otras palabras, no importa qué condiciones innatas haya dado Dios a alguien y, sean cuales sean las condiciones innatas de una persona, no tienen relación con las actitudes corruptas de esta. Por ejemplo, la propia apariencia de una persona no la lleva a resistirse a Dios. Sin embargo, como las personas tienen actitudes corruptas, cuando alguien es guapo, puede pensar: “Soy hermoso, así que debería tener estatus y ser respetado”. Estas son revelaciones de actitudes corruptas. Algunas personas se sirven de su buena apariencia para poner en juego sus puntos fuertes, con lo que revelan así muchos enunciados y acciones erróneos. Estos enunciados y acciones provienen todos de sus actitudes corruptas, no de sus condiciones innatas. Con independencia de si tienes un calibre bueno o escaso, el calibre mismo no lleva a resistirse a Dios. Si tienes buen calibre, pero no entiendes ni aceptas la verdad, te seguirás resistiendo y rebelando contra Dios porque tienes actitudes corruptas. Si tienes escaso calibre, pero puedes aceptar la verdad y, una vez que entiendes lo que Dios te dice que hagas o que no hagas, puedes atenerte a ello —y eres capaz de no actuar según tus actitudes corruptas—, entonces no te rebelarás contra Dios ni serás escurridizo ni holgazán, así como tampoco superficial, obstinado o arbitrario e imprudente. Con independencia de que tengas escaso calibre o no, mientras tengas actitudes corruptas, aunque puedas entender las palabras de Dios, seguirás rebelándote contra Dios y te resistirás a Él. Como las actitudes corruptas son tu vida, desarrollas de manera natural diversos pensamientos y puntos de vista satánicos, así como filosofías satánicas para los asuntos mundanos y puntos de vista satánicos que subyacen en cómo contemplas a las personas y las cosas, y te vas a jactar, te vas a defender a ti mismo y querrás destacar constantemente y colocarte por encima de los demás e incluso controlar y gobernar a otros. Todas estas manifestaciones surgen de la naturaleza satánica de las personas. Si haces diversas cosas basadas en tu naturaleza y tu vida satánicas, entonces, con independencia de que tengas buen o mal calibre, te resistirás a Dios. El calibre mismo no lleva a resistirse a Dios. Tienes escaso calibre, ¿pero puedes comportarte de acuerdo con las palabras de Dios en la medida que las entiendas? Si no tienes actitudes corruptas ni vives según tus actitudes corruptas, entonces no cabe duda de que puedes lograr esto. Toma como ejemplo tener este punto fuerte en particular; las personas piensan a menudo: “Como tengo este punto fuerte, soy superior a los demás; debería tener estatus en la casa de Dios, debería ser un líder o un pilar en la casa de Dios”. Estos pensamientos no provienen de tener un punto fuerte, sino que los causan las actitudes corruptas. Como para las personas las actitudes corruptas son su vida, todas las cosas que revelan, viven y exhiben —además de sus perspectivas, posturas y principios al contemplar a diversas personas, acontecimientos y cosas— están todas causadas por tener las actitudes corruptas como su vida. Esto no lo causa ninguna condición innata que Dios les haya dado. ¿Lo entendéis? (Sí). ¿Qué quiero decir al compartir estas palabras? El propósito de esta enseñanza es permitiros entender con mayor claridad y reconocer vuestra situación real, así como reconocer cómo es vuestro calibre; no seas una persona que no tiene razón y no participes en disputas sin sentido respecto a tener calibre promedio o escaso, ni siquiera ofrezcas excusas sin sentido para ilustrar que tu calibre no es escaso. Estas acciones no tienen valor. Esta enseñanza está orientada a permitirte entender con precisión tu calibre y tus diversas capacidades y, entonces, encontrar la posición que te corresponde y comportarte de acuerdo con tu correspondiente condición. Esto te será de más ayuda para que seas un ser creado como corresponde, para colocarte de manera adecuada en tu posición como ser creado y para cumplir los deberes de un ser creado. Por supuesto, en cierta medida también te ayudará más a desechar tus actitudes corruptas. Con independencia de en qué nivel se encuentren tu calibre o las diversas capacidades, no determinan el grado en el que te resistes y te rebelas contra Dios. En otras palabras, podría decirse también que tus actitudes corruptas no dependen de la clase de tu calibre y, menos aún, dependen de cómo sean tus condiciones innatas. Las actitudes corruptas de los humanos surgen de su carne innata e intrínseca. Después de que Satanás corrompiera a los humanos, sus actitudes corruptas se convirtieron en su vida interior. Cuando todavía no has desechado tus actitudes corruptas, te aprovechas de tus condiciones innatas para hablar y actuar según esta vida satánica. Esto significa que antes de desechar tus actitudes corruptas, te estás aprovechando de las diversas condiciones innatas que Dios te ha concedido a fin de conseguir tus propios propósitos. Y por tanto, podemos decir esto: si no desechas tus actitudes corruptas, te estás aprovechando de las diversas condiciones innatas que Dios te ha dado, o las estás pisoteando; si te hallas en el proceso de perseguir la verdad y practicarla para desechar tus actitudes corruptas, te estás aprovechando de diversas condiciones innatas que Dios te ha concedido de manera apropiada y efectiva; cuando pasas de tener las actitudes corruptas como tu vida a tener la verdad como tu vida, estás usando las condiciones innatas que Dios te ha concedido de manera apropiada y correcta; en otras palabras, de una manera más significativa. ¿Lo entiendes ahora? Las condiciones innatas mismas no son la causa principal de la resistencia de la especie humana contra Dios. En su lugar, las actitudes corruptas satánicas de las personas y la vida implantada en ellas por parte de Satanás son la causa original de la resistencia y rebelión de la especie humana contra Dios. ¿No es este el caso? (Sí). En lo esencial, ¿os queda claro este asunto ahora? (Sí).

Antes de que habláramos sobre el tema del calibre, compartimos algunas manifestaciones relativas a tres aspectos: las condiciones innatas, la humanidad y las actitudes corruptas. ¿Qué manifestaciones compartimos la última vez? (La última vez, las manifestaciones que se compartieron fueron la diligencia al hacer las cosas, hacer las cosas siguiendo una estructura, empezar a hacer las cosas con fuerza y acabarlas sin ganas, ejercer la cautela cuando se hacen las cosas, así como hablar con grandilocuencia y presumir, ser descuidado, tener gusto por exhibirse, desdeñar al pobre y favorecer al rico, ganarse el favor de los que tienen poder, tener una memoria excepcional, entre otras). No vamos a compartir más sobre tales asuntos. Continuaremos compartiendo sobre las diversas manifestaciones de las condiciones innatas, la humanidad y las revelaciones de actitudes corruptas. Cuando ocurran estas manifestaciones, debes saber a qué tipo pertenecen y poder diferenciarlas y discernirlas; solo entonces las puedes abordar con precisión. Si alguna manifestación se refiere a las condiciones innatas, que son inalterables, entonces no hace falta que te preocupes por ella. Si pertenece a algunos defectos o fallos de humanidad que se pueden superar, corregir o cambiar, entonces deberías intentar corregirlos y cambiarlos. Si no hay necesidad de superarlos y no afectan a tu cumplimiento del deber ni a tu búsqueda de la verdad, entonces no necesitas prestarles atención. Si una manifestación no es ni un problema de condiciones innatas ni un problema de humanidad, sino que implica actitudes corruptas, entonces se debe cambiar. Si no la transformas ni la cambias, entonces con una forma de vida dominada por actitudes corruptas que se arraigan y tienen poder dentro de ti, lo que vives y lo que revelas no son meros problemas menores tales como ser incapaz de llevarse bien con los demás o ser desagradable con ellos y no lograr edificarlos. En su lugar, lo que vives y revelas llega al nivel de vulnerar la verdad, vulnerar los principios-verdad, resistirse a Dios, rechazarlo, mostrar antagonismo respecto a Él y —se puede incluso decir— de colocarte en oposición a Dios. Precisamente porque las actitudes corruptas son de esta naturaleza, una vez que estas manifestaciones implican actitudes corruptas, debes llegar a conocer estas actitudes corruptas y luego buscar la verdad, entender y captar los principios de practicar la verdad y practicar de acuerdo con los principios-verdad para reemplazar estas actitudes corruptas, de modo que ya no dominen tu vida y, en su lugar, la verdad se convierta en tu vida y ejerza el dominio en tu vida cotidiana y en lo que vives.

Continuaremos compartiendo sobre las diversas manifestaciones de las condiciones innatas, la humanidad y las actitudes corruptas. La última manifestación sobre la que compartimos la vez anterior fue la de tener buena memoria, ¿cierto? (Sí). Entonces, ¿a qué aspecto corresponde el olvido? (A las condiciones innatas). Esta es una condición innata y además un defecto de humanidad; solo estos dos aspectos. ¿Es el olvido un carácter corrupto? (No). Obvio que no. Algunas personas son olvidadizas porque tienen poca memoria por naturaleza, mientras que otras son olvidadizas debido al envejecimiento del cerebro y al declive de su memoria cuando llegan a mayores. Si el olvido es innato, pertenece a las condiciones innatas; si es adquirido, entonces es un defecto de humanidad. Por supuesto, a ser olvidadizo por naturaleza también se lo considera un defecto, ¿no es así? (Sí).

Cuando a alguien se le da bien planificar antes de hacer las cosas, ¿a qué aspecto pertenece esto? (Es un mérito de humanidad). Es un mérito de humanidad. Antes de hacer algo, aquellos a los que se les da bien planificar lo hacen por adelantado y luego siguen los pasos, sin ser impulsivos, imprudentes ni apresurados. Actúan de manera firme, no se apresuran a hacer las cosas por capricho, sino que consideran de antemano cómo deberían ir, con quién ir, qué hacer ante circunstancias especiales, qué documentos u objetos hace falta traer, si llevar algunos artículos esenciales de primera necesidad en función del entorno y demás. Son capaces de tener todas estas cosas en consideración. Antes de hacer las cosas, se preparan exhaustivamente, consideran más factores y son más meticulosos en sus consideraciones. Evaluarán por adelantado la distinción entre las condiciones favorables y las que no lo son, así como diferenciarán entre el mejor de los casos y las peores consecuencias posibles. Harán arreglos razonables para lograr los mejores resultados. Como se les da bien planificar y hacer arreglos razonables, su manejo de los asuntos suele ser más concienzudo. Las situaciones inesperadas en las cosas y los itinerarios que arreglan ocurren con menor frecuencia y los resultados de su trabajo tienden a ser mejores. Las personas que trabajan con ellos no sienten ansiedad, sino que, en vez de eso, se sienten más en calma. Por tanto, ¿se puede decir que, en términos relativos, el que se te dé bien planificar es un mérito de humanidad? (Sí). Con eso hemos cubierto el tema de que alguien se le dé bien planificar. Entonces, ¿es bueno o malo ser calculador? (No es bueno. Es un defecto de humanidad). Ser experto en planificar es un mérito y un punto fuerte de la humanidad —es positivo—, mientras que ser calculador es un defecto de humanidad. Por ejemplo, si dos personas van a comer y cuesta diez yuanes en total y, a la hora de pagar, una persona calculadora paga cinco yuanes y cincuenta céntimos, mientras que la otra aporta cuatro yuanes y cincuenta céntimos, la primera siente que: “Esto no está bien, él ha pagado cincuenta céntimos menos. Cada uno debería pagar cinco yuanes para que sea justo y razonable”. Hace cálculos incluso con una cantidad tan pequeña. Si siente que ha salido perdiendo, se siente incómoda y busca siempre la oportunidad de recuperar sus pérdidas por medio de intrigas. Si no puede recuperar sus pérdidas de esta manera, no puede comer ni dormir bien. Ser calculador es un defecto de humanidad. Si esto se vuelve grave y es calculadora incluso en asuntos importantes, si siempre trata de sacar beneficio de los demás o aprovecharse de ellos o, con frecuencia, recurre a intrigas a causa de sus cálculos, entonces esto no es un mero defecto de humanidad, sino que implica un carácter corrupto. Si alguien que está siendo calculador no afecta a los demás ni perjudica sus intereses y solo está presente en asuntos triviales de la vida diaria, lo que al final le conduce a frecuentes fallos o a escasos resultados a la hora de lidiar con los asuntos, este es un defecto de humanidad.

¿Qué clase de problema es ser tacaño? (Un defecto de humanidad). ¿Qué manifestaciones constituyen ser tacaño? Por ejemplo, si una persona tacaña está a punto de ir en coche a alguna parte y alguien le dice: “Resulta que está de camino, ¿me puedes llevar? Solo serán cinco minutos y te puedo dar algo de dinero para la gasolina”, ella teme que la otra persona no pague el viaje y se inventa una excusa para rechazar llevarla; esto es ser tacaño. También están aquellos que, cuando se les pide algo prestado y no quieren prestarlo, dicen: “Ahora mismo lo estoy usando. En realidad, no es buen momento para prestártelo. Deberías pedírselo a otro”. Son extremadamente miserables y malos; no tienen interacciones interpersonales normales y tienen un gran temor de que se aprovechen de ellos, al tiempo que siempre esperan aprovecharse de los demás. A esto se le llama ser tacaño. También están aquellos que, cuando les pides prestados diez yuanes para comprar comida y algunas otras cosas, se lo piensan: “Solo te voy a dejar cinco yuanes para la comida, ¡ni un céntimo más!”. Al día siguiente, cuando te ven, incluso te preguntan: “¿Cómo fue la comida? ¿Gastaste los cinco yuanes?”. En sus palabras se insinúa con sutileza: “¡Devuélvemelos, rápido! Me sigues debiendo esa comida. ¡Si no me pagas, tendrás que invitarme a comer!”. Las personas de esta clase son extremadamente mezquinas en su conducta propia y se les da bien calcular. No solo en lo relativo a las cosas materiales, sino que se les da especialmente bien calcular en las interacciones personales. No importa lo que alguien les diga, siempre lo interpretan a su manera y reflexionan sobre el significado oculto. Si las palabras perjudican o vulneran sus intereses, las represalias son inmediatas. Incluso en las conversaciones, buscan aprovecharse y rechazan con rotundidad sufrir alguna pérdida. Esto ya no solo es ser mezquino o tacaño; es un carácter corrupto. Si solo implica intentar aprovecharse y evitar pérdidas en las interacciones materiales y financieras diarias, esto es meramente un defecto de humanidad y no ha llegado al nivel de un carácter corrupto. Sin embargo, si implica principios de comportarse y actuar, entonces ya no es un defecto de humanidad, sino que ha llegado al nivel de un carácter corrupto. Por tanto, ¿a qué pertenece la generosidad? (Es un mérito de humanidad). Esto se puede clasificar como un mérito de humanidad. En sus interacciones con los demás, las personas generosas no se preocupan mucho de las ganancias y las pérdidas. Cuando otros se aprovechan un poco o les quitan algo pequeño o, a veces, cuando alguien no les devuelve el dinero que le han prestado, en realidad no son calculadoras respecto a esas cosas. Son relativamente generosas y tolerantes con los demás; este es un mérito de humanidad.

¿Qué clase de problema es la mezquindad? (Un defecto de humanidad). Es un defecto de humanidad. ¿Cuáles son las manifestaciones de la mezquindad? (Una tendencia a armar alboroto por asuntos menores). Por ejemplo, si le dices a una persona mezquina durante una comida: “Tienes bastante apetito, comes más que la mayoría de la gente”, se enfada: “¿Me estás llamando glotón?”. Hiciste un comentario que de manera inadvertida la hirió o la molestó y se lo toma a pecho y no lo deja pasar. Puede seguir enfadada contigo durante quince días y negarse a hablarte y no tendrás idea de la causa. En realidad, solo hiciste un comentario de pasada sin ninguna intención de burlarte de ella, pero de manera inesperada, magnifica este comentario y cree que te estabas riendo de ella. Se toma muy a pecho incluso un asunto tan pequeño y lo exagera sin cesar, le da una importancia desproporcionada y no muestra la menor indulgencia; esto es mezquindad. ¿Cómo de mezquina puede ser esta clase de persona? Puede ser tan terca como un niño y nadie se atreve a provocarla. Cuando interactúes con ella, siempre has de ser cauto, no te arriesgues a hablarle con normalidad, porque si lo haces, cualquier cosa que digas podría ofenderla o herirla y eso traerá consecuencias; la próxima vez que os encontréis, te pondrá mala cara, rehuirá tu mirada e incluso golpeará cosas. Si intentas hablar con ella, te ignorará. No va a funcionar que hables las cosas con ella ni tampoco intentar coaccionarla. Si te sientas cerca de ella, te evitará y te ignorará. Tenga la edad que tenga, siempre tiene rabietas infantiles y actúa con terquedad; ¿no es esto mezquindad? (Sí). Este es un defecto de humanidad. Es muy difícil llevarse bien con estas personas. Cuando los hermanos y hermanas comparten juntos con sinceridad y señalan los defectos de los demás, nadie se atreve a señalarles nada a las personas de esta clase. Pero si no se las incluye en esa charla sobre los defectos, se quedan insatisfechas y empiezan a albergar algunos pensamientos: “Todos compartís juntos con sinceridad, os ayudáis los unos a los otros, pero no me tratáis como a un hermano o una hermana”. No es bueno no decirles nada; tienes que decirles algo pequeño: “Eres genial, pero a veces tu temperamento no es muy bueno. Sin embargo, nosotros también tenemos nuestros defectos y a menudo no prestamos atención a lo que estamos diciendo”. Si no lo enunciamos de esa manera y solo decimos que tienen mal genio y son estrechas de miras, eso no va a funcionar; se enfadarán. Cuando interactúes con ellas, tienes que ser especialmente cauteloso y hablar con cuidado. Si dices algo inapropiado, tendrás que cargar con las consecuencias. Por tanto, es particularmente agotador interactuar con ellas. Los no creyentes tienen una manera de definir esto, dicen que las personas de esta clase tienen el “corazón de cristal”, lo que significa que es especialmente fácil herirlas. Las que son así se sienten heridas, empiezan a llorar, se niegan a comer, no pueden dormir y se vuelven negativas a la más mínima. Dicen: “Todos decís que no soy bueno. No os gusto a ninguno de vosotros y todos me evitáis y no queréis estar cerca de mí”. ¿No es esto infantil? (Sí). Alguien dice: “Tu corazón es tan frágil como el cristal; se quiebra ante el menor daño. ¿Quién se atrevería a dejarte en evidencia? ¿Quién se atrevería a tratar contigo? Todo el mundo tiene miedo de hacerlo”. Decir que las personas de esta clase tienen humanidad malvada no sería objetivo; en realidad no llevan a cabo ninguna acción malvada. Es solo que son especialmente petulantes; son tercas, quisquillosas y tienen el temperamento de un niño. No puedes chocar con ellas ni provocarlas. Si eres indulgente con ellas, dicen que las estás menospreciando y que no te las tomas en serio; si te pones serio con ellas, dicen que eres quisquilloso; hagas lo que hagas, está mal. Cuando interactúas con personas de esta clase, si tu enfoque es el apropiado y te las arreglas para agradarlas, aunque su calibre sea un poco escaso, pueden hacer bien su deber. Pero si tu enfoque no es el apropiado y algo las altera, se vuelven negativas y tienes que devanarte los sesos para buscar maneras de apaciguarlas. Las personas mezquinas son muy problemáticas. Pueden llorar durante mucho tiempo por un asunto trivial, hasta que se les enrojecen mucho los ojos. Si un asunto trivial no les va como ellas quieren, pueden hacer pucheros durante horas. Cuando se salen de sus casillas, se pueden pasar quince días sin prestar ninguna atención a los demás ni hablar con nadie. Las de esta clase tienen mal genio y son mezquinas, pero siguen haciendo el trabajo que les corresponde; es solo que lo hacen con rabia. Una vez que mejora su ánimo, pueden trabajar bien de nuevo. En general, este defecto y problema de su humanidad es grave. Es probable que creen una atmósfera tensa y causen problemas y se impongan cargas a sí mismas y a otros. Las personas de esta clase no tienen la magnanimidad de los adultos ni la actitud de estos para los asuntos mundanos. Son un poco como niños de unos diez años; no puedes decir que sean sensatas, porque no lo son en realidad, pero no puedes decir que sean inmaduras porque siempre hablan como adultos. Si las tratas como adultos, entonces es posible que cualquier cosa que digas pueda desagradarlas y que se sientan limitadas, lo que provocará que de repente tengan una rabieta propia de un niño. Pero si las tratas como niños sienten que las estás menospreciando. En resumen, son muy anormales. Este es un defecto de humanidad. Si alguien tiene esta clase de problema, debería cambiar y esforzarse para aprender a ser tolerante y paciente, aprender a abordar y lidiar con los asuntos de la manera y con la actitud correctas, así como interactuar con los demás de la manera racional propia de las personas normales. Incluso si la mayoría de las personas no acepta la verdad ni el camino correcto de hacer las cosas, no deberías estar limitado ni influenciado por esto, así como tampoco restringido o atado. Deberías seguir perseverando para hacer las cosas de la manera correcta. Aunque te parezca que es difícil, no te rindas; esto también es parte del proceso de aprendizaje. Poco a poco madurarás en tu humanidad, tu perspicacia y otros aspectos; crecerás. ¿Cuál es el indicativo del crecimiento? El poder tener una relación armoniosa con la mayoría de las personas; ser capaz de soportar, entender y abordar correctamente que alguien te diga algo desagradable, haga una broma o diga algo que te duele. Si lo que dicen los demás suena desagradable pero refleja tu situación actual, deberías aceptarlo y reconocerlo. Si alguien dice sin darse cuenta algo que te ofende y ves que no era intencionado, tu elección debería ser la de practicar la tolerancia. Si alguien te ataca de manera deliberada y dice algunas cosas muy dañinas, entonces te tienes que calmar, orar a Dios y buscar: “¿Por qué me está atacando así? ¿Cuál es su intención? ¿Es una persona malvada o esta es una revelación de un carácter corrupto? Si es una persona malvada, entonces necesito tener más discernimiento y protegerme de ella. Si lo que dice es correcto y se conforma a la verdad, lo aceptaré; si es incorrecto, entonces tampoco hay necesidad de discutir con ella. Si está revelando un carácter corrupto, veré si puede aceptar la verdad. Si acepta la verdad, entonces compartiré la verdad con ella. Si no acepta la verdad, entonces solo puedo practicar la paciencia”. ¿No resuelve esto el problema? De esta manera, cuando interactúas con toda clase de personas, puedes hacerlo con tolerancia y asistencia mutuas, así como tener una relación armoniosa con ellas; esto siempre es mejor que ser una persona mezquina. Las personas mezquinas, por una parte, causan una importante incomodidad a los demás y, por otra, no logran encajar en ningún grupo, parecen muy aisladas y fuera de lugar. Algunas personas bondadosas sentirán pena por ti y en realidad todo el mundo querrá ayudarte, porque todos sois hermanos y hermanas, pero cuando te aíslas constantemente a ti mismo y sigues así de solo, ¿acaso no crees que a los demás les pareces raro? (Sí). ¿Por qué te sientes fuera de lugar? Porque tienes este defecto de humanidad, así que deberías trabajar para superarlo y cambiar poco a poco, ¿no es así? (Sí).

Tener mal genio, ser temperamental; ¿a qué aspecto pertenece esto? (Es un defecto de humanidad). A tener mal genio también se le puede llamar ser temperamental; ¿cuenta esto como un defecto de humanidad? (No). ¿Cómo se debería contemplar esto? Una persona que tiene buen temperamento, que esconde su malicia detrás de una sonrisa, siempre habla de manera amable y amistosa, nunca discute con nadie y siempre dice lo que los demás quieren oír; ¿es eso bueno? (No). Si alguien dice que tal persona es grosera, ella dice: “Ser grosero es bueno; las personas groseras no causan problemas”. Si alguien habla de su calvicie, dice: “Ser calvo es bueno; la gente calva es inteligente”. Es decir, da igual lo que digan otros o cómo las traten los demás, nunca pierden los nervios ni se enfadan; ¿es este un buen tipo de persona? (No). En lo relativo a qué personas les gustan realmente, a cuáles son sus pensamientos y puntos de vista respecto a las personas y las cosas buenas y a las personas y las cosas malvadas, así como a si aprueban a las buenas personas y detestan a las malvadas o aprueban a las malvadas y detestan a las buenas, no cuentan con puntos de vista ni posturas claros sobre estas cosas ni comentan nada al respecto. Con independencia de con qué asunto se encuentren, siempre lo desestiman con una sonrisa y son especialmente agradables y no tienen temperamento. ¿Es esto un mérito de humanidad? (No). Tener buen temperamento no es un mérito de humanidad, así que, ¿es tener mal genio un defecto de humanidad? ¿Puede determinar el buen o el mal genio que tenga una persona cómo es su humanidad? (No). Por ejemplo, algunas personas ven a alguien ser superficial en su deber y no les importa, ven que alguien perturba el trabajo de la iglesia y no se enfadan e incluso dicen: “Está bien, mejorarás; tómate tu tiempo. Dios tiene intenciones meticulosas con nosotros; debemos retribuir el amor de Dios y Su gracia y no podemos ser superficiales. Presta atención a esto la próxima vez”. ¿Tienen estas personas buen temperamento? (Sí). Algunas personas, cuando ven que alguien no salvaguarda los intereses de la casa de Dios, dicen: “¿Podrías intentar salvaguardar los intereses de la casa de Dios? Sería genial que fueras considerado con las intenciones de Dios. Debemos ser buenas personas; si no somos buenas personas, no seremos del agrado de Dios. En la manera que nos comportamos, como poco, debemos salvaguardar los intereses de la casa de Dios; presta atención a esto en el futuro”. ¿Se muestra un temperamento en esto? (No). Su temperamento es bastante bueno, ¿no es cierto? Algunas personas no se enfadan nunca, pase lo que pase. Cuando ven que otras informan a menudo de cifras falsas para engañar a lo Alto y a la casa de Dios mientras predican el evangelio, dicen: “Si la mayoría de las personas informa de cifras falsas de esta manera, entonces esta es la corriente de la obra del Espíritu Santo; ¡debemos someternos a esto!”. Alguien se lo refuta, dice: “Informar de cifras falsas es mentir y engañar a Dios; no puedo hacerlo”. Ellas responden: “¿Por qué no? Otras personas informan de cifras falsas, solo informan de las buenas noticias y no de las malas. ¿Por qué estás siendo tan necio?”. Cuando ven a las personas informar de cifras falsas, se sienten felices. Cuando ven a algunas personas ciñéndose a los principios y negándose a informar de cifras falsas, se enfadan y se enrabietan, aporrean la mesa y dicen: “¿Por qué no estás informando de cifras falsas? ¿Quieres ir en contra de la corriente del Espíritu Santo? Si no informas de cifras falsas, ¡te destituiré! ¡Te desecharé!”. ¿Qué te parece que pierdan los nervios de esta manera? (Es malo). Es un arrebato de rabia perversa. ¿Acaso no es vil que no pierdan los nervios cuando corresponde y los pierdan de manera arbitraria cuando no deberían, que llamen rectas a las cosas malvadas, que a informar de cifras falsas lo llamen la corriente del Espíritu Santo y sea algo que alaben mucho e incluso promuevan? (Sí). Cuando ven que alguien rechaza informar sobre cifras falsas, golpean la mesa, se enfadan y lo miran con odio, quieren destituirlo o desecharlo; ¡esta es una “furia estruendosa”! El gran dragón rojo tiene una “Operación Trueno”; esa muestra de fuerza del diablo se llama “Operación Trueno” y esta es la “furia estruendosa” de estas personas. Si te niegas a informar de cifras falsas y ellas golpean la mesa y desatan su estruendosa furia contra ti, en tal situación, ¿os atreveríais a ceñiros a los principios, a informar solo de las cifras reales y a negaros a informar de las falsas? ¿Acaso os atreveríais a levantaros y criticarlas y a dejarlas en evidencia diciendo esto?: “Estás obligando a las personas a informar de cifras falsas, ¡eres un diablo! Dices incluso que la corriente del Espíritu Santo es seguir a los anticristos e informar de cifras falsas. ¿Acaso esto no es blasfemar del Espíritu Santo y blasfemar de Dios? No distingues lo correcto de lo incorrecto y blasfemas del Espíritu Santo y, sin embargo, te consideras un ángel recto. No estás dispuesto a permitir que nadie vaya en contra de tu exigencia de informar de cifras falsas e incluso pierdes los nervios. No tienes el menor sentido de la rectitud. No solo no dejas en evidencia las cosas malas ni las condenas, sino que también dejas que tu temperamento se desate en gran medida contra aquellos que se ciñen a la verdad y rehúsan informar de cifras falsas, e incluso llegas a desatar tu ‘furia estruendosa’ contra ellos. ¿No es esto trastornar y perturbar deliberadamente el trabajo de la casa de Dios? ¿No es este comportamiento de la misma naturaleza que lo que hace el gran dragón rojo?”. Por tanto, al volver a mirar si tener mal genio es realmente un defecto de humanidad o un mérito de humanidad, esto no se puede generalizar. Depende de qué situaciones causen que una persona pierda los nervios y cuáles no, así como por qué esa persona suele tener mal genio. Depende de qué esté buscando esa persona, si esa persona tiene principios para su conducta propia y cómo es exactamente su actitud hacia la verdad, además de su actitud hacia Dios, Su obra, los intereses de la casa de Dios y el trabajo de la iglesia. Si en aras de defender los principios-verdad, salvaguardar los intereses de la casa de Dios y salvaguardar el trabajo de la casa de Dios, tienen mal genio de manera consistente cuando se enfrentan a diversas personas, acontecimientos y cosas malvados, entonces esto es un mérito de su humanidad. Pero si nunca se enfadan ni se enrabietan cuando afrontan diversas cosas malvadas o cosas que se resisten a Dios, como si no tuvieran nada que ver con ellas, entonces esto no es un defecto de su humanidad; esto es escasa humanidad, una ausencia de sentido de la rectitud y por supuesto pertenece a la categoría de las actitudes corruptas. Por tanto, ¿cómo se debería contemplar el temperamento? Que una persona tenga un buen temperamento no significa necesariamente que su humanidad sea buena y que una persona tenga mal genio no significa necesariamente que su humanidad sea escasa; eso depende de adónde dirija su mal genio. Si su mal genio va dirigido a cosas que son malvadas, oscuras y no son acordes a la verdad —si va dirigido hacia cosas que vulneran los principios de la casa de Dios, dañan los intereses de la casa de Dios, así como trastornan y perturban el trabajo de la iglesia— y se enfadan con frecuencia, además de perder los nervios porque se sienten ansiosas, agitadas y preocupadas por estas cosas, entonces no se trata de una humanidad escasa. Esto es ser considerada con las intenciones de Dios, es un mérito de humanidad. Por el contrario, si cuando afrontan estas cosas negativas, no muestran temperamento, no dan un paso al frente para salvaguardar los intereses de la casa de Dios o el testimonio de Dios ni se ciñen a los principios-verdad ni dan un paso al frente para parar o restringir estas cosas, sino que en su lugar permiten que estos trastornos y perturbaciones crezcan y se difundan sin control, entonces, aunque pueda parecer que tales personas tengan un temperamento muy bueno, en realidad, su calidad humana es extremadamente escasa. ¿No es este el caso? (Sí). ¿Cómo debería contemplarse el asunto de tener mal genio? Depende de hacia qué asuntos va dirigido el mal genio de una persona; deberías fijarte en cómo es la calidad humana de esa persona, qué busca, qué senda camina y qué actitud tiene hacia la verdad, hacia Dios y hacia el trabajo y los intereses de la casa de Dios. ¿Es precisa esta manera de contemplarlo? (Sí). Si una persona no tiene sentido de la rectitud, sino que es temperamental, se enfada con facilidad y es muy impulsiva cuando se asocia con las personas en su vida cotidiana, es presa de la ira con frecuencia y a menudo discute y se enfrenta a los demás respecto a asuntos triviales, e incluso usa un lenguaje soez, este no es un defecto de humanidad, sino una calidad humana extremadamente escasa. Al mirarlo desde el punto de vista de las actitudes corruptas, el carácter de esta persona es cruel y nadie se atreve a provocarla. No pierde los nervios en aras de salvaguardar las causas rectas, salvaguardar las cosas positivas, defender los principios-verdad ni salvaguardar los intereses y el trabajo de la casa de Dios, sino más bien en aras de salvaguardar todos sus intereses propios, su reputación, estatus, vanidad, posesiones materiales, dinero y demás. El mal genio de tal persona se puede clasificar como una calidad humana extremadamente escasa. El mal genio de esta se debe contemplar en función de la situación, se debe considerar hacia qué está dirigido y las intenciones que lo subyacen. Si a fin de salvaguardar sus propios intereses o proteger su reputación y estatus, de veras puede perder los nervios y montar un escándalo por un único comentario, entonces su calidad humana es extremadamente escasa. Si en general es bastante magnánima en lo que se refiere a asuntos que implican a sus intereses personales —por ejemplo, cuando otros hacen a veces comentarios dirigidos a esta persona y dañan un poco su orgullo o se aprovechan un poco de ella, suele dejarlo pasar y no pierde los nervios—, si no arma alboroto por cosas pequeñas y puede adaptarse con facilidad cuando se asocia con otros y, sin embargo, pierde los nervios cuando ve a alguien trastornar y perturbar el trabajo de la iglesia y causar perjuicio a los intereses de la casa de Dios, entonces esto no es mala calidad humana. Más bien, es el sentido de la rectitud que la humanidad debería tener; es un mérito de humanidad.

¿A qué clase de problema pertenece ser propenso a enfurruñarse? (Es un defecto de humanidad). Este es un defecto de humanidad. ¿Qué clase de personas son propensas a enfurruñarse? (Las mezquinas). Las personas mezquinas, las que son susceptibles y los niños son todos propensos a enfurruñarse. Cuando se encuentran con algún asunto menor, se enfadan a la mínima, rechazan hablar contigo, rechazan verte y no te responden al teléfono. Si dices sin querer algo que les haga daño, empiezan a enfurruñarse, te ignoran mucho tiempo y no dicen nada, ni siquiera al preguntarles al respecto. Les preguntas: “¿Qué sucede? Si hay un problema, vamos a resolverlo. Si te debo algo, te lo compensaré. Si algo que dije te hizo daño, te pido disculpas y haré cualquier cosa que necesites que haga”. Sin embargo, siguen guardando silencio, enfurruñadas. ¿Acaso no son problemáticas tales personas? (Sí). Esto es humanidad anormal. Todos los problemas relacionados con la humanidad que no llegan al nivel de problemas relativos a la calidad humana pertenecen a defectos de humanidad. Un defecto significa que algo que debería estar presente dentro de la humanidad normal de alguien no lo está; la propia actitud o manera de comportarse y lidiar con los asuntos es anormal o inmadura y no cumple el estándar de razón para la humanidad normal. Esto es un defecto. Por una parte, ser propenso a enfurruñarse irrita a los demás, a los que no les gusta interactuar con las personas así. Además, ser propenso a enfurruñarse resulta inmaduro de una manera infantil. En general, solo los niños de unos diez años se comportan de esta manera; los adultos no tienen estas manifestaciones. Cuando tal persona tiene una buena relación contigo, los dos sois tal para cual. Pero cuando las cosas se agrian entre vosotros, esa persona se vuelve hostil, se enfurruña, se niega a hablar contigo, te devuelve todo lo que le diste y corta la relación contigo por completo. Sin embargo, quién sabe, puede que un día os reconciliéis y volváis a ser igual de cercanos que antes. Estas son manifestaciones de inmadurez. A todas estas manifestaciones de inmadurez se las considera defectos de humanidad. Ser propenso a enfurruñarse es un defecto de humanidad. Es más probable que las personas propensas a enfurruñarse demoren las cosas cuando hacen un deber. Nunca sabes cuándo podrían enfurruñarse durante días porque alguien dijo algo que les hizo daño. Da igual lo importante que sea el deber, pueden parar de hacerlo sin decir nada. Es posible que pienses que siguen haciendo su deber con normalidad, pero en realidad, ya hace mucho que pararon de trabajar. Por tanto, es imperativo que nunca les asignes trabajo importante a las personas propensas a enfurruñarse, en especial tareas en etapas críticas, pues son extremadamente tercas, siempre emocionales y propensas a enfurruñarse, y carentes de racionalidad, lo que lleva fácilmente a que abandonen su trabajo durante el transcurso del cumplimiento de su deber. Si la única opción es que ellas hagan este trabajo o no hay nadie para reemplazarlas, entonces, cuando les asignes el trabajo, debes tener a alguien que las supervise. Si alguien las puede reemplazar, entonces no se les debería asignar trabajo relativamente importante. Por ejemplo, algunas personas tienen un poco de calibre y pueden lidiar con el trabajo de un líder de iglesia, pero cuando un hermano o hermana dice algo que les hace daño, se enfurruñan: “¡Lo dejo! Podéis poner de líder a quien queráis. Yo me voy a casa a vivir mi vida, ¡se acabó!”. Una vez que se enfurruñan, pueden abandonar su deber y marcharse y quién sabe cuándo volverán. ¿Son fiables esas personas? (No). Pagan su ira con su deber y con el trabajo de la iglesia, abandonan su deber en cualquier momento. ¿Acaso no es esa una manifestación de inmadurez? (Sí). Tratan su deber y el trabajo de la iglesia como si fuera un juego de niños, como jugar a las casitas; eso es una manifestación de inmadurez. Cuando los niños juegan a las casitas, es solo un juego; si se molestan, dejan de jugar, no se causa ninguna demora. Pero ¿acaso no demora las cosas tratar el trabajo de la iglesia o algún deber igual que cuando un niño juega a las casitas y lo deja cuando le viene en gana? Esto no solo demora sus propios asuntos; si son líderes de la iglesia, demoran el trabajo de esta. Si están haciendo un deber importante, entonces este se demora. Por tanto, a la hora de elegir a qué personas se usa, debes considerar si tienen el problema de ser propensas a enfurruñarse. Si tienen este problema, ¿es grave? ¿Cómo de grave es? ¿Abandonarán su trabajo? Cuando se enfurruñen, ¿se enfadarán, se irán a casa y dejarán de hacer su deber y se negarán a volver sea quien sea el que las llame? Es muy difícil lidiar con las personas de esta clase. No las uses nunca, las de su clase son susceptibles. Coaccionarlas no funciona, disciplinarlas tampoco y, por mucho que compartas la verdad, les resulta difícil aceptarla. Solo cuando la descubren por sí mismas y la entienden por su cuenta son capaces de recuperarse y regresar a la razón normal. Por tanto, aparte de tener actitudes corruptas, si la humanidad de una persona tiene además muchos defectos o fallos, entonces, una vez que se encuentra con algo desagradable, eso puede causar que se vuelva tan negativa que no pueda recuperarse. Aunque tenga algo de determinación y esté dispuesta a perseguir la verdad para lograr la salvación, e incluso si está decidida a cumplir bien su deber y ser acorde al estándar como ser creado, cuando surgen dificultades o situaciones desagradables, ya no puede avanzar. Por tanto, si una persona quiere perseguir la verdad y hacer bien su deber, debe buscar la verdad para resolver cualquier defecto o fallo que pueda existir en su humanidad. Si no posees un corazón que tenga un tremendo deseo de Dios o ansíe la verdad y no estás dispuesto a superar estos defectos de humanidad ni tienes suficiente determinación para hacerlo, entonces afrontarás numerosos desafíos. Si no puedes siquiera cambiar o superar estos defectos personales, será incluso más difícil desechar tu carácter corrupto.

Hablemos ahora sobre “el gusto por aprovecharse”, ¿qué clase de problema es este? (Un defecto de humanidad). ¿Es esto un defecto de humanidad? El gusto por aprovecharse es un problema de calidad humana. Si alguien se aprovecha en todas las situaciones, incluso con algo tan pequeño como una verdura, un pedazo de papel o una botellita de agua, este es un problema con su calidad humana; su calidad humana es extremadamente escasa. Este no es un defecto de humanidad. ¿Lo entendéis? (Sí). Tales personas tienen una calidad humana extremadamente escasa y ninguna integridad. Cuando compran en una tienda, siempre intentan regatear y piden descuentos. Cuando compran verduras en el mercado, discuten sin descanso por unos pocos céntimos. Cuando se quedan en un hotel y ven artículos de cortesía como toallas desechables, cepillos y pasta de dientes, se lo llevan todo a casa sin dejarse ni uno atrás, por miedo a perderse algo. Algunas personas dicen: “¿Les gusta aprovecharse porque son pobres?”. No, este tipo de personas simplemente tienen esta clase de calidad humana. A su familia no le falta el dinero, pero aun así insisten en aprovecharse. Cuando empiezan a creer en Dios, las de esta clase se aprovechan incluso de la casa de Dios. Algunas personas no comen en su propia casa, sino que siempre van a la casa de acogida para comer gratis, con la excusa de que están allí para ayudar. Usan en secreto las pertenencias de los hermanos y hermanas. Evitan usar sus propias cosas y siempre usan las pertenencias de los demás. No llevan su propia ropa y siempre se ponen la de otros. Cuando ven a alguien hacer la colada, le piden que lave un par de cosas suyas, ya que están, y acaban por darle siete u ocho prendas de ropa; es evidente que esto es aprovecharse. Simplemente tienen esta clase de calidad humana. Aunque está claro que su familia tiene dinero, aun así toman prestado de los hermanos y hermanas. Cuando les preguntas cuándo te lo van a devolver, dicen: “Te lo devolveré cuando tenga dinero. Si no lo tengo, ¿cómo lo voy a devolver? No tengo dinero, ¡solo mi vida!”. ¿Qué significan estas palabras? Está claro que no quieren devolver el dinero y nunca lo pretendieron; solo querían aprovecharse, usar el dinero de otros para su propio disfrute y para gastarlo con libertad. Este es su propósito. Cuando ven que alguien se ha comprado algo nuevo, se interesan mucho por ello y piensan constantemente en pedirlo prestado. Si el propietario lo necesita y no quiere prestarlo, lo toman prestado por la fuerza de todas formas. Lo usan hasta que es viejo o está roto y siguen sin devolverlo, lo tratan como si fuera suyo. Esta clase de personas se aprovechan en todas partes, toman cosas prestadas y nunca las devuelven. ¿Es este un defecto de humanidad? (No). Esto es no tener integridad y tener una calidad humana extremadamente escasa. ¿Habéis visto alguna vez a esta clase de personas? (Sí). Hay unas cuantas. Decidme, ¿pueden practicar la verdad? (No). ¿A qué clase de personas pertenecen la mayoría de estos individuos? ¿Acaso no son unos bribones? No importa cuánto se aprovechen de los demás, su conciencia no los acusa. Decidme, ¿tienen conciencia? (No). ¿Qué clase de personas son aquellas sin conciencia? No digamos si son personas buenas o malvadas; como mínimo, carecen de los estándares y las condiciones de humanidad más básicos que se requieren para practicar la verdad. Hemos compartido previamente que, para practicar la verdad, una persona debe al menos poseer conciencia. En la conciencia de una persona se incluye el sentido de la vergüenza. ¿Tienen sentido de la vergüenza aquellos que siempre se aprovechan de los demás sin ningún cargo de conciencia? (No). ¿Pueden aquellas sin sentido de la vergüenza practicar la verdad? (No). Cometen maldad sin sentir nada y sin el reproche de su conciencia. Por tanto, llevar a cabo obras rectas y caminar por la senda correcta no las motiva porque su humanidad no tiene necesidad de tales cosas. ¿Cuáles son sus necesidades? Su necesidad es proteger sus propios intereses ante cualquier pérdida mientras que además toman el interés de los demás y lo usan para servirse. Su humanidad no tiene sentido del reproche ni se acusan a sí mismas de tal comportamiento ni tienen sentido alguno de la vergüenza. Por tanto, es muy difícil para esta clase de personas practicar la verdad. Su creencia para comportarse es: cualquier cosa beneficiosa para ellas mismas, ya sea en términos materiales o en un sentido psicológico, no se debe abandonar en lo más mínimo. En cuanto a las cosas buenas y valiosas de los demás, siempre quieren poseerlas, hacerse con ellas o incluso apoderase de ellas a la fuerza. En cuanto tienen oportunidad, se hacen con las cosas buenas de los demás. No pueden en absoluto permitirse a sí mismas perderse la oportunidad y, si se la pierden, se arrepentirán el resto de su vida. Esta es su creencia a la hora de comportarse. Como están gobernadas por esta creencia, se sienten justificadas y en calma cuando se aprovechan de otros y reclaman los beneficios de los demás como propios; sienten una gran sensación de logro. Si no logran aprovecharse o pierden una oportunidad de hacerlo, sienten que han fallado y se creen necias. Cuando se aprovechan, se sienten bien, contentas y en paz. Pero cuando ven una oportunidad de aprovecharse y no lo hacen, se sienten molestas e inquietas: “Si no me aprovecho de esto, es un desperdicio. Si lo hace otro, ¿acaso no saldré perdiendo yo?”. Fíjate, ¿puede alguien que está gobernado por esta creencia intentar ser una buena persona? (No). Cuando practican la verdad, las personas necesitan desprenderse de muchas cosas, como su apreciado sentido del orgullo, el estatus y otros aspectos psicológicos, así como de algunos elementos materiales. Todo esto implica intereses personales y practicar la verdad requiere que las personas se rebelen contra estas cosas, las superen, las desechen y se desprendan de ellas. Las personas que gustan de aprovecharse no pueden hacer nada de esto. No pueden desprenderse de su orgullo ni de su estatus y son incluso menos capaces de renunciar a intereses materiales. Cuando practican la verdad, no pueden hacer nada de eso. Así pues, ¿pueden practicar la verdad? (No). Por tanto, es extremadamente difícil para ellas practicar la verdad. Quieren poseer todas las cosas buenas psicológicas y materiales para sí mismas y nunca pueden desprenderse de ellas, lo que entra en conflicto directo con los principios de practicar la verdad y va en contra de estos. Por eso no pueden poner en práctica la verdad. No tenéis más que fijaros en aquellas con un gusto especial por aprovecharse, ¿llegan muy lejos? Cuando visitan la casa de alguien, se aseguran incluso de beber algo de su agua y de comer algo de su comida antes de irse. Decidme, ¿pueden las personas con este tipo de calidad humana practicar la verdad? (No). Su estándar para medirlo todo se basa en el principio de si pueden o no aprovecharse y obtener beneficios. La ganancia personal es el principio por el cual lo miden todo. Su conducta propia solo está enfocada en aprovecharse de los demás. Mientras no sufran pérdidas y puedan aprovecharse, les parece que merece la pena. Creen que, en su comportamiento, uno debe poder aprovecharse y que solo se es inteligente y taimado si se ha aprovechado con frecuencia; si alguien no sabe cómo aprovecharse, ¡esa persona es una necia! Su estándar para la conducta propia solo es el de aprovecharse y nunca asumir pérdidas. Consideran este enfoque como su estándar de comportamiento; ¿pueden practicar la verdad? (No). ¿Tiene la verdad algún lugar en su corazón? ¿Puede tener poder en su corazón? (No). Entonces, ¿qué verdades pueden practicar? (Ninguna). No pueden practicar ninguna verdad en absoluto; su calidad humana es demasiado baja, lo que causa que otros las desprecien. Hay quienes hacen deber en la casa de Dios, donde les proporcionan algunos artículos de uso cotidiano y ellos con frecuencia piden más con la excusa de que ya no les queda, aunque en realidad todavía tienen algunos. ¿Por qué siempre piden más? Piensan: “Si no me aprovecho de esto y otro lo hace, ¿acaso no seré yo el que salga perdiendo?”. Fijaos, ¿qué clase de calidad humana es esta? El estándar que usa esta clase de personas para medirlo todo se basa en el principio de si pueden aprovecharse de los beneficios y obtenerlos. Su corazón está consumido por entero por pensamientos centrados en el interés. No importa cómo compartas con ellas sobre cosas positivas o sobre la verdad, se niegan a aceptarlo, lo cual no tiene nada que ver con su calibre o con si lo pueden entender; lo que sucede es que su creencia respecto a cómo comportarse es problemática. No van a aceptar en absoluto las cosas positivas, ni van a practicarlas, ni se van a ceñir a los principios-verdad. Su calidad humana es extremadamente baja. Decidme, ¿es necesario compartir sobre la verdad con esta clase de personas? (No). ¿Por qué no? (Porque nunca practicarán la verdad). Carecen de sentido de la conciencia en su humanidad y no poseen las condiciones básicas para practicar la verdad. Su corazón solo está centrado en aprovecharse y obtener beneficios. Se puede decir que una persona de esta clase simplemente es indigna de oír la verdad y de escuchar sermones en lo que respecta a lograr la salvación. No entendisteis por completo qué clase de problema es el gusto por aprovecharse, ¿verdad que no? Incluso pensasteis que era un defecto de humanidad. ¿Es un defecto de humanidad? (No). Ahora lo entendéis, ¿verdad? ¿De qué tipo de problema se trata? (Es un problema de calidad humana; esta clase de personas tienen una calidad humana baja).

Hablemos ahora sobre la tendencia a dar caridad. Si no hay motivaciones detrás de la tendencia de una persona a dar caridad y es meramente un comportamiento o una práctica común en su vida diaria, entonces esta tendencia a dar caridad debería considerarse un mérito de humanidad. En cualquier caso, dar es mejor que recibir. Como mínimo, una persona que tiende a dar caridad tiene un corazón que empatiza con los demás y un elemento de amabilidad dentro de su humanidad, y no es tacaña ni les da mucha importancia a las cosas materiales. Además, cuando posee relativa abundancia de bienes materiales, repartirá lo que le sobre o lo que no utiliza pero le puede valer a otros, con lo que hará que la vida de los demás sea un poco más desahogada o conveniente. A juzgar por el motivo detrás de estas acciones, como poco, las personas con tendencia a dar caridad tienen una humanidad amable y exhiben manifestaciones esenciales de empatizar con los demás y sentir lástima de ellos; es un mérito de su humanidad. Tales personas tienen relativamente buena calidad humana, mucho mejor que la de las personas malvadas que gustan de aprovecharse de los demás y se apoderan de sus posesiones de manera arbitraria; su integridad es un poco mayor. Dan caridad y ayudan a los demás sin buscar nada de vuelta, sin buscar la alabanza de otros o dejar atrás una buena reputación. Esta es simplemente su actitud al comportarse o su forma de vida. Por ejemplo, cuando ven que a alguien le falta ropa, le dan de inmediato la que les sobra para que se la ponga. Cuando ven que la familia de otra persona es pobre y a menudo no tiene bastante para comer, le dan un poco del arroz de su propia familia para que la otra también tenga suficiente alimento. Cuando compran un ordenador nuevo y ven que el que tiene otra persona apenas funciona, le dan el suyo antiguo para que lo use. Dan caridad sin buscar nada a cambio; simplemente es su calidad humana. Este es un mérito de humanidad y también puede clasificarse como una manifestación de buena calidad humana. El comportamiento de tender a dar caridad no es malo en absoluto, pero como tienden a dar caridad, algunas personas suelen pensar: “Soy amable, soy noble, soy generoso. La vida de mucha gente ha mejorado después de recibir mi caridad y ayuda. Soy objeto de la salvación de Dios. Si Dios no salva a alguien como yo, ¿a qué clase de persona salvaría?”. A menudo se ven a sí mismas como “una buena persona que tiende a dar caridad”. Supongamos que alguien les dice: “Tu humanidad no es buena. Haces muchas cosas que van en contra de la verdad y no amas la verdad”. Después de oír esto, se enfadarán. ¿Cuál es aquí el problema? Las familias de algunas personas son relativamente acomodadas y todos los hermanos y hermanas a su alrededor han recibido favores por su parte. Así que esas personas a menudo reflexionan: “He tratado muy bien a esta gente de la iglesia; todos han recibido alguna ayuda de mí. ¿Acaso no tengo prestigio y estatus en su corazón? ¿Acaso no soy el que tiene mejor calibre y la mejor humanidad en la iglesia? ¿Acaso no debería ser líder? ¿Acaso no deberían todos los hermanos y hermanas escucharme?”. ¿Qué clase de problema es este? ¿Es que no es una cuestión de actitudes corruptas? (Sí). Solo porque tienen un poco de buen comportamiento, ya no saben cuál es su verdadera medida, tratan este comportamiento como capital, siempre quieren ser líderes de la iglesia y se les infla el ego, se creen excepcionales. No vinculan con ellas mismas las diversas actitudes corruptas que las palabras de Dios dejan en evidencia. Creen que su tendencia a dar caridad significa que son buenas personas, que no tienen actitudes corruptas, que todo lo que hacen es correcto, que deberían ser líderes ejemplares en la iglesia y que todos los hermanos y hermanas deberían emularlas. ¿Qué revelaciones son estas? (Son actitudes corruptas). Esto se ha elevado al nivel de las actitudes corruptas. Aunque tender a dar caridad es un mérito de humanidad, si alguien se juzga a sí mismo como una buena persona que seguro va a salvarse gracias a ello, ¿son correctos esta clase de pensamiento y este punto de vista? Considera su buen comportamiento, tendente a dar caridad, como tener buena calidad humana y una noble integridad e incluso lo considera practicar la verdad y someterse a Dios. Es un grave error. Esto es arrogancia y sentenciosidad, así como ausencia de autoconciencia. Se puede decir que la tendencia a dar caridad es un buen comportamiento. Como mucho, una persona que tiende a dar caridad tiene relativamente buena calidad humana, mucho mejor que la de aquellos que se aprovechan. Sin embargo, no puedes asegurar que seas una buena persona, que no tengas actitudes corruptas y poseas la realidad-verdad y estés cualificada para ser una líder de iglesia, posicionarte por encima de los demás y dar órdenes simplemente porque tengas este buen comportamiento que tiende a dar caridad. Este es un carácter arrogante. Aunque tiendas a dar caridad y ayudar a otros y poseas algunas de estas buenas obras, lo cual es un mérito de humanidad, esto no demuestra que no tengas actitudes corruptas. Si tratas tu tendencia a dar caridad y ayudar a los demás como capital y desarrollas la ambición de convertirte en líder de la iglesia y elevarte sobre los demás, esta es una cuestión relativa a las actitudes corruptas. ¿Eres ahora capaz de ver la distinción? Tener buena calidad humana no significa que alguien no tenga actitudes corruptas. Algunas personas, en lo básico, interactúan y se asocian con otras razonablemente bien —no se aprovechan de los demás e incluso dan caridad y ayudan a otros—, tienen algunos méritos de humanidad. Sin embargo, después de pasar algo de tiempo con ellas, descubres que son muy arrogantes, que les encanta presumir y que a veces incluso dicen mentiras y son bastante falsas. Si las criticas, se niegan a aceptarlo y son un poco crueles, llegan a golpear la mesa y dicen: “He creído en Dios durante muchísimos años, ¿quién no ha recibido caridad de mí? Pregunta a los hermanos y hermanas; ¿alguna vez me he aprovechado de alguien? ¿Alguna vez he perjudicado o dañado a alguien?”. ¿Acaso no haber perjudicado a los demás te hace una buena persona? ¿Acaso no perjudicar a los demás es solo lo mínimo que una persona debería hacer? ¿Qué motivo tienes para ser altivo? No haber perjudicado o hecho daño a nadie es lo que una persona debería hacer; no es capital. Que no te aproveches de otros no significa que seas capaz de practicar la verdad y someterte a Dios. Deberías aprender a reflexionar sobre ti mismo y ser capaz de aceptar la crítica y la ayuda de los demás; solo entonces serás alguien con razón. Ahora estás recibiendo la poda porque has revelado una actitud corrupta y tus acciones no se conforman a la verdad. Esto no es negar el hecho de que tu buen comportamiento de tender a dar caridad sea una cosa positiva ni niega tu calidad humana. En cambio, la poda y la exposición se practican porque has cometido un error y has vulnerado los principios-verdad. Si puedes aceptarlo, entonces eres una persona que ama la verdad y puede practicarla. Si no lo aceptas, entonces tu tendencia a dar caridad, como mucho, es un mérito de humanidad. Pero debido al dominio de la arrogancia, la crueldad y la perversidad de tus actitudes corruptas, no puedes aceptar la verdad y, por consiguiente, eres totalmente vulgar y no vales nada. Cuando afrontan la poda, las personas de esta clase montan una enorme escena, hablan sobre sus cualificaciones y alardean del buen comportamiento que han mostrado. Se comportan como perros locos, les dan ataques. La poca buena imagen que tenían se desvanece por completo y su naturaleza se deja completamente en evidencia. Todo el mundo ve esto con claridad y dice: “Esta persona tiene un carácter corrupto grave; es malvada, ¡una taimada! Es una suerte que no la eligieran líder de la iglesia. Si se hubiera convertido en líder de la iglesia, no sería capaz de soportar la menor crítica; si alguien intentara destituirla, no dejaría nunca en paz a esa persona y lucharía a muerte contra ella. ¡Eso sería desastroso!”. Si solo te fijas en un único comportamiento bueno o en una cualidad de su humanidad, simplemente no puedes ver cómo son sus actitudes corruptas, cuál es su actitud hacia la verdad o si se puede someter a ella. Cuando revele un carácter corrupto y luego sufra exposición y poda, su actitud hacia la verdad saldrá poco a poco a la superficie y se dejará en evidencia. Por tanto, ni la calidad humana de una persona ni los méritos y los defectos de su humanidad pueden determinar por completo si acepta o no la verdad. Vista su calidad humana o los méritos y los defectos de su humanidad, es también imposible ver cómo es su actitud hacia la verdad. Solo cuando revele un carácter corrupto o se enfrente a la exposición y la poda, se revelará su actitud hacia la verdad y solo entonces se puede saber si ama la verdad, si la practica y qué esperanzas tiene de salvarse al final. A partir de tal tendencia de las personas para dar caridad y ayudar a otros, puedes ver qué méritos y defectos de humanidad tienen. Entonces, en virtud de esta serie de problemas —tales como que se vuelvan arrogantes y sean sentenciosas y quieran convertirse en líderes y posicionarse sobre el resto debido a su tendencia a dar caridad y ayudar a los demás— puedes comprender claramente su actitud hacia la verdad. Además, en función de su actitud hacia la verdad, puedes ver con claridad si pueden lograr la salvación o no. Por medio de estos comportamientos, puedes discernir los méritos y defectos de su humanidad, discernir su calidad humana y, al mismo tiempo, aprender a distinguir la diferencia entre la humanidad y el carácter corrupto, pero no puedes distinguir por completo si al final van a poder salvarse o no o cómo será su resultado. Juzgar si una persona puede salvarse o no es un poco más complejo, también tienes que fijarte en si puede aceptar la verdad, reflexionar sobre sí misma y arrepentirse con sinceridad cuando revele un carácter corrupto; se debe juzgar en función de estos aspectos.

¿Qué aspecto es el gusto por socializar? (Una condición innata). Esta es una condición innata, un método para lidiar con asuntos mundanos mientras se está en grupos de personas. Hay quienes disfrutan de asociarse con el resto, nunca se cansan de ello y, sea cual sea la personalidad de los otros, pueden asociarse con ellos y están dispuestos a hacerlo. Algunas personas, sin embargo, prefieren evitar las multitudes y no están dispuestas a asociarse con otras. Esto tiene cierta conexión con la propia personalidad innata. Cuando se trata de personalidad, se refiere sin duda a las condiciones innatas. El gusto por socializar está relacionado con la personalidad de alguien; no guarda relación con los méritos o los defectos de humanidad ni, por supuesto, tampoco con ningún carácter corrupto. Esta es una manifestación relativamente simple. Ser reservado: ¿sobre qué aspecto recae esto? (Es parte de la propia personalidad innata). (Es un defecto de humanidad). Aquí existe cierto desacuerdo; por tanto, ¿qué clase de problema es ser reservado? (Ser reservado indica que la personalidad de alguien es escasa). Tener una personalidad escasa es un defecto de humanidad. La personalidad misma también es un aspecto de las propias condiciones innatas, así que este rasgo de ser reservado es tanto una condición innata como un defecto de humanidad. Esto no pertenece a un carácter corrupto y no afecta a la conducta propia. Ser reservado significa evitar siempre a las personas, no estar dispuesto a comunicar tus pensamientos con los demás, preferir hacer las cosas solo, que no te guste asociarte con los demás ni vivir entre la gente. A tales personas solo les gusta quedarse en un entorno solitario o en una esquina. No están dispuestas a hablar cuando hay mucha gente. No se les da bien comunicarse con los demás. Sienten ansiedad cuando lo hacen y les entra pánico, o bien acaban en algunas situaciones embarazosas y extrañas. Esto es un problema de personalidad dentro de las condiciones innatas y, por supuesto, también es un defecto de humanidad, ¿no es así? (Sí).

Ahora vamos a echar un vistazo a ser pusilánime; ¿qué clase de problema es este? (Es una condición innata). (Un defecto de humanidad). Es una condición innata y también un defecto de humanidad. Decidme, ¿qué significa ser pusilánime? Tenerle miedo a salir por la noche, a los ratones, a los ciempiés y a los escorpiones, temer meterse en problemas y no estar dispuesto a afrontar los asuntos complicados; todas estas son manifestaciones de ser pusilánime. Algunas personas se desmayan de miedo cuando ven a una serpiente. Otras se asustan tanto que tiemblan de la cabeza a los pies cuando oyen hablar sobre un accidente de coche. Algunas, al oír que se está persiguiendo a los creyentes en Dios y que los pueden arrestar, condenar y encarcelar, les da tanto miedo que no se atreven a creer. Están también aquellas que no se atreven a montarse en montañas rusas. Tales personas no se atreven a participar en nada ni a intentar algo en lo que haya la más mínima cosa que no puedan desentrañar o si se trata de algo que no hayan hecho antes. No solo no se atreven a hacer trabajos o actividades peligrosos, sino que también les asusta hacer cosas que la gente normal debería hacer en su vida cotidiana. Por ejemplo, si se les pide que aprendan a conducir, dicen: “No me atrevo a conducir. Hay muchos coches en la carretera y van muy rápido, ¿y si chocan conmigo?”. Alguien les dice: “¿Por qué te preocupan siempre los accidentes de coche? ¿No puedes simplemente tener un poco más de cuidado cuando conduces?”. Pero siguen asustadas: “Cuando el coche empieza a moverse, escapa a mi control. Si de veras tiene lugar un choque, ¡nadie puede controlarlo!”. Siempre piensan en negativo, así que no pueden lograr nada. Ser pusilánime es una condición innata y es también un defecto de humanidad. Las personas pusilánimes son demasiado cautas y meticulosas en todo lo que hacen. No suelen cometer grandes errores ni fechorías importantes. Pero esto no se puede considerar un mérito desde ninguna perspectiva; este es un defecto de humanidad. ¿Qué sucede entonces con la osadía? ¿Qué expresiones se asocian comúnmente con ser osado? (Ser estúpidamente osado, actuar con imprudencia por osadía). “Actuar con imprudencia por osadía”, “ser escandalosamente osado” y “tener la osadía de un loco”, todo esto se refiere a la osadía. Por tanto, ¿es bueno ser osado o no? (Depende del asunto). Depende de la situación y de qué clase de personas sean. Si se contempla desde la perspectiva de la humanidad, ser osado no se puede clasificar como un mérito ni un defecto; lo categorizaremos como una condición innata. La osadía de una persona se debe considerar en virtud del asunto; asimismo, tienes que fijarte en si tiene límites a la hora de hacer las cosas y en cómo es su calidad humana. Si su calidad humana es mala, la osadía puede llevarla a quebrantar la ley, a hacer maldad y a cometer delitos, a aprovecharse, a obtener ganancias ilícitas y a embaucar y engañar a otros en todas partes. Si alguien le ofrece dinero para cometer fechorías, es capaz de hacerlas. A fin de aprovecharse, se atreve a hacer cualquier obra mala, sin preocuparse de las consecuencias ni tener a los demás en consideración. ¿Es bueno actuar con imprudencia por osadía? (No). Algunas personas engañan a otras en todas partes en beneficio de su negocio. Su negocio es ilegal, no es más que una tapadera sin actividad real. Sin embargo, debido a su osadía combinada con su capacidad para engañar, amasan una fortuna pasajera, viven en mansiones y conducen coches de lujo; disfrutan de una muy buena vida, pero todo el dinero y las posesiones materiales que disfrutan las obtuvieron por medio de engaños, gracias a su osadía. ¿Es esto algo bueno? Decidme, ¿es buena esta osadía? (No). Por tanto, en lo que respecta a los osados, tienes que fijarte en la senda que toman. Si se atreven a embaucar y engañar a otros motivados por su osadía, están cometiendo gran maldad. Mientras más engañes y más te aproveches de los demás, más grave será el castigo que recibas en el futuro, ¿cierto? ¿Acaso esto no atrae a la calamidad? (Sí). Si eres pusilánime y quieres embaucar y engañar a los demás, el engaño en el que participes será algo menor y el castigo que recibirás en el futuro será más leve. Por tanto, en cuanto a tales personas que no caminan por la senda correcta, ¿lo mejor para ellas es ser un poco pusilánimes o un poco osadas? (Ser un poco pusilánimes). En cuanto a estas personas que no caminan por la senda correcta, capaces de embaucar y engañar a los demás, que ignoran la ley y siempre buscan aprovechar las lagunas legales para obtener ganancias inesperadas y que pueden quebrantar la ley en cualquier momento, la osadía es una calamidad; es un defecto y un fracaso de su humanidad. Ser pusilánimes, por otra parte, se convierte en algo bueno; es incluso una salvaguarda para ellas. Las personas pusilánimes se contentan con ganar algo de dinero para proveer a su familia y a sí mismas de las necesidades básicas, y disfrutar de unos pocos lujos. En el futuro recibirán un castigo más leve. Las personas osadas se atreven a cometer fechorías imprudentes y engañan y embaucan a los demás, toman lo que les pertenece a otros para tener ellas más de lo que disfrutar. Se aprovechan del resto, ¿acaso no tendrán que compensar eso en el futuro? (Sí). Si tienen una próxima vida, el castigo que reciban entonces será severo; es posible que no puedan siquiera compensarlo por completo ni en una ni en dos vidas. Algunas personas se pasan toda la vida gestionando restaurantes o haciendo negocios, facturan uno o dos millones o incluso decenas de millones en bienes, sin embargo, ellas mismas no consiguen disfrutar de nada de esto porque lo usan todo para pagar deudas. Incluso cuando tienen más de setenta u ochenta años, todavía no han acabado de pagarlas. ¿Qué está pasando aquí? Se trata de retribución causal; tal vez en una vida pasada les quitaron demasiado a los demás movidos por la avaricia, así que se han pasado varias vidas pagando sus deudas. ¿Acaso eso no significa que en sus vidas pasadas fueron demasiado avariciosas, demasiado osadas y se aprovecharon demasiado de los demás, lo cual resultó en tener que retribuirlo en la vida actual? (Sí). Para las personas que no caminan por la senda correcta, ser un poco pusilánimes es una salvaguarda, mientras que la osadía es una mala señal.

Si una persona camina por la senda correcta, ¿es buena la osadía? (Sí). ¿Qué tiene de buena? (Si es osada, cuando afronte la persecución seguirá perseverando en su fe en Dios). Esta osadía no se refiere meramente al coraje carnal. Si es la clase de osadía que es coraje carnal, entonces es imprudente y apresurada; es un poco impulsiva y ciega. Por ejemplo, si eres osado y te arrestan por creer en Dios, ¿tendrás miedo de que te torturen? ¿Temerás la muerte? ¿Te dará miedo estar encarcelado durante veinte o treinta años? Si vas a tener miedo, entonces el hecho de que digas “no tengo miedo” cuando empiezas a creer en Dios es imprudente, no es verdadera osadía. ¿Qué manifestación no es imprudencia? La de tener cierto coraje cuando empiezas a creer en Dios, pero también fe auténtica. ¿A qué se refiere esta fe auténtica? Significa que tienes determinación en tu fe en Dios: “Si soy perseguido, arrestado y torturado por creer en Dios, debo estar dispuesto a dar mi vida. Da igual cuánto me atormenten o hasta qué punto, no venderé a la iglesia ni me convertiré en un judas; ¡no temo a la muerte!”. Este es un aspecto. El otro aspecto es que, si de veras se te arresta y persigue y el gran dragón rojo te amenaza para hacerte vender a la iglesia, puedes desentrañar las intrigas de Satanás, no estar limitado por este y mantenerte firme en tu testimonio, decir: “Todo lo relativo a una persona, incluso su vida y su muerte, está en manos de Dios. ¡No tengo miedo!”. Esto no es ni imprudencia ni mero coraje; esto es fe auténtica. Tener esta fe auténtica y ser capaz de mantenerte firme en tu testimonio es mérito tuyo. Supongamos que no tienes fe auténtica y solo dices: “No tengo miedo; en el peor de los casos, solo moriré”, pero cuando afrontas el arresto, te asustas tanto que mojas los pantalones. Después del arresto, lo primero que piensas es: “¿Me torturarán? ¿Sufrirá mi carne? Si presionan un hierro eléctrico sobre mi cuerpo, ¿seré capaz de soportarlo? Si la tortura es grave, ¿moriré? Si muero, ¿Dios no me recordará?, ¿no podré lograr la salvación? Si de veras no puedo soportarlo, venderé a la iglesia y me convertiré en un judas. Si se me castiga y destruye después de convertirme en un judas, que así sea; al menos no sufriré dolor ahora mismo”. En ese caso, ¿no estás perdiendo tu testimonio? Digamos que entonces el Partido Comunista te amenaza, usa a tu familia para chantajearte —no permite que tus hijos asistan a la universidad, niega el acceso de tus padres al seguro médico, le quita a tu familia todos sus derechos—, en ese caso tendrás miedo y no tendrás fe auténtica. ¿Dónde habrá ido tu coraje? ¿De veras eres osado? Si no tienes fe auténtica, entonces tu osadía es solo imprudencia. Tu coraje solo será auténtico cuando tengas fe auténtica. Antes de que te arresten, si piensas: “Dios no va a dejar que me arresten” y te vuelves osado debido a este pensamiento, eso no refleja fortaleza ni fe verdaderas. Supongamos que, antes de que te arresten, ya has pensado bien todo esto y dices: “La vida y la muerte de una persona están en manos de Dios. Si Dios de veras quiere quitarme la vida, debería someterme. En cuanto a mi destino futuro, este lo determina una única palabra de Dios. No importa cómo me trate Dios ni cuál sea el destino que me conceda; todo forma parte de la justicia de Dios y me someteré a ello. Si Dios dispone que yo muera en prisión, ese es mi honor; estoy dispuesto a ofrecerle esta vida a Dios. No importa el gran sufrimiento que experimente, tendré una creencia inalterable, que es la de confiar mi vida a las manos de Dios y la de que, por mucho que Satanás me atormente, me destroce o me inflija tortura, nunca cederé ante él. No me preocupa morir. Aún si muero, es bajo la soberanía de Dios y Él lo ha predestinado. ¡Seguiré agradeciendo y alabando a Dios!”. Esta es la clase de fe que debes tener; solo con tal fe puedes tener un coraje verdadero. Digamos que, antes de que te arresten, antes de que eso te suceda realmente, has desentrañado todos estos asuntos, tienes fe auténtica en Dios, sumisión auténtica a Dios y un entendimiento y una aceptación auténticos de las cuestiones de la vida y la muerte; puedes confiarte por completo a las manos de Dios y, cuando de veras te arrestan y afrontas la posibilidad de la muerte, estos entendimientos en tu corazón permanecen inalterados; entonces no vacilará tu fe. Sean cuales sean las circunstancias, si no se aplasta tu fe ni se la derrota, siempre tendrás coraje. Supongamos que, antes de que te arresten, antes de que eso te ocurra realmente, no has pensado bien estas cosas y todo es pensamiento ilusorio: “Estoy dispuesto a ofrecer mi vida. Mi vida me la dio Dios; en el peor de los casos, ¡moriré como mártir de Dios!”. Entonces, cuando el gran dragón rojo te torture y luego te condene a diez años de prisión, te quedarás estupefacto: “Pensaba que morir sería el final. Si me martirizaran, Dios me recordaría. No esperaba que no fuera a lograr dar ese testimonio y que me acabaran sentenciando a diez años. Diez años, ¡eso no son diez días ni diez meses! ¿Cómo se supone que voy a soportar esto?”. Dado que no has pensado sobre estas cosas antes, ¿será fácil descubrirlo en este momento? Será un poco difícil, ¿no? (Sí). Cuando surgen dificultades, las personas solo piensan en cómo lidiar con ellas y escapar de ellas. Si tu impulso de escapar de las dificultades es fuerte, entonces tu impulso para adaptarte a ellas en mitad de una situación difícil será extremadamente débil. Por consiguiente, al enfrentarte a dificultades, se vuelve muy difícil para ti someterte a tal entorno. Por tanto, ¿cómo se deberían resolver tales situaciones? Debes buscar la verdad de inmediato y pensar bien en estos asuntos; también debes descubrir la senda relativa a cómo deberías practicar la verdad. Por ejemplo, si se te va a encarcelar durante diez años, ¿qué pensamientos tendrás? “¿Se divorciará de mí mi esposa (o mi marido)? ¿Qué edad tendrán mis hijos pasados diez años? No habré cumplido con mi responsabilidad hacia ellos; ¿me repudiarán y se negarán a cuidarme en la vejez? ¿Cómo viviré después de que me liberen? Después de diez años, mis padres serán viejos y no habré cumplido mi responsabilidad filial hacia ellos; ¿no me convertirá eso en un mal hijo? ¿Habrá terminado la obra de Dios dentro de diez años? No habré obtenido nada en prisión; no habré asistido a ninguna reunión ni escuchado ningún sermón y no habré entendido la verdad. ¿Acaso no me habré quedado atrás durante estos diez años? ¿Acaso no significará esto que he sido descartado? ¿Me seguirá queriendo Dios? Si experimento este sufrimiento, ¿recordará esto Dios? Si Él no recuerda esto y no puedo lograr la salvación, entonces ¿acaso no habré pasado este tiempo en prisión para nada? Muchas cosas cambiarán dentro de diez años y no ganaré nada, sino que perderé mucho”. Cuando piensas en estas cosas, surgen dificultades. ¿Cómo deberías afrontar estas dificultades? ¿Es que no deberías pensar cómo salir adelante cada día? Si no has considerado estas cosas con detenimiento ni has llegado a un punto en el que entiendas la verdad y veas las cosas con claridad, entonces, ante tu arresto, tu vida y tu muerte penderán de un único pensamiento; un momento de pusilanimidad y miedo, un único pensamiento o idea, puede causar que te conviertas en un judas, vendas a la iglesia y malgastes todos tus esfuerzos previos. Si no eres capaz de pensarlo bien ni de desentrañar este asunto, será muy difícil que no te preocupes por tus expectativas y tu porvenir y que confíes tu vida y tu muerte a las manos de Dios y le permitas instrumentar según Su voluntad. Si no puedes desentrañar cuestiones de vida y muerte y todavía albergas una mentalidad de probar suerte, con la intención de salir del paso, entonces se te revelará cuando recaiga sobre ti un entorno. Se revelará a todos aquellos que se convirtieron en judas. Todos aquellos que se convirtieron en judas cuando los arrestaron, los que firmaron las “Tres declaraciones”, lo hicieron de la noche a la mañana y Satanás les puso la marca de la bestia. La vida y la muerte de una persona a veces penden de un único pensamiento. Sin la verdad, es muy difícil salir airoso de las crisis. Por tanto, ¿qué es la verdadera osadía? Si alguien logra algo al confiar en un estallido de fuerza bruta, ¿es eso auténtica osadía? No lo es; es impulsividad. Una persona con coraje auténtico tiene cierto nivel de discernimiento en su corazón en lo que respecta a muchas cosas positivas y negativas. Es capaz de estar de acuerdo, de aceptar y reconocer con firmeza las cosas positivas en su fuero interno, de llegar al punto de ser capaz de someterse a la verdad y a la soberanía de Dios. Solo de esta manera puedes tener un coraje auténtico. Si no posees estas cosas en tu corazón, tu osadía solo es una estupidez; es igual que si a un ternero recién nacido no le diera miedo un tigre. Por tanto, en un país que se resiste a Dios, creer en Él y seguirlo no solo requiere coraje, sino que, lo que es más importante, requiere fe. Te atreves a creer en Dios no porque seas osado, sino porque tienes fe. Algunas personas dicen: “Me parece que simplemente creo en Dios porque soy osado y no temo la persecución”. Este enunciado puede ser correcto. La audacia te lleva a creer, pero a la luz de tu necedad, ignorancia y simplicidad, Dios te muestra una gracia especial, plantea ciertos entornos para ti, además de darte el riego y la provisión de la verdad. Por medio de esto, llegas a entender y a obtener bastantes verdades. A lo largo del tiempo, tu audacia obtiene elementos de fe auténtica y solo entonces aumenta tu coraje y te atreves más a afrontar los entornos futuros o la persecución. Si una persona no tiene fe auténtica y confía en un estallido de fuerza, dice: “¡Me atrevo a creer en Dios! ¡No tengo miedo a la persecución ni a ser arrestado y encarcelado!”, esta clase de valentía no durará mucho. Sin la provisión de la verdad, sin que Dios disponga entornos en la vida real para formarte, para hacerte practicar y enseñarte cómo afrontar diversas cosas, tu osadía es pura audacia y no es en absoluto una fe auténtica. ¿Lo entiendes? (Sí). Si es auténtica audacia, entonces eso te convierte en imprudente, necio e ignorante. Algunas personas que creen en Dios tienen pensamientos muy simples, imaginan que las cosas son muy directas, sin anticipar en absoluto qué peligros implica seguir a Dios. Pero cuando se encuentran con reveses, solo entonces se dan cuenta de que seguir a Dios no es una cuestión sencilla. Si la osadía de alguien es un mérito de humanidad, entonces, como poco, esta persona es simple y directa, no es complicada y no se preocupa por esto o aquello. Pero supongamos que tu osadía viene motivada por una intención de obtener bendiciones y piensas: “Si crees en Dios, puedes entrar en el cielo, obtener grandes bendiciones y escapar de los desastres y evitar la muerte, ¡así que yo voy a creer pase lo que pase!”. En otras palabras, tu creencia la motiva un estallido de fuerza bruta audaz; no es una cuestión de que estés deseando, de una manera simple, creer en Dios; en cambio, se trata de perseguir bendiciones. Si es así, en el mejor de los casos, tu osadía es audacia y no se puede clasificar como un mérito de humanidad. Por tanto, en lo que respecta a las personas osadas, debes comprender cómo es su esencia-humanidad. Si no tienen conciencia y razón y son meramente audaces, entonces tienen poco coraje y no pueden lograr nada significativo. Sin embargo, si pueden creer en Dios y aceptar la verdad, entonces tales personas tienen valor. Si una persona es osada pero no tiene capacidad de comprensión, no puede entender la verdad y cree en Dios solo con el objetivo de obtener bendiciones, además de estar dispuesta a renunciar a su familia y su carrera y no teme la persecución a fin de obtener bendiciones, entonces esto no es un mérito de humanidad, sino más bien un pensamiento y un punto de vista erróneos. ¿Los pensamientos y puntos de vista erróneos se conforman a las intenciones de Dios? (No). Que alguien sea pusilánime o sea osado guarda relación con sus condiciones innatas y tiene poco que ver con la esencia de su humanidad.

Si no compartiéramos sobre las diversas manifestaciones de las condiciones innatas, la humanidad y las actitudes corruptas, ¿podríais discernirlas por vuestra cuenta? (Tal vez podríamos hacerlo con las manifestaciones simples, pero no con las más complejas). Ahora que se han compartido las distinciones entre las condiciones innatas, la humanidad y las actitudes corruptas, ¿podéis discernirlas? (Podemos discernirlas un poco mejor que antes). Si doy algunos ejemplos inusuales más, entonces, ¿seréis capaces de discernirlos a partir de lo que he compartido? Es difícil de decir, ¿verdad? Entonces, la próxima vez continuaremos compartiendo sobre problemas relacionados con este tema. A medida que compartamos más, identificaréis algunas reglas para discernir diferentes clases de asuntos. En cuanto a las diversas manifestaciones de humanidad, condiciones innatas y actitudes corruptas, en general podéis discernir las manifestaciones que se han compartido. Respecto a aquellas de las que no se ha compartido, puede que solo las personas con entendimiento espiritual o aquellas que saben cómo buscar la verdad sean capaces de discernir algunas. A aquellas de escaso calibre puede no alcanzarles y no ser capaces de discernirlas, así que necesitan escuchar más y hacer más preguntas. Si no compartimos estos asuntos, os seguirán resultando vagos y lo que decís tampoco estará claro; siempre habrá una separación entre vuestro entendimiento y el puro entendimiento de la verdad, ¿no es así? (Sí).

Hoy hemos hablado sobre cuestiones relativas al calibre. ¿Podéis discernir ahora cómo es el calibre de las personas? (Más o menos podemos discernirlo). Si no puedes discernirlo, entonces tómate tu tiempo y experimenta las cosas. En la vida diaria, te encontrarás con estos asuntos. Aprende a aplicar las palabras de nuestra enseñanza a la vida real, compáralas con las manifestaciones de las personas poco a poco; disciérnete a ti mismo y discierne a los demás, de modo que llegues a conocerte a ti mismo y a los demás. De manera gradual, serás capaz de evaluar estas cosas y de tener un estándar para hacerlo. Los principios para contemplar a las personas y las cosas, además de para comportarte y actuar, se volverán cada vez más claros. Hemos compartido mucho sobre los diversos aspectos de discernir las condiciones innatas, la humanidad y las actitudes corruptas. Da igual qué manifestaciones o qué revelaciones de humanidad compartamos, nada de esto son palabras vacías; todas estas cosas se pueden encontrar, ver y sentir en la vida real. Por tanto, debes aprender a contemplar diversas cosas y diversas clases de personas cotejándolas con las palabras de Dios. Solo al aprender a cotejar los diversos estados y asuntos de nuestra enseñanza con la vida real se pueden hacer progresos poco a poco en la contemplación de las personas y las cosas, además de en lo relativo a comportarse y actuar, tener un entendimiento preciso de diversos asuntos relacionados con la verdad y, poco a poco, captar los diversos principios-verdad. ¿Lo entendéis? (Sí). Aunque los asuntos que hemos discutido se usan principalmente para discernir los diversos estados y revelaciones que exhiben las personas y no te permiten directamente entender y entrar en la verdad, todos estos asuntos afectarán a tu entendimiento de la verdad y de los principios-verdad, además de a tu entrada en la verdad y en los principios-verdad. Por consiguiente, aunque pueda parecer que estos asuntos, según las nociones de las personas, solo implican humanidad, condiciones innatas o algunas actitudes corruptas obvias, cada asunto y cada enunciado está relacionado con la entrada en la verdad de las personas. Y, por tanto, estos asuntos son los que debes afrontar en la senda de entrar en la verdad; no puedes evitarlos. Todos los diversos asuntos y manifestaciones de humanidad, ya sean positivos o negativos, son cosas a las que te enfrentarás y con las que te encontrarás en diversos entornos de la vida cotidiana. Si cuando afrontas diversos asuntos, no puedes discernir ninguno de ellos y los generalizas todos, si consideras los principios-verdad de nuestra enseñanza como preceptos o doctrinas, entonces nunca serás capaz de entrar en la realidad-verdad. ¿Por qué? Porque nunca vas a entender qué es la verdad.

Muy bien, así concluimos la enseñanza de hoy. ¡Adiós!

25 de noviembre de 2023

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