Cómo perseguir la verdad (7)
En la reunión anterior, compartimos qué es el calibre, además de cómo medir el calibre de una persona. ¿Cuántos estándares para medir el calibre de una persona enumeramos en total? (Once). Repetid de nuevo estos once estándares. (La capacidad de aprendizaje, la capacidad para entender las cosas, la capacidad de comprensión, la capacidad para aceptar las cosas, la capacidad cognitiva, la capacidad para emitir juicios, la capacidad para identificar las cosas, la capacidad para responder a las cosas, la capacidad para tomar decisiones, la capacidad para evaluar y apreciar las cosas y la capacidad de innovación). Cada una de estas once capacidades es una parte de la medida del calibre integral de una persona. La vez anterior, hablamos sobre diez de ellas, compartimos hasta la capacidad para evaluar y apreciar las cosas. Para cada capacidad, compartimos las manifestaciones de buen calibre, calibre promedio, escaso calibre y ausencia de calibre. Básicamente, la gente sin calibre no tiene puntos fuertes ni aficiones o intereses auténticos. Cuando se enfrentan a algo, no tienen opiniones ni capacidad para emitir juicios. No tienen capacidad para identificar a las personas, acontecimientos y cosas; además, no tienen capacidad para aceptar nada y, por supuesto, aun menos se puede decir que la tengan para responder ante las cosas ni para tomar decisiones. Como tales personas no tienen puntos fuertes, están incluso menos conectadas con la capacidad para evaluar y apreciar las cosas.
En cuanto a la capacidad para evaluar y apreciar las cosas, en la última reunión compartimos parte de su contenido. ¿A qué se refiere principalmente la capacidad para evaluar y apreciar las cosas? La evaluación se refiere a lo que las personas llaman discriminación, en el sentido de una capacidad para identificar los pensamientos, puntos de vista, las posturas y los temas por los que abogan las personas, los acontecimientos y las cosas. La capacidad para evaluar y apreciar las cosas implica principalmente los pensamientos y puntos de vista de uno respecto a ciertos problemas; es decir, las cosas relacionadas con el ámbito del pensamiento. Si tienes capacidad para identificar y apreciar estas cosas, entonces eres alguien con capacidad para evaluar y apreciar las cosas. Si no sabes cómo ver y, esencialmente, no eres capaz de percibir estos problemas relacionados con los pensamientos y puntos de vista, entonces no se puede considerar que tengas capacidad para evaluar y apreciar las cosas; esta capacidad no tiene nada que ver contigo. Sin embargo, cuando te enfrentas a algo, si puedes identificar su origen y el propósito que hay detrás, si los pensamientos y puntos de vista que conlleva y promueve son correctos o no, así como también puedes identificar si tales pensamientos y puntos de vista se sostienen, si son cosas positivas o negativas y si se conforman a las leyes de desarrollo de las cosas o están cerca de los fenómenos en el marco de las leyes que gobiernan todo lo que ha creado Dios; si tienes esta clase de capacidad para evaluar y apreciar las cosas, entonces eso demuestra que tu calibre es bastante bueno. Si los pensamientos y puntos de vista por los que aboga tal cosa o la dirección y los objetivos que promueve contienen errores, distorsiones, elementos que no se conforman a la humanidad o a la lógica del pensamiento o que, en lo fundamental, no son acordes con las leyes objetivas que gobiernan todas las cosas creadas por Dios, si puedes detectar todo esto y tanto lo correcto como lo incorrecto, esto es suficiente para demostrar que tienes capacidad para evaluar y apreciar las cosas y que esta es alta; el hecho de que poseas esta capacidad significa que tu calibre es muy bueno. Por ejemplo, cuando lees un artículo escrito por un hermano o hermana de la iglesia, puedes detectar si su entendimiento sobre las cosas, la esencia-naturaleza de las personas y las palabras de Dios se conforman a los principios-verdad, si los puntos de vista expresados en el artículo están distorsionados y si la óptica y la posición que adoptan es correcta o incorrecta; puedes detectar todas estas cosas. Si puedes estar de acuerdo con los pensamientos y puntos de vista del artículo que son correctos y si, además, puedes identificar y corregir los pensamientos y puntos de vista falaces en dicho artículo y sabes por qué son incorrectos, así como qué aspectos de la lógica del pensamiento o qué leyes objetivas de las cosas positivas vulnera y, a un nivel más profundo, puedes ver qué aspecto de los principios-verdad vulnera de entre los que Dios amonesta a la especie humana, esto demuestra que tu calibre es bueno. Por una parte, si eres capaz de ver qué cosas positivas hay en este artículo que merece la pena aprender y puedes también evaluar qué rumbo positivo aporta este a las personas, así como qué provisión, ayuda y apoyo positivos conlleva, además de que, asimismo, puedes conocer qué cosas adversas, negativas y distorsionadas contiene el artículo, qué pensamientos y puntos de vista falaces contiene que puedan conducir por una mala dirección el pensamiento de las personas y qué impacto negativo podría tener sobre ellas, cómo deberían corregirse estas cosas falaces y cómo ciertas deficiencias deberían contrarrestarse, de modo que puedan causar gran beneficio a las personas; entonces, esta es una manifestación de tener la capacidad para evaluar y apreciar las cosas. Por ejemplo, al aprender a bailar, cuando observas una actuación de baile, puedes detectar qué movimientos están muy humanizados, expresan los pensamientos y deseos en el marco de la humanidad y se originan en la perspectiva de esta, además de estar asentados en la humanidad y en gran medida conformarse a las necesidades de la conciencia y razón de la humanidad normal. Asimismo, puedes detectar qué movimientos, expresiones faciales y métodos expresivos del lenguaje corporal, así como qué pensamientos por los que abogan en su interior, son positivos y pueden enriquecer el mundo espiritual de una persona; eres capaz de ver todas estas cosas. No solo eres capaz de bailar o de realizar algunos movimientos simples, sino que, en cambio, puedes ver los pensamientos propugnados en una interpretación de baile. Puedes entender el significado de los pensamientos que conlleva, además de las formas de baile empleadas durante la guía de estos pensamientos. Si las formas de baile y el lenguaje corporal son beneficiosos para las personas y son algo que deberías aprender, aceptar y aprovechar —si eres capaz de comprender y aprender estas cosas y puedes aceptar estos elementos positivos—, entonces esta es una manifestación de tener capacidad para evaluar y apreciar las cosas. Por supuesto, si el baile presenta algunos pensamientos distorsionados que no son acordes con la humanidad y también puedes percibirlos y puedes identificar donde radican los errores y también sabes qué tiene de malo esta forma de presentación y cuáles son los pensamientos que la guían; si puedes ver e identificar todo esto, entonces esta es también una manifestación de tener capacidad para evaluar y apreciar las cosas. Después de dar estos dos ejemplos, ¿entendéis ahora qué es la capacidad para evaluar y apreciar las cosas? ¿Se ha establecido este estándar para medir si alguien tiene buen calibre y la capacidad para evaluar y apreciar las cosas? (Sí).
Si ves algo y conoces los pensamientos y puntos de vista que defiende o la óptica y la postura que adopta, pero no sabes si estos pensamientos y puntos de vista son correctos o incorrectos, entonces no tienes mucha capacidad para identificar las cosas. Puede que solo te parezca que: “Este baile, este artículo o esta película son bastante buenos; tienen valor artístico y su técnica expresiva es maravillosa”, de tal modo que solo observes y aprendas sobre tales cosas desde la óptica de la industria o del conocimiento, pero no seas capaz de determinar si los pensamientos y puntos de vista defendidos por ellas son correctos o incorrectos, buenos o malos, positivos o negativos. Podrías hacerte preguntas tales como: “¿Se conforman a la verdad estos pensamientos y puntos de vista? ¿Se conforma este acto a la humanidad? ¿Es acorde con las leyes de desarrollo de las cosas? ¿Existen personas así? ¿Han ocurrido tales acontecimientos? ¿Es algo positivo?”. Si todas las frases que pronuncias terminan en interrogación, entonces careces de capacidad para identificar las cosas. Si solo conoces los aspectos técnicos, profesionales o basados en el conocimiento que hay involucrados, pero, en lo que respecta al nivel del pensamiento, careces de la capacidad para juzgar si son correctos o incorrectos, buenos o malos, ¿qué dice esto sobre tu calibre? Esto indica que tienes calibre promedio. Aunque tienes algo de capacidad para evaluar y apreciar las cosas, esta se limita a apreciar los pensamientos del autor desde una óptica técnica, profesional. Solo puedes asimilar o entender por qué el autor hacía lo que hacía, pero no eres capaz de evaluar si los pensamientos y puntos de vista por los que aboga son correctos o no, si son cosas positivas o cómo de grande es el impacto que estos pensamientos y puntos de vista tienen sobre las personas una vez presentados, si este es positivo o negativo o qué consecuencias supone para ellas; no sabes nada de esto. De acuerdo con este nivel, el calibre de tales personas es solamente promedio. Solo pueden apreciar, pero no pueden evaluar y, por tanto, no pueden alcanzar el calibre de tener la capacidad para evaluar y apreciar las cosas. Algunas personas, sea cual sea el deber que hagan, tienen escasa capacidad para identificarlas. Creen que es aceptable hacerlas de cualquier manera. Sus puntos de vista y actitudes son muy turbios y nada claros. Da igual lo que diga cualquiera, ellos lo aceptan, no tienen puntos de vista ni principios de práctica precisos. Por consiguiente, no hacen bien ningún deber. Con independencia de cuál sea el trabajo que emprendan, son especialmente turbios y nada claros en lo que respecta a definir y establecer límites relativos a la positividad o la negatividad y si están bien o mal los diversos pensamientos y puntos de vista que surgen en el transcurso de su trabajo. Cuando les preguntan: “Esta especie de pensamiento o punto de vista que ha surgido, ¿es correcto?”, dicen: “La mente de las personas es libre. No debería estar confinada. Debe haber diversidad, se ha de permitir que se presente y exprese cualquier tipo de pensamiento”. Este es su punto de vista relativo a la existencia de diversos pensamientos. Es decir, no importa qué pensamientos o puntos de vista surjan; ya estén bien o mal, sean correctos o incorrectos, creen que se debería permitir que todos existan y se presenten con libertad. Consideran que, mientras alguien piense de cierta manera, mientras tenga alguna necesidad, mientras haya un público para algún pensamiento o personas que lo avalen, entonces hay valor en su existencia. Este pensamiento y punto de vista suyo es muy turbio. En palabras de los no creyentes, a menudo existe en una “zona gris” sin limitaciones. Estas personas no tienen estándares ni criterios estrictos para juzgar si las cosas son correctas o incorrectas. También se puede decir que tales personas no tienen una postura ni pensamientos o puntos de vista reales. Por supuesto, también se puede decir que estas personas no abogan de manera positiva por nada. Así que entonces, ¿pueden aceptar la verdad? ¿La pueden entender? En realidad, es difícil decirlo. Tener escaso calibre es problemático. Cuando aquellos de poco calibre se enfrentan a la aparición de dos pensamientos o puntos de vista al mismo tiempo, no tienen ninguna opinión propia; no saben cuál es correcto y cual no. Sea cual sea el bando más poderoso, ese es el que siguen. A eso se le llama no tener una postura. Son unos individuos atolondrados. No vamos a discutir cómo es la búsqueda de su humanidad o cómo es su integridad; solo si nos referimos a su capacidad para evaluar y apreciar las cosas, el calibre de las personas así es apenas promedio. ¿Por qué digo esto? Porque, aunque su calibre permite que aprecien ciertas cosas a nivel de pensamiento, carecen de capacidad para evaluar su autenticidad e identificar si son buenas o malas, correctas o incorrectas. Por tanto, su calibre se clasifica como promedio. Dado que, cuando se trata de evaluar las cosas, sus pensamientos, puntos de vista y posturas son muy turbios y no adoptan como base y criterio las positivas, pueden hacer algunas cosas buenas, pero también otras malas. Pueden hacer algunas relativamente correctas que beneficien a los demás y asistan a la humanidad, pero al mismo tiempo pueden hacer otras que perjudiquen a los demás y tengan una influencia adversa sobre ellos. Por tanto, el calibre de tales personas es solo promedio. Por ejemplo, supongamos que hay una película en la que los pensamientos por los que aboga el director sean relativamente positivos y humanistas y cosas que se conforman relativamente a las necesidades de la humanidad —necesidades que se justifican en la sociedad de hoy, tales como la democracia, la libertad, los derechos humanos y otras cosas positivas— y, por medio de la película, el director saca a relucir estas cosas de lo profundo de los pensamientos humanos para ayudar a que las personas las conozcan. Si alguien de calibre promedio ve esta película, es capaz de reconocer que estos pensamientos son buenos y correctos. Le es posible ver que estos pensamientos son relativamente populares y reverenciados en la sociedad de hoy, puede percibir la corrección de los pensamientos defendidos por el director. Pero si, en esta película, el director también defiende algunos pensamientos exclusivos —cosas que la mayoría de los adultos y de las personas con capacidad de comprensión no pensarían, que son muy extremas e incluso se puede decir que rara vez se ven o es casi imposible que ocurran de acuerdo con las leyes normales del desarrollo de las cosas—, entonces las personas de capacidad promedio para evaluar y apreciar las cosas no serían capaces de discernirlas cuando vieran la película. Pensarían: “Estos pensamientos concretos por los que aboga el director no son malos. Aunque se trate de cosas que solo son del agrado de un pequeño grupo de personas, que las aceptan, estos pensamientos se deberían seguir reverenciando en la sociedad de hoy; se deberían hacer públicos para que todo el mundo los pueda conocer y aceptar”. Como ves, con independencia de si las cosas por las que aboga el director en la misma película son positivas o tienen una influencia negativa sobre las personas, las aceptarán e incluso les tendrán un aprecio especial. Para ellos, no hay una distinción clara ni definida entre lo correcto y lo incorrecto. Por tanto, pueden aceptar las cosas positivas en esta película y además pueden aceptar las negativas. Dado que pueden aceptar estas cosas, también las aplicarán. Las incorporarán a trabajos que expresen sus propios pensamientos y puntos de vista o se las inculcarán a otros en la vida cotidiana para influenciarlos. Por supuesto, las cosas positivas tendrán un buen efecto en las personas, mientras que las negativas, sin duda, tendrán uno negativo. Por tanto, tales personas también harán algunas cosas malas mientras hacen cosas buenas. Es decir, por ejemplo, te darán un plato de gachas cuando tengas hambre, pero no estará limpio y estará mezclado con un poco de arena, por lo que comerlo durante un largo periodo de tiempo será malo para tu salud. O te dará un plato de comida, pero en él habrá moscas y mosquitos. Puede que te parezca sabroso, pero contiene algunas bacterias dañinas para el cuerpo. Aunque tales personas habrán resuelto tu hambre y llenado tu estómago, también habrán causado algunos efectos adversos a tu cuerpo. Del mismo modo, si te falta discernimiento, cuando ves un trabajo, es muy probable que aceptes algunos pensamientos y puntos de vista incorrectos, que este te desoriente y te envenene. Por tanto, poseer la capacidad para identificar las cosas también es muy importante. Estas son las manifestaciones de las personas de calibre promedio en cuanto a su capacidad para evaluar y apreciar las cosas.
El siguiente nivel es el de las personas de poco calibre. Estas no tienen capacidad para evaluar y apreciar las cosas. Es decir, cuando ven algo, no saben qué pensamientos y puntos de vista es correcto tener ni saben qué ángulo o postura es correcto asumir. Ni siquiera saben qué clase de pensamientos y puntos de vista incorrectos tiene la gente respecto a esta cuestión o qué pensamientos solían gobernarlos al enfrentarse a tales cuestiones; esto implica lógica del pensamiento y las personas de poco calibre simplemente se quedan cortas en esto; así que de ninguna manera pueden apreciar las cosas. Solo después de que alguien sea capaz de apreciar las cosas se puede decir cómo es su apreciación de estas o si tiene capacidad para evaluarlas. Si ni siquiera puede apreciarlas, no tiene sentido discutir si tiene capacidad para evaluarlas. Por ejemplo, después de leer un artículo, hay quien dice: “Este artículo usa un lenguaje florido, está expresado con mucha fluidez y tiene bastante buen humor. ¡Está maravillosamente escrito!”. Alguien pregunta: “¿Qué pensamientos y puntos de vista pretende expresar el autor en este artículo? ¿Cuál es su actitud hacia las personas, acontecimientos y cosas de este tipo?”. “Ah, ¿es que hay una actitud? ¿También implica pensamientos y puntos de vista? No he reparado en ello. En cualquier caso, creo que su artículo está bien escrito y he disfrutado al leerlo”. La otra parte pregunta: “Entonces, ¿qué pensamientos y puntos de vista de los que expresa has disfrutado? ¿Sabes qué párrafos o qué historia expresan qué clase de pensamientos y puntos de vista del autor y cuáles la idea central del artículo?”. Dice: “Aún no lo he averiguado”. Lo lee dos o tres veces más y todavía le parece que el artículo está bien escrito y es elocuente. En cuanto a qué pensamientos y puntos de vista expresa, eso no es capaz de percibirlo. Esto deja en evidencia cómo es su calibre, ¿verdad? Si lee este artículo y no puede percibir qué pensamientos y puntos de vista se explican en él, de esta persona solo se puede decir que carece de capacidad para evaluar y apreciar las cosas y que su calibre es escaso. Si el artículo contiene un lenguaje claro que ya explica los pensamientos y puntos de vista correctos y todavía no pueden percibirlo, esto prueba que su calibre es extremadamente escaso. Lo único que puede decir es: “El artículo está bien escrito, el lenguaje es fluido y el estilo de escritura es bueno”, pero no sabe ni entiende si los hechos discutidos en el artículo son objetivos, qué hace sentir a los lectores o qué pueden estos aprender y sacar en claro; tendrían que preguntarle al autor. Esto demuestra por entero que tales personas tienen poco calibre. ¿De qué manera se muestra su poco calibre? En que no entienden qué son los pensamientos y puntos de vista ni cómo apreciar las cosas y, por supuesto, en mayor medida, en que son del todo incapaces de evaluarlas. De manera colectiva, a esto se le denomina carecer de capacidad para evaluar y apreciar las cosas. Aquellos que carecen de capacidad para evaluar y apreciar las cosas son peores que las personas de calibre promedio que no solo carecen de capacidad para evaluar las cosas, sino también para apreciarlas. Por tanto, en lo que respecta a las cosas al nivel de los pensamientos y puntos de vista, la lógica del pensamiento o a si algo es acorde a la humanidad o a las leyes objetivas de las cosas, no pueden desentrañarlas ni saben cómo apreciarlas. No pueden siquiera percibir si este artículo explica cualquier pensamiento o punto de vista y mucho menos identificar si estos son correctos o incorrectos. El hecho de que sepan leer cosas relacionadas con las palabras, el conocimiento, las habilidades técnicas y las profesiones solo se debe a que han ido a la escuela, pero mantienen un nivel en el que pueden leer, ver y escuchar las cosas sin poder apreciarlas. Tales personas son las de escaso calibre. Estas pueden hablar sobre cosas relacionadas con el nivel de las habilidades y las profesiones técnicas o el conocimiento, como qué trabajo de un famoso es algo, qué cita de un famoso se menciona, qué estilo de expresión se ha referenciado o qué habilidad técnica o profesión se utilizó para lograrlo; pueden percibir estas cosas. Sin embargo, no entienden los conceptos que se defienden y se expresan desde la base del nivel de estas profesiones y habilidades o conocimiento técnicos, así cómo cuáles son los conceptos, bases o fundamentos detrás del diseño y la presentación de estas cosas. Esto es lo que significa tener poco calibre. Tales personas tienen una característica: no saben cómo reflexionar o pensar sobre los problemas. No saben cómo identificar, juzgar o llegar a conocer la causa original y la esencia del fenómeno causado por algo o la futura dirección del desarrollo de este fenómeno y el impacto que tendrán en las personas, acontecimientos y cosas. Tales personas no tienen pensamiento normal. Aquello que pueden entender y la experiencia de vida que pueden captar son extremadamente limitadas. Sean cuales sean los asuntos complejos a los que se enfrenten, no pueden entenderlos ni desentrañarlos. Es decir, solo pueden pensar sobre las palabras que oyen y el texto que ven en la superficie respecto a algo, además de en las formas y métodos externos involucrados; solo alcanzan este nivel. En cuanto a aspectos más profundos, como las relaciones, la lógica e influencia mutuas entre cosas distintas, tampoco piensan en ellos ni son capaces de hacerlo. Hay quienes piensan sobre algo hasta el punto de perder el apetito, el sueño y deprimirse y aun así no pueden desentrañarlo. Esto es lo que significa tener poco calibre. La medida de si una persona tiene la capacidad para evaluar y apreciar las cosas depende de si, a la hora de enfrentarse a un asunto, puede emitir juicios para plantear diversas posibilidades relativas a las complejas relaciones, conexiones o influencias mutuas entre las diversas cosas, además de los efectos derivados que podrían lograr. Si una persona solo puede decir lo que alguien dijo o hizo, si solo relatan lo que ha visto u oído sin ningún discernimiento y sin ser capaz de percibir cualquier problema, esto indica que no tiene pensamiento normal. La gente que carece de capacidad para pensar carece de capacidad para apreciar las cosas y, por supuesto, también de capacidad para evaluar y apreciar las cosas y no sabe pensar. Por tanto, ¿por qué hace falta que discutamos esta capacidad? Si las personas carecen de las diversas capacidades para apreciar el mundo material, su calibre es escaso. No saben cómo pensar y su pensamiento carece de lógica, así que tales personas carecen de capacidad para comprender la verdad. Esto es porque, por una parte, la verdad implica diversos aspectos de los problemas en la vida real de las personas. Al mismo tiempo, también implica los diversos principios que las personas deberían practicar para desechar sus actitudes corruptas. Por supuesto, involucra incluso más a los distintos tipos de problemas, simples o complejos y con múltiples facetas, que las personas afrontan en la vida real y a las relaciones entre ellos. Ya se trate de una verdad simple o de verdades múltiples, interconectadas, ninguna verdad es un precepto; en cambio, son principios o criterios para medir una categoría de cosas. Si hablamos de principios y criterios, no son preceptos ni fórmulas como uno más uno es igual a dos. Ya que no son fórmulas, cuando nos enfrentemos a asuntos en la vida real, la gente debe ser capaz de reflexionar y buscar los problemas de humanidad que están implicados, si las revelaciones de humanidad en este aspecto contienen elementos de una actitud corrupta y qué estados y revelaciones existen para el mismo tipo de carácter corrupto, además de qué aspectos de la verdad debería practicar la gente y a cuáles atenerse para transformarse; todo eso lo debe entender la gente. Si solo conoces las palabras de la verdad, pero no sabes qué son los principios de los que se habla en este aspecto de ella, entonces no sabrás qué correlación tienen con las cosas de la vida real ni sabrás cómo practicar la verdad. Si no cuentas con la capacidad para comprender la verdad, no serás capaz de hacer una correlación con los problemas que existen en ti mismo o con los problemas que te encuentras en la vida real. No sabrás cuántos aspectos de la verdad están implicados, cuál es la senda de práctica y entrada o qué problemas deberías resolver. Por supuesto, no cabe duda de que vas a ser capaz de contemplar a las personas y las cosas o de comportarte y actuar según las palabras de Dios o que podrás atenerte a los principios-verdad o practicar según ellos. Si careces de capacidad para apreciar a ciertas personas, acontecimientos y cosas relacionados con la vida humana, no tienes pensamientos ni puntos de vista respecto a ellos y, en lo fundamental, no puedes captar cosas relacionadas con el nivel de pensamiento, no tienes capacidad para apreciarlas y, más si cabe, careces de la capacidad para evaluarlas, se puede decir que careces de capacidad para comprender la verdad. Si no tienes capacidad para comprender la verdad y eres incapaz de entenderla, ¿qué harás para cambiar los defectos en tu humanidad y para desechar tus actitudes corruptas? Si no tienes capacidad para comprender la verdad, no sabrás qué principios-verdad están implicados en el asunto ante ti. Por supuesto, tampoco sabrás a qué principios-verdad deberías atenerte. En ese caso, actuarás a ciegas, ya sea siguiendo preceptos, actuando según nociones y figuraciones o bien cometiendo fechorías imprudentes. No entender la verdad lleva a estas consecuencias, a estas manifestaciones.
En cuanto al tema de la capacidad para evaluar y apreciar las cosas, aunque no guarde relación con el problema de perseguir la verdad para desechar las actitudes corruptas, en lo que se refiere a la vida humana misma, si no posees la capacidad para apreciar las cosas, no tienes puntos de vista sobre nada que ves ni ninguna opinión a nivel de pensamiento —lo observas todo como si una gasa te cubriera los ojos, incapaz de percibir que existe un problema— y solo conoces el desarrollo de todo el acontecimiento o de las personas, los acontecimientos y las cosas implicados, pero no sabes cuál es la esencia del problema ni cuáles son los pensamientos y puntos de vista relacionados con las personas, entonces esto indica que eres alguien de poco calibre. Esto es porque no tienes pensamientos de ningún tipo relativos a todos los problemas en tu vida. No sabes cómo considerar, pensar o definir los problemas al nivel del pensamiento. No sabes cómo considerar, en función de tu propia edad, la madurez de tu humanidad o tus experiencias pasadas, qué clase de problema es algo en realidad, qué deberías aprender y sacar de ello, qué impacto tiene en ti, qué lección te da, desde qué perspectiva deberías contemplar y manejar esta clase de problema o deberías actuar y que deberías evitar si encuentras de nuevo esta clase de asunto. Careces de todos estos reflejos. No importa lo que te ocurra, eres tan simple de mente como un animal y no tienes puntos de vista. Da igual la edad que alcances o cuánto hayas experimentado, todavía no sabes cómo pensar sobre los problemas. No sabes cómo usar tus propias experiencias pasadas, tu conocimiento y lo que has aprendido para reflexionar sobre los problemas en diversos aspectos. Las personas así son las de escaso calibre y, ya no es que no vayan a tener entrada en la verdad, sino que no son capaces de resumir ningún patrón, aunque se trate de asuntos triviales de la vida cotidiana. Aunque vivan hasta los cuarenta, los cincuenta o los setenta u ochenta años, todavía son personas atolondradas que no pueden compartir ninguna experiencia. Tales individuos son lerdos que no piensan. Como su calibre es escaso y carecen de capacidad para evaluar y apreciar las cosas, por muchos años que lleguen a vivir, nunca observan las cosas desde el nivel del pensamiento. No saben cómo contemplarlas ni son capaces de desentrañar nada. Por tanto, a la hora de evaluar el calibre de alguien, en concreto si tiene la capacidad para evaluar y apreciar las cosas, no te fijes en su edad ni en sus experiencias pasadas. En cambio, ¿en qué deberías fijarte? (Deberíamos fijarnos en si cuenta con pensamientos). Es decir, deberías fijarte en si, después de que ha experimentado diversas personas, acontecimientos y cosas durante cuarenta o cincuenta años, tiene alguna comprensión personal al nivel del pensamiento, además de en si sus experiencias pasadas guardan relación con el valor de la vida humana, la senda que toman las personas o lo relativo a las profundidades del pensamiento humano y su mundo espiritual. Si su experiencia solo se corresponde con ciertos asuntos y no implica cosas al nivel del pensamiento, entonces no posee la capacidad de evaluar y apreciar las cosas. Por ejemplo, hay quien suele decir: “En nuestra generación, vivíamos con lo mínimo. No era fácil comer bien; solo podíamos comer carne en Año Nuevo u otras festividades. La gente de nuestra generación era tan simple como ingenua y vestíamos con mucha sencillez”. Siguen diciendo cosas de ese estilo. A eso, otros responden: “¿Por qué vuestra generación merece tanto recuerdo? ¿Hay cosas que nosotros los jóvenes podamos aprovechar y que podamos comunicar a nivel del pensamiento?”. Contestan: “En nuestra época, cuando íbamos al campo de batalla para luchar, pasábamos días sin dormir porque teníamos que marchar continuamente. A veces, no comíamos ni una vez en todo el día. Cuando llegábamos al campamento, los nuevos reclutas se iban directos a dormir, pero nosotros los veteranos comíamos primero y luego dormíamos. Si no, teníamos que volver a ponernos en marcha después de comer y acabábamos pasando hambre a mitad de camino”. Los demás dicen: “Eso no es más que un incidente; no cuenta como algo a nivel de pensamiento. Comparte algo que a nosotros los jóvenes nos merezca la pena aprender o bien algunas lecciones que nos puedan ayudar a evitar dar rodeos, nos impidan cometer errores o equivocaciones de bajo nivel motivadas por la estupidez”. Dicen: “En aquella época, no éramos como los jóvenes de hoy en día, que son vagos, glotones que aman la tranquilidad y detestan trabajar. En aquellos tiempos, solo queríamos sufrir más adversidades, hacer más trabajo y desempeñarlo bien, de modo que pudiéramos llamar la atención de nuestros líderes y conseguir un ascenso”. ¿Hay algo a nivel del pensamiento en estas palabras? (No). Después de oír esto, ¿te parece que estas son las palabras de un mentor espiritual, la clase de charla inspiracional que dicen los no creyentes? ¿Amplía eso tus ideas, eleva tu nivel de pensamiento, mejora tu capacidad para ser consciente de las cosas o ayudarte a descubrir algunas nuevas o pensamientos y puntos de vista correctos que nunca habías considerado antes? (No). Entonces, ¿tienen tales personas la capacidad para evaluar y apreciar las cosas? No importa cómo les preguntes sobre asuntos relativos al nivel de pensamiento, no vas a sacarles nada. En realidad, no es que no estén dispuestos a hablar, sino que simplemente no tienen nada dentro. Esto es lo que significa tener escaso calibre. Incluso cuando llegan a los cincuenta o sesenta años, no tienen pensamientos ni puntos de vista; solo salen así del paso por la vida. No saben que vivir no solo consiste en buscar expectativas, una buena familia, un buen trabajo o una buena vida, sino que además existen asuntos al nivel del pensamiento que requieren reflexión, cavilación y una recapitulación constante en el fondo del corazón. No saben que, en la senda de la vida humana, la gente va a hallar muchas cosas desconocidas ni cómo deberían enfrentarse a ellas. Cuando no les ocurre nada, no piensan ni contemplan por adelantado evitar dar rodeos o ir por la senda equivocada. Además, no saben por qué actuaron de determinada manera en algunas cosas que han experimentado, si actuar de esa manera fue lo correcto o lo incorrecto o cómo deberían avanzar por la senda para vivir felizmente, con paz mental y llevar una vida con valor, sin vivir en vano. Como tales personas tienen escaso calibre, no piensan sobre estos asuntos. Cuando llegan a los sesenta años, solo se quedan allí sentados recordando, dicen: “Cuando era joven, era guapa y con talento; ¡muchos me perseguían! Ay, en mi juventud…”. Solo sacan a relucir historias de sus días de gloria, cosas que no merece la pena mencionar. Por mucho que viva, la gente con escaso calibre no piensa en cuestiones relativas a la vida humana, la senda que toman las personas o cómo deberían vivir. No piensan en la clase de puntos de vista que las personas deberían tener a la hora de lidiar con diversos asuntos. Por consiguiente, vivan como vivan, su nivel de pensamiento no mejorará, sus ideas carecerán de sustancia, su mundo espiritual se empobrecerá y no tendrán auténtica experiencia de vida. Esto es lo que significa tener pobre calibre. Cuando interactúas con tales personas, a los veinte años son bastante infantiles y simples, están llenas de vigor y tienen mucho temperamento. Cuando llegan a los treinta, siguen igual de podridas. A los cincuenta, su manera de hablar sigue al mismo nivel; solo saben decir unas cuantas frases simples. Sus rostros tienen más arrugas y manchas de la edad y cuentan con mucho pelo cano. Está claro que su edad es más avanzada, pero carecen de pensamientos y puntos de vista. Cuando conversan con los demás, nunca tienen nada que decir. Han malgastado todos estos años de su vida y no han hecho progresos. La gente de escaso calibre es así en la vida y, si creen en Dios, sus manifestaciones son las mismas de principio a fin. Cuando empiezan a creer en Dios a los veintitantos años, ya son así. Para cuando tienen treinta o cuarenta años, siguen siendo iguales, no han progresado en absoluto. Aún dicen las mismas cosas que antes. Es solo que han experimentado algunas cosas mientras creen en Dios, han llegado a entender algunas palabras y doctrinas y pueden expresar terminología espiritual de una manera más completa. Sin embargo, no tienen entendimiento espiritual real. Sus pensamientos todavía carecen de profundidad, sus puntos de vista sobre las cosas no han cambiado, su conocimiento de Dios y la verdad no se ha incrementado y su conocimiento de sí mismos no ha aumentado. No han sufrido ningún cambio, ¿me equivoco? (No). Acumular algunas palabras y doctrinas o terminología espiritual por medio del recuerdo o del temple que da el tiempo no es cambiar, no es progreso y desde luego no es ganancia. Esta es precisamente la manifestación de las personas de escaso calibre. Da igual por cuántos altibajos importantes atraviesen o cuántos reveses, fracasos o frustraciones experimenten, no aprenden ninguna lección ni obtienen experiencia alguna ni pueden conseguir nada beneficioso. En cuanto algo acaba, para ellos simplemente ha terminado; se limitan a pasar por el proceso y al final terminan por no lograr nada. Tales personas se pueden describir como muy lamentables. Decimos de ellas que tienen muy poco calibre precisamente porque carecen de la capacidad para evaluar y apreciar las cosas. Menos aún puede decirse que tengan la capacidad para comprender la verdad ni tampoco que hayan cambiado.
En lo que se refiere a la capacidad para evaluar y apreciar las cosas, las personas de escaso calibre no dan la talla. En cuanto a aquellos sin calibre, carecen más si cabe de la capacidad para evaluar y apreciar las cosas; no pueden apreciarlas y menos aún evaluarlas. Cuando compartas tus pensamientos y puntos de vista sobre algo, la gente de escaso calibre se quedará aturdida mientras te escucha, no reaccionará. En su corazón, piensan: “¿Hay pensamientos y puntos de vista en esto? ¿Cómo es que no los percibo?”. Aunque son capaces de entender un poco de lo que dices, solo pueden escucharlo como palabras y doctrinas o como una fórmula. En cuanto a las personas sin calibre, cuando oyen a otros compartir los pensamientos y puntos de vista en algo o la esencia del problema y la postura que las personas deberían adoptar respecto a ello, no pueden entenderlo. Solo les parece que es un poco profundo, pero que escapa a su alcance. Mientras más compartas sobre los pensamientos y el entendimiento, más confusos se sienten. Les parece: “¿Cómo es posible que se haya complicado este asunto corriente? ¿Por qué no puedo sacar nada de los pensamientos, los puntos de vista o las posturas? ¿Qué posturas? Solo tenemos que creer en Dios adecuadamente y hacer nuestros deberes de ese modo y Él dará su aprobación. ¿Por qué las cosas se vuelven más complicadas mientras más cree uno en Dios? ¡Al escucharte, suena como si nadie pudiera entrar en el reino!”. ¿Te puedes comunicar con tales personas? (No). No solo no puedes comunicarte con ellas, sino que también puedes decir algunas cosas nada razonables: “¿Son estos pensamientos y puntos de vista que mencionas tan buenos y correctos en realidad? ¡No lo creo! Las personas no pueden pasar sin dinero. Deben comer siempre bien y disfrutar de las cosas buenas. Sin dinero que gastar ni buena comida para alimentarse, ¿cómo puede hacer alguien su deber?”. ¿Qué clase de lógica es esta? Dicen: “Siempre hablas sobre la vida humana, sobre los valores, pensamientos y puntos de vista de las personas y la senda que toma la gente. ¿Por qué no hablas sobre la comida y la vestimenta? ¿Por qué no hablas sobre cómo cuidar de tu cuerpo para poder hacer bien tu deber?”. Estas son las cosas en las que piensan, ¿acaso pueden aún comprender la verdad? Sencillamente no es posible que te comuniques con tales personas. Cuando intentas hablar con ellas, solo hablan sobre hacer dinero. Consideran que ganar dinero, vivir la vida, perseguir el mundo y pasarse la vida comiendo, bebiendo y disfrutando son los asuntos importantes de la vida humana y la senda que las personas deberían recorrer en la vida. En cuanto a lo que las personas deberían perseguir u obtener al creer en Dios, estas cosas no existen en sus pensamientos ni en su conciencia. Creen que, por muchos años que crean las personas en Dios, todavía les hace falta comer y vivir y que, para vivir bien, no puedes pasar sin dinero; tenerlo implica tener una buena vida y, sin dinero, la vida no puede continuar. Esta es su lógica; tales personas son propensas a las distorsiones. Los propensos a las distorsiones no tienen pensamientos ni puntos de vista correctos; son como personas sin alma. ¿Qué diferencia hay entre las vidas de tales personas y las de los cerdos o los perros? (No hay ninguna diferencia). Si tratas de educar a un perro o un gato para que sea obediente y se comporte como un niño bien educado, ¿puede entender? (No). Como mucho, ¿qué puede entender un perro? Si le dices “sit” y luego le das un trozo de carne, lo recordará. Después de eso, en cuanto digas “sit”, por muy lejos que esté, se sentará de inmediato para que le des carne. Un perro puede recordar esta acción mecánica; mientras le hagas saber que sentarse lleva a una recompensa, obedecerá. Sus pensamientos son así de simples. Por tanto, ¿cómo de grande es la diferencia entre los pensamientos de las personas sin calibre y los de los animales? (No existe una diferencia significativa). Después de que los animales terminan de comer cada día, salen a jugar. Cuando es hora de volver a comer y los llamas para que regresen, enseguida vienen corriendo. Ya los tengas atados o los hagas sentarse, obedecerán. ¿Por qué? Porque hay comida. Obedecen encantados tus órdenes en aras de ese poco de comida. Los pensamientos de los animales son así de simples. A ellos les basta aferrarse a un precepto o a una fórmula que los beneficie; no piensan en mucho más. Como los instintos que Dios les da a los animales están limitados a estas cosas, que son suficientes para mantener su supervivencia y Dios no les ha hecho ninguna comisión, los animales no necesitan considerar la vida, el futuro, su destino o sus responsabilidades y obligaciones. Además, no necesitan considerar qué senda tomar o perseguir una vida significativa y demás. Sin embargo, las personas son diferentes. Dios las ha dotado de diversos instintos y además les ha concedido la verdad para que sea su vida. Por tanto, Dios ha requerido estándares para las personas. Así pues, estas deberían considerar estas cuestiones; solo hacer esto conduce a que obtengan la verdad para que sea su vida. Esta es la responsabilidad y obligación que las personas deberían tener y además es, por supuesto, su derecho. Sin embargo, si no puedes ejercer este derecho o careces de esta capacidad para pensar sobre problemas, eso demuestra que tu calibre es muy escaso. Entre los seres vivos al nivel de los humanos, perteneces a la categoría de aquellos de poco calibre. No puedes pensarlo por tu cuenta e, incluso cuando te explican las cosas, no las entiendes. En casos más graves, te resistes, te burlas, ridiculizas o incluso criticas a los demás. Si tu calibre es así de escaso, eso significa que no tienes calibre en absoluto. Por ejemplo, una persona sin calibre lee un artículo de testimonio vivencial y le preguntas: “¿Es bueno este artículo?”. Dice: “Es bastante bueno. Cada párrafo está dividido con precisión y la puntuación es en su mayoría acertada. El primer párrafo explica el tiempo y lugar, el segundo explica el trasfondo de los personajes, el tercer párrafo empieza a narrar el transcurso de la historia y luego avanza hacia el clímax y la conclusión”. Si luego le preguntas cuáles son los pensamientos y puntos de vista del autor, dice: “¿Es que hay pensamientos y puntos de vista? El fragmento de las palabras de Dios que cita el autor son los pensamientos y puntos de vista”. Le preguntas: “¿Son relevantes las palabras de Dios que se citan? ¿Son precisos los pensamientos y puntos de vista que quiere expresar?”. Asegura que no lo sabe. Entonces haces preguntas como: “¿Es el entendimiento que compartió el autor auténtico y práctico? ¿Lo que entiende es doctrina o se acerca a la realidad? ¿Edifica a los demás o tiene valor para ellos? ¿Proporciona ayuda o beneficia a los lectores?”. No sabe nada de esto ni es capaz de percibirlo. Esto es lo que significa tener un calibre muy escaso. Si hablas con ellos sobre los errores en los pensamientos y puntos de vista en el artículo, qué partes son prácticas y cuáles no, siguen sin saberlo y no pueden conectarlo al artículo. ¿Muestra esto falta de calibre? (Sí). Incluso cuando otros comparten los problemas que existen, siguen sin saberlo. ¿No muestra esto falta de calibre? Pasa igual con algunos líderes de la iglesia: cuando las aparecen en la iglesia personas malvadas o incrédulos, no saben cómo lidiar con ellos. Después de que compartas con ellos los principios-verdad, no entienden y te piden que les pongas un ejemplo. Después de dárselo, todavía no saben cómo ocuparse de esos malvados e incrédulos y dicen: “Por favor, enséñame. ¿Cómo debería lidiar exactamente con esa persona? ¿Debería colocarla en una iglesia corriente, en un grupo B o echarla? ¿Cómo debería compartir con esa persona? Por favor, explícamelo palabra por palabra. Lo grabaré y luego lo seguiré al pie de la letra para lidiar con la situación; de esta manera, puedo hacerlo”. Si son así, ¿qué sentido tiene compartir principios con ellos? Incluso cuando das ejemplos, no entienden ni pueden lidiar con el asunto. Tales personas simplemente no tienen capacidad de comprensión. Al final, siguen preguntando: “Dime qué debería hacer respecto al problema actual y lo haré”. Les dices dónde ir para lidiar con la cuestión, qué decir a quién para hacerlo y hasta qué punto se debe lidiar con la cuestión para que se considere que está resuelta por completo. Después de terminar de explicarlo, parece que lo han entendido, pero siguen sin poder lidiar con ello y tienes que encontrar a alguien que coopere para completarlo. Tales personas son sumamente lerdas y carecen de calibre. Por ejemplo, supongamos que les dices a los que están aprendiendo a bailar que los pasos de cierta coreografía son muy buenos y les haces seguir un vídeo para que se los aprendan. Al cabo de unos días, cuando les preguntas por su progreso, algunos lerdos dirán que no supieron distinguir qué pasos eran buenos. Aunque dispongan de materiales de enseñanza, siguen sin poder aprenderlos. No saben qué movimientos son buenos o cuales son útiles ni saben elegirlos. ¿Qué acaban haciendo? Tienen una táctica, dicen: “Escoge solo unos pocos pasos de baile para que me los aprenda y yo los seguiré, fin de la historia”. Tienen esa habilidad; aunque no entienden de principios, tienen algo de perspicacia. ¿Acaso no son como robots? Pueden tener conocimientos y educación, pero carecen de capacidad para evaluar y apreciar las cosas; esto es lo que significa no tener calibre. No saben por qué deberían aprender lo que les dices que aprendan. En cuanto a las cosas que les dices que no aprendan, no saben qué tienen de malo o por qué no deberían aprenderlas. Incluso después de que se les diga, siguen sin comprenderlo. Decidme, ¿tienen calibre tales personas? (No). Carecen de la capacidad para ser conscientes de las cosas por su cuenta y para identificar y distinguir de manera independiente el bien del mal; esto es lo que significa no tener calibre. Como el ganado o los caballos, siempre necesitan que alguien los guíe, ¿no son solo herramientas entonces? Si tuvieras calibre, ¿aún requerirías la guía de alguien? ¿Para qué tienes cerebro entonces? Tu cerebro es inútil. Para ser exactos, no tienes calibre. Tienes que escuchar a los demás y que estos te guíen; solo eres una herramienta. No importa durante cuánto tiempo estudie esta gente cierta profesión o cuántos principios oigas relacionados con ella; siguen sin poder entenderla o captarla. Al final, no saben cómo aplicar ni poner en marcha estos principios. Estas son las clases de personas con el calibre más escaso, aquellos que no tienen calibre. Hay quien dice: “No pienses que solo porque carezcan de la capacidad para evaluar y apreciar las cosas y siempre te sigan al hacer su deber, eso significa que tengan escaso calibre. De hecho, solo les falta calibre en lo que respecta a comprender la verdad. En cuanto a los asuntos implicados en sus propios intereses, siempre piensan en todas las maneras posibles para protegerse de sufrir cualquier pérdida. En esas cosas, son astutos, no hay duda de que no son lerdos. En la iglesia parecen lerdos, pero si regresaran al mundo, no lo serían. En las cosas que disfrutan, tienen pensamientos y obras creadas; tal vez podrían tener algo de éxito”. También hay personas que cometen fechorías imprudentes en la iglesia y todo el mundo dice que tienen escaso calibre, pero no quedan convencidas: “Dices que tengo escaso calibre, pero si estuviera en el mundo de los no creyentes, aún podría hacer dinero y ganarme la vida. Todavía podría florecer; ¡nadie asegura que lo fuera a hacer peor que los demás!”. ¿Se mide todo según los principios-verdad en el mundo de los no creyentes? ¿Tiene las palabras de Dios como sus cimientos? Si no es así, entonces, aunque sus obras creadas puedan sostenerse en el mundo de los no creyentes, eso no prueba que tengan calibre. Por ejemplo, algunas personas pintan y, a primera vista, los colores, la composición, la iluminación, las proporciones de las figuras y otros aspectos de sus pinturas parecen bastante buenos. Sin embargo, cuando pintan a ciertos santos de antaño en la casa de Dios, surgen problemas. Yo digo: “Este pintor solía vender sus obras bastante bien entre los no creyentes y las personas las apreciaban. Sin embargo, ¿por qué su representación de Abraham, Job y Noé me parece tan extraña? ¿Cómo es que estas tres personas de periodos diferentes acaban pareciendo como si pertenecieran a una misma familia? Estos eran antiguos israelitas y la estructura ósea de los rasgos de su rostro debería reflejar las características de ese grupo étnico. Aunque no conozca la personalidad de cada personaje, al menos debería entender cómo es la estructura ósea y los rasgos de esa etnia. Da igual a qué periodo pertenezca la persona a la que está pintando, sus características étnicas deberían enfatizarse y hacerse evidentes por medio de su pelo, sus rasgos faciales, el color de ojos y la forma de la cara”. Sin embargo, ¿cómo es que las figuras que pintaron de estos diferentes periodos, a pesar de pertenecer a épocas diferentes, tienen todas estructuras óseas que no se parecen a las de ese grupo étnico? Todos tienen rostros rectangulares; los más jóvenes simplemente lucen menos arrugas y un cabello más oscuro, mientras que los mayores tienen más arrugas, la piel más oscura y más pelo cano. Los rasgos de estas figuras son básicamente los mismos: rostros anchos, rectangulares, son de alta estatura y de una complexión especialmente fuerte. Digo: “¿Por qué todas estas figuras parecen iguales? Son demasiado similares y carecen de rasgos distintivos”. El pintor mismo no repara en el problema. Tal vez ha pintado demasiadas obras de este tipo, su técnica se ha vuelto demasiado pulida y su estilo se ha estancado. Cada vez que pinta a estas figuras, los hombres casi siempre tienen la misma forma facial y no es capaz de capturar los rasgos faciales únicos de los diferentes personajes. ¿Acaso su capacidad para evaluar y apreciar las cosas no es un poco escasa? (Sí). Después de terminar la pintura, no sabe si los rasgos faciales que ha representado se conforman a las características óseas de ese grupo étnico; no está seguro de esas características. ¿Diríais que su calibre en este ámbito es promedio o escaso? (Escaso). ¿Puede corregirlo después de que se le hagan sugerencias? Le hice sugerencias en una ocasión, pero cuando más adelante vi su obra, seguía siendo igual. Llegado ese punto, no hay nada más que decir; explicarlo más seguiría escapando a su alcance.
En lo que respecta a los problemas relacionados con la capacidad de las personas para evaluar y apreciar las cosas, estas son sus manifestaciones a lo largo de niveles diferentes del calibre. La gente de buen calibre no solo puede apreciar las cosas, sino que además las evalúa. Aquellos con incluso mejor calibre, al enfrentarse a los pensamientos y puntos de vista correctos, abogarán por ellos y los compartirán o se los proporcionarán a los demás y, cuando afrontan pensamientos y puntos de vista incorrectos, pueden identificarlos y corregirlos. La gente de calibre promedio tiene cierta capacidad para apreciar las cosas, pero carece de capacidad para evaluarlas; no pueden identificarlas al nivel del pensamiento. La gente de escaso calibre no entiende las cosas al nivel del pensamiento, así que no puede decirse que tengan capacidad para identificarlas. La gente sin calibre no puede entender estos asuntos en absoluto. Aunque alguien se lo explique, siguen sin poder entender qué son en realidad los pensamientos y puntos de vista que se discuten. Para ellos, es como oír una historia sobre otro planeta; escapa por completo a su alcance. Estas son las diferentes características exhibidas por las personas de distinto calibre en cuanto a la capacidad para evaluar y apreciar las cosas.
El undécimo estándar para medir el calibre de una persona es la capacidad de innovación. La capacidad de innovación es la capacidad creativa que posees en función del entendimiento que tienes después de conocer los fundamentos, principios y leyes de algo. Esta capacidad creativa se refiere a mejorar algo desde sus cimientos originales, desarrollándolo, ampliando su ámbito de influencia o convirtiéndolo en una nueva generación de cierta cosa; a esto se le llama capacidad de innovación. En concreto, significa que, bajo la premisa de captar con precisión las leyes objetivas de algo, puedes aplicarlas a la vida real, ampliarlas y aumentar su ámbito de aplicación, así como permitir estos fundamentos y principios que se conforman a las leyes de desarrollo de las cosas para servir a más personas, de modo que sean más las que reciban beneficio y ayuda de ello. Por un lado, estás manteniendo estos fundamentos y principios, amplías constantemente su ámbito de influencia y su público. Además, los estás transformando desde una presentación literal hasta algo tangible de lo que las personas pueden obtener beneficio real de una manera más práctica y yendo un paso más allá. Esto es lo que significa tener capacidad de innovación. Si alguien, sobre los cimientos del entorno familiar y el trasfondo de crecimiento que tienen y el conocimiento que adquieren, puede captar con precisión los fundamentos, los principios y las leyes de desarrollo de algo, sabe cómo aplicar estos fundamentos y principios y cómo hacer que pasen de teoría a cosas tangibles; sin detenerse en el nivel de las palabras y doctrinas, pero aplicándolos a la vida real, los hace parte de la vida de las personas y los convierte en resultados que las sirven, les permite obtener beneficio y ayuda de ellos y hacer las vidas de las personas más fáciles y convenientes; si uno puede lograr este nivel, es alguien con capacidad de innovación y una persona de buen calibre. Es decir, si puedes, sobre la base de entender los fundamentos de las leyes de desarrollo de las cosas y los principios-verdad, materializar el ascenso, el mantenimiento, la expansión o la renovación de una cosa; si cuentas con esta capacidad o eres capaz de conseguir algo de esto y de facilitar que los fundamentos y las leyes de una cosa positiva o los principios de la verdad se pongan en marcha, se materialicen y expandan entre las personas, entonces esto prueba que tu calibre es bueno. Aunque no puedas llevarlo a un nivel más profundo, como poco, si puedes mantenerlo, ampliarlo y materializarlo, así como agrandar su influencia positiva, entonces esto prueba que eres una persona con capacidad de innovación. Si no posees esta capacidad y solo cuentas con la de comprender las leyes de las cosas positivas, pero esta capacidad de comprensión solo permanece al nivel de la comprensión literal y teórica y no puedes ponerla en marcha ni materializarla con las personas ni puedes hacer que las sirva ni las beneficie, entonces no tienes capacidad de innovación. Debes ser capaz de operar con practicidad y aplicar los fundamentos, principios, leyes y reglas; solo entonces se puede decir que tengas capacidad de innovación. Solo aquellos que poseen esta capacidad son personas de buen calibre. Por ejemplo, algunos líderes y obreros o supervisores pueden poner en marcha los principios y provisiones de la casa de Dios en cuanto los comprenden. Ponen en marcha los principios-verdad de cada aspecto del trabajo con el pueblo escogido de Dios, ayudan a más personas a entender la verdad y a hacerlo de tal modo que el trabajo de la iglesia proceda de manera ordenada. Es decir, de modo que circule de manera positiva dentro del ámbito de los principios, se desarrolle y avance continuamente, sin desviarse. ¿Qué resultado ven las personas en esto? Todo el mundo hace lo que le corresponde dentro del ámbito de ese trabajo, todo el mundo entiende los principios y se comporta de acuerdo con ellos, el trabajo no se desvía, sino que produce continuamente nuevos resultados o trabajos. Aunque surjan circunstancias especiales durante el proceso, los supervisores sabrán ocuparse de ellas con flexibilidad de acuerdo con los fundamentos, provisiones y principios del trabajo. Bajo su liderazgo, este trabajo procede continuamente de manera ordenada y, básicamente, no se detiene. Es decir, no importa qué situación pueda surgir ni quién pueda llegar a perturbar o difundir alguna falacia, pues eso no afectará al progreso ordenado del trabajo; este avanza sin cesar. ¿Se puede decir que los fundamentos de este trabajo y los principios-verdad a este respecto se mantienen sin cesar? (Sí). Mediante la puesta en marcha, el mantenimiento y el avance de los fundamentos y principios de este trabajo, este no se ha interrumpido; se pone en marcha, se mantiene continuamente de forma ordenada y, al mismo tiempo, surgen buenos resultados de trabajo en diferentes periodos. La influencia de los resultados del trabajo se amplía sin parar y cada vez más personas se están beneficiando de ellos. De hecho, aquellos que se benefician lo hacen de los diversos principios, fundamentos e incluso provisiones rígidas de los arreglos del trabajo que estos supervisores pueden comprender y aceptar. Esto es lo que significa tener capacidad de innovación. Es decir, una persona de buen calibre puede poner en marcha continuamente los principios del trabajo y los principios-verdad que comprenden y aceptan en el trabajo del que son responsables, los implementan para todo el mundo, con lo que facilitan que el trabajo prosiga de manera ordenada o avance. Al mismo tiempo, los resultados del trabajo se producirán de manera periódica o regular; los no creyentes llaman a esto “producir trabajos”; es decir, los resultados del trabajo aparecerán sin cesar y, por consiguiente, su aparición conllevará una mayor influencia y alcanzará a más personas. Las personas que poseen esta capacidad pueden acabar por ampliar los resultados del trabajo de manera continua, de modo que cada vez más gente se beneficie. Tales personas son las de buen calibre. Para medir tu calibre según tu capacidad de innovación, es necesario fijarse en cómo es tu capacidad para ponerlos en marcha, hacerlos avanzar y ampliarlos después de haber comprendido los principios del trabajo, las provisiones de este y los principios-verdad; es decir, cómo es tu capacidad para mantener este trabajo. En segundo lugar, es necesario que observes a cuántas personas llega el trabajo que haces, cómo de grande es el ámbito de aquellas a las que alcanza, cuál es el nivel de influencia y cuáles son la eficacia y los resultados de tu trabajo. Si la eficiencia de tu trabajo es alta, sus resultados son buenos y el ámbito de aquellos a los que alcanza se amplía constantemente, entonces tu calibre es bueno. Si alcanza a un reducido número de personas, la eficiencia del trabajo es baja, los resultados son escasos y hay constantes retoques, paradas y parcheado de lagunas, entonces tu calibre es promedio. Si una persona comprende bastante bien y enseguida los principios del trabajo, los arreglos de este y otros aspectos, pero su progreso a la hora de ponerlos en marcha es muy lento y su eficacia muy baja, en circunstancias normales se podrían dar resultados en un mes, pero ella tarda tres o incluso seis meses y los resultados siguen siendo muy mediocres, el número de personas alcanzadas es pequeño y el beneficio para ellas no es significativo, entonces tal persona es de calibre promedio.
Algunas personas, después de entender ciertos principios o fundamentos, solo comprenden el significado literal en ese momento y no pueden relacionarlo de ninguna manera con las personas, acontecimientos o cosas en su trabajo relacionadas con estos principios o fundamentos. Se limitan a escuchar los principios y fundamentos como si fueran preceptos o doctrinas y, después de oírlos, no hacen planes en su fuero interno ni saben cómo ponerlos en marcha o cómo aplicar los arreglos del trabajo y los fundamentos o principios que entienden a la vida real. En lo fundamental, no pueden establecer ninguna conexión entre la vida real y estos fundamentos o principios. En cuanto a la vida o el trabajo real, dejan de lado los principios, fundamentos y las leyes de desarrollo de las cosas, son incapaces de aplicarlos y, simplemente, hacen lo que quieren. Por ahora no hablemos sobre si su humanidad es buena o mala o de cómo es su calidad humana o de si hacen algo de manera intencionada o no quieren hacerlo; si nos ceñimos al calibre, el de tales personas es escaso. Vayan donde vayan, pueden decir muchas doctrinas, hablar sobre los fundamentos y discutir algunas supuestas leyes de desarrollo de las cosas con los demás. Da la impresión de que tienen un nivel bastante alto de pensamiento, así como capacidad de comprensión y algo de calibre. Sin embargo, cuando se les encarga un aspecto del trabajo, pasan uno o dos meses sin que se vean resultados y de ellos no sale ninguna actualización. En el momento de expresar su determinación, hablaron muy bien, pero en lo que respecta a llevarla a cabo realmente, no saben qué hacer. “Lo Alto explicó los principios con mucha claridad, ¿qué debería hacer yo ahora entonces? ¿A quién debería nombrar supervisor, a quién predicador y quién debería lidiar con los asuntos externos? ¡No sé qué hacer! Sin embargo, hice afirmaciones audaces y expresé mi determinación, ¡así que tengo que hacerlo!”. Están tan angustiados que les da calor por dentro y les salen llagas en la boca, no pueden comer ni dormir, acaban desaliñados y abrumados, sin embargo, siguen sin saber qué hacer. Estas son las manifestaciones de las personas de escaso calibre. Sea de la manera que sea, cuando se dispone un trabajo para ellos, hacen votos solemnes y expresan su determinación, dicen palabras audaces y grandilocuentes con semejante espíritu; has de ver si pueden hacer el trabajo, si disponen de pasos y planes y si entienden cómo poner en marcha los arreglos del trabajo y comportarse de acuerdo con los principios. Si no entienden esto ni pueden verlo, entonces tienen escaso calibre. Si solo entienden doctrinas, pero no pueden aplicar los principios y solo se comportan a ciegas y de manera imprudente, esto también demuestra escaso calibre. Mientras puedas poner en marcha los principios, fundamentos o leyes de desarrollo de las cosas de manera efectiva y en la vida real, entonces, con independencia de si estás angustiado y nervioso o cometes fechorías imprudentes, se trata de manifestaciones de escaso calibre. ¿Son precisas estas palabras? (Sí). Algunas personas actúan a ciegas, mientras que otras no saben cómo hacerlo ni se atreven; no saben siquiera por dónde empezar. En cuanto a su capacidad de innovación, las manifestaciones específicas de la gente de calibre escaso son que no saben cómo aplicar los fundamentos y principios a un trabajo específico y real; solo son capaces de repetir como loros, aprender doctrinas y memorizar preceptos. La mera memorización de doctrinas y preceptos es inútil y no indica que tengas capacidad de innovación. Si uno tiene o no capacidad de innovación, resulta evidente en el hecho de que pueda o no poner en marcha estos fundamentos, principios y reglas en la vida real, así como hacer bien el trabajo relacionado con esos fundamentos y principios, de modo que no se queden en palabras y doctrinas, preceptos y fórmulas, sino que se implementen en la vida de las personas y se apliquen en ellas, y así se les permita usarlos y extraigan un beneficio y asistencia de estos, haciendo que se conviertan en una senda para practicar en la vida o en una guía, una orientación y un objetivo para vivir. Si a una persona le falta esta capacidad de innovación y solo sabe soltar palabras y doctrinas y gritar consignas, y es incapaz de darle uso a estos principios y fundamentos cuando llega el momento de realizar su deber, aquellos que siguen a tal líder o supervisor no obtendrán principios de práctica en este aspecto de la verdad. Tales líderes o supervisores son personas de calibre escaso, incapaces de trabajar, y una vez que se las identifique se las debe denunciar y retirar. A fin de valorar si una persona puede asumir un aspecto del trabajo, primero debes comprender si, después de leer los arreglos del trabajo y entender los principios-verdad, puede disponerlos y ponerlos en marcha y hacer que el trabajo avance. Con independencia de cuántas personas haya en la iglesia, si hace que todos los aspectos del trabajo avancen y, sin que importe del trabajo de cuántas personas sea responsable, ya sean cincuenta o cien, puede hacer que dicho trabajo prospere, garantizar que todo el mundo ocupe su propio lugar y pueda trabajar y hacer su deber de acuerdo con los principios-verdad, entonces tal persona se puede considerar para ser elegida líder o supervisora. Por supuesto, también debes ver cómo es su calidad humana, si es una persona correcta y que persigue la verdad; ¡saber estas cosas es esencial! Un líder u obrero debe al menos poseer calibre y estatura en estos aspectos para guiar al pueblo escogido de Dios a la realidad-verdad y para que todo el mundo pueda trabajar y hacer su deber de acuerdo con los arreglos del trabajo o los principios-verdad; de esta manera, el pueblo escogido de Dios se puede beneficiar de ellos. Si no poseen esta capacidad, entonces no pueden ser escogidos. Si escoges a tal persona, aunque permanecer ocioso sin hacer ningún trabajo todos los días mientras la sigues pueda resultarle cómodo a tu carne, ¿te sentirías satisfecho en tu espíritu? Si pasaras unas cuantas horas a diario en reuniones escuchándola predicar doctrinas y sin hacer trabajo real, ¿es esto hacer tu deber? (No). Te predica doctrinas a diario y, si bien es enriquecedor para los oídos, no estás haciendo tu deber y simplemente la sigues, atolondrado, sin un objetivo. En ese caso, se te ha desorientado y obstaculizado. Si sigues escuchándola decir esas palabras y doctrinas áridas y, al final, no haces tu deber ni muestras lealtad ni tienes experiencia real en la verdad, no ofreces lealtad en lo que Dios te ha encomendado, no haces avances en el trabajo ni logras resultados —de modo que cuando Dios le pide resultados a la gente, tú no tienes nada que presentar—, ¿acaso no habrás sufrido una pérdida? Por tanto, si antes pensabas que tales personas eran candidatas a ser líderes, ahora cambias enseguida de punto de vista y las tachas de tu lista de candidatos. No deben ser elegidas líderes. ¿Qué es lo que no está al alcance de las personas de escaso calibre y sin capacidad de innovación? Solo saben actuar como generales de despacho, nunca saben aplicar sus ideas al trabajo de la vida real ni son capaces de hacer auténtico trabajo. ¿Cuáles serían las consecuencias si tales personas se convirtieran en líderes? El trabajo sería un completo desastre. Si sirvieran como líderes de la iglesia en la China continental, la llevarían a la ruina total. No solo fracasarían a la hora de obtener la verdad para sí mismos, sino que la vida de aquellos a los que lideran sufriría una pérdida. Si puedes identificar enseguida a tales personas y expulsarlas, se impedirán algunos desastres y el trabajo de la iglesia no sufrirá pérdidas. Sin embargo, si sigues siendo un seguidor bajo el amparo de tales personas y aceptas su liderazgo, bien pueden arruinar tus esperanzas de salvación y perderás así la oportunidad de salvarte. Así pues, la capacidad de innovación es crucial para un líder u obrero o supervisor. Si careces de la capacidad y el calibre básicos para hacer el trabajo, has de ser muy cauto y no solo lanzarte hacia adelante por puro entusiasmo, y no debes querer siempre destacar y ser líder o supervisor. Hacerlo no solo te obstaculiza a ti mismo, sino que también impide a otros alcanzar la salvación. Si solo te obstaculizas a ti mismo, solo habrás causado tu propia muerte, pero si obstaculizas a los hermanos y hermanas, ¿acaso no estás perjudicando a mucha gente? Puede que no te importe tu propia vida, pero a los demás les importa la suya. Asimismo, obstaculizar tu propia vida cotidiana o tu propio éxito financiero no es para tanto, pero suponer un obstáculo para la obra de la iglesia no es un asunto menor. ¿Puedes cargar con semejante responsabilidad? Si de verdad eres alguien con conciencia y sientes que esta cuestión conlleva una responsabilidad significativa, que no puedes asumir la carga de obstaculizar el trabajo de la iglesia, entonces no debes en absoluto recurrir a ningún medio necesario para alardear y competir por liderazgo. Si careces de calibre y estatura, no te esfuerces siempre por destacar. No obstaculices el trabajo de la iglesia o que el pueblo escogido de Dios entre en la verdad y obtenga un buen destino solo para satisfacer tu ansia de autoridad, ¡esto es iniquidad! Deberías tener algo de autoconciencia. Haz aquello de lo que eres capaz y no aspires siempre a ser líder. Aparte de ser líder, hay muchos otros deberes que puedes llevar a cabo. Ser líder no es tu derecho exclusivo ni debería ser tu búsqueda. Si tienes el calibre y la estatura para ser líder y además tienes sentido de la carga, lo mejor es dejar que sean otros los que te elijan. Esta práctica beneficia a la obra de la iglesia y a todo aquel que esté involucrado. Si careces de calibre para ser líder, deberías demostrar algo de amabilidad y responsabilizarte del futuro de los demás. No compitas siempre por ser líder ni obstaculices a los demás. Querer ser líder y ocuparte de la obra de la iglesia a pesar de tener calibre escaso muestra falta de razón. Si careces de calibre y estatura, limítate a hacer bien tus propios deberes. Cumplir realmente con tus deberes de forma adecuada demuestra que posees algo de razón. Haz cualquier trabajo que se adecúe a tu capacidad, no albergues ambiciones ni deseos. No busques solo satisfacer tus deseos personales al tiempo que eres negligente con la obra de la iglesia; esto te perjudica tanto a ti mismo como a la iglesia. Esta es la manifestación de las personas de escaso calibre en lo relativo a la capacidad de innovación.
Nadie que tenga escaso calibre alcanza a tener capacidad de innovación; por tanto, los que no tienen calibre, tienen incluso menos. Tales personas no entienden en absoluto los fundamentos de las cosas, las leyes de desarrollo de estas ni los principios-verdad cuando los oyen. Cuando leen las palabras de Dios, aunque puedan ver que estos son los principios-verdad, no pueden conectar los principios a su ámbito de aplicación ni a las personas y acontecimientos que implican. Incluso piensan: “Esta enseñanza de la verdad es demasiado detallada y contiene demasiadas cosas. Al oír estas palabras, puedo entender que haya principios, pero no sé cuál es la definición de principios o qué ámbito delimitan estos”. Si ni siquiera saben la definición de principios, entonces, desde luego, no saben cómo ponerlos en marcha ni practicarlos. Por ejemplo, cuando ocurre algo de lo que hace falta ocuparse, otros les dicen: “Deberías practicar de acuerdo con los principios”. Dicen: “Ni siquiera sé cómo se practica de acuerdo con los principios. No sé con qué principios tiene que ver esta cuestión”. Incluso después de que otros les expliquen el principio que deberían practicar al lidiar con este asunto, siguen sin saber qué hacer. Tales personas tienen un calibre sumamente escaso; no pueden siquiera entender el lenguaje humano y hacer uso de ellas es incluso menos apropiado. ¿Acaso no muestra esto que tales personas son tan incompetentes que ya no es posible ayudarlas de ninguna manera? Las que son incompetentes sin remedio no poseen el pensamiento ni la capacidad para entender las cosas de la humanidad normal, menos aún la lógica del pensamiento. Por tanto, las personas que entienden los principios-verdad o diversos fundamentos y reglas no tienen manera de comunicarse con aquellos que carecen de calibre; no pueden alcanzar un consenso y, por supuesto, no tienen una lengua común. ¿Por qué no pueden comunicarse? Existe un problema esencial y es que las capacidades de estos dos tipos de personas para ser conscientes de diversas cosas, identificarlas, juzgarlas, comprenderlas y aceptarlas no están al mismo nivel ni siguen la misma trayectoria; son como dos líneas paralelas que nunca van a cruzarse. Esto es hablar en términos un tanto abstractos. Para ser más concretos, el calibre de estos dos tipos de personas se halla a años luz de distancia y no está al mismo nivel. Por tanto, no tendrán la misma capacidad para emitir juicios e identificar las cosas ni la misma capacidad cognitiva respecto a idéntica cuestión. Es decir, lo que pueden reconocer aquellos de buen calibre o calibre promedio, no pueden reconocerlo en absoluto los que no tienen calibre; tienen menos alcance si cabe y siempre será así, como si carecieran de esa función. Por ejemplo, cuando una gallina madura, pone huevos de manera natural. Aunque su producción sea baja, seguirá poniendo huevos porque tiene esa función. Sin embargo, no importa lo bien que alimentes a un gallo, no puede poner huevos porque su función no es esa. El gallo dice: “Aunque mi función no sea la de poner huevos, ¡puedo cacarear por las mañanas!”. Por muchas veces que cacarees o muy alta que sea tu voz, eso no significa que puedas poner huevos. Si bien la gallina no cacarea, tiene la función de poner huevos. ¿Por qué os estoy dando este ejemplo? Porque las personas sin calibre harán razonamientos distorsionados, falaces e ilógicos; a esto se le llama no tener calibre. Por tanto, cuando las personas de buen calibre, calibre promedio o incluso escaso calibre comunican y discuten los asuntos con las que no tienen calibre, eso parece extraño. Con las personas de escaso calibre, todavía puedes comunicar ciertos asuntos simples y fáciles de entender. Sin embargo, nadie puede comunicarse con las personas que no tienen calibre, dado que no tienen capacidad de comprensión ni pensamientos ni puntos de vista respecto a nada. Esta es la descripción o explicación de las personas sin calibre. Cuando comunicas algo con ellas, aunque lo expliques a conciencia y con claridad y puede que digan que lo entienden, no obstante, cuando vuelve a ocurrir lo mismo, siguen sin entenderlo y volverán a hacer razonamientos distorsionados, falaces. Decidme, ¿pueden tales personas entender la verdad? (No). No tienen capacidad para identificar ni para conocer las cosas; ¿cómo podrían entender la verdad? Decir que pueden entender la verdad sería sencillamente una tontería. La gente sin calibre carece de capacidad de innovación, así que sus manifestaciones a este respecto son así. Como no entienden ningún fundamento o principio, no cuentan con un plan en nada de lo que hacen. En su mente no cuentan con planes ni pasos y, menos aún pueden poner en marcha fundamento o principio alguno. Hagan lo que hagan es un completo desastre, un embrollo absoluto. Tales personas solo pueden realizar esfuerzo físico y hacer tareas manuales. Apenas pueden apañárselas con un trabajo simple y singular; después de todo, son personas corrientes que pueden realizar una tarea sencilla, pero cuando la situación se eleva hasta el nivel de asumir un aspecto del trabajo, ya no son competentes para ello. Tales personas son incapaces de hacer cualquier trabajo valioso o técnicamente exigente. Solo pueden gestionar algunos pequeños trabajos como el manual, el agrícola o el de criar ganado e, incluso entonces, necesitan a un supervisor cerca para controlarlas y apoyarlas. A veces, cuando están de mal humor, alguien necesita enderezarlas y, cuando en ocasiones se ven atrapadas en las distorsiones o se vuelven negativas, alguien tiene que aconsejarlas respecto a su manera de pensar. Alguien necesita revisar lo que hacen incluso cuando se trata de tareas menores, de lo contrario, surgirán problemas y errores y habrá que rehacer el trabajo. Si no están desperdiciando materiales, están malgastando energía o agua, electricidad y gas. En los países occidentales, los demás los denuncian constantemente y la policía los multa. Sin alguien que los vigile, no pueden hacer siquiera las tareas más pequeñas adecuadamente; son así de problemáticas y lamentables. Estas son las manifestaciones de las personas sin calibre. ¿Acaso no son simples inútiles e idiotas? ¿Se las puede usar todavía como humanas? De hecho, en la casa de Dios, tales personas solo pueden realizar un poco de esfuerzo físico. En lo que respecta al trabajo de la iglesia, no pueden hacerlo; son incapaces de hacer nada. Incluso para los quehaceres que requieren esfuerzo físico, no pueden completarlos por su cuenta y siguen necesitando que otros los instruyan, supervisen y revisen lo que hacen. Sin embargo, cuando desempeñan tareas que requieren esfuerzo físico, aún les parece que su talento está por encima de ellas, que están sobrecualificadas, y se vuelven desafiantes, incluso se quejan: “Fíjate en esos que hacen trabajo técnico con ordenadores, escriben artículos, cantan, bailan o actúan; ¡qué glamurosos son! Pero de lo único que puedo encargarme yo es de ser anfitriona y de cocinar, de ocuparme todo el día de la grasa y el humo. En unos cuantos años me volveré una mujer ojerosa. ¡Mira lo miserable que soy!”. Siempre se sienten muy miserables al hacer esta clase de trabajo, pero nunca se paran a pensar por qué es el único que pueden hacer. No valoran si en realidad son capaces de encargarse de uno distinto. Como su calibre es escaso, siempre se sienten molestos cuando desempeñan algunas tareas que requieren esfuerzo físico. Si su calibre fuera realmente bueno, no se sentirían molestos. Su calibre ya es tan escaso que solo pueden hacer tareas físicas, sin embargo, todavía les parece que tienen talento para cosas mayores. ¿Acaso no son idiotas? Tales personas son realmente idiotas. Las de esta clase ni siquiera pueden llevar a cabo de manera adecuada tareas que requieran esfuerzo físico. Cuando cocinan, bien hacen demasiada cantidad o bien demasiado poca y, por mucho que cocinen, siguen sin saber qué patrón deberían seguir al hacerlo. Incluso así, siguen sintiendo que tales tareas no son dignas de su talento, que están sobrecualificadas y no deberían estar haciendo tareas que requieran esfuerzo físico. Creen que deberían estar trabajando de secretarias en una oficina, asumiendo algún aspecto del trabajo en la casa de Dios o, al menos, sirviendo como líder de una iglesia. ¿Acaso no es esto carecer por completo de razón? Dime, ¿para qué trabajo eres competente? Si no eres competente para ninguna clase de trabajo y se te encargan tareas que requieren esfuerzo físico mientras la casa de Dios te sigue proveyendo, ¿acaso no te estás enalteciendo? Sin embargo, sigues insatisfecha. ¿Acaso tu razón no es demasiado escasa? (Sí). ¿Hay alguna relación entre la razón y el calibre? (Sí). No conocerse a uno mismo, no saber qué nivel tiene el calibre de uno, pensar siempre que el propio calibre es alto, ¿acaso no son estas manifestaciones de escaso calibre? (Sí). Las personas de buen calibre sabrán cómo valorarse a sí mismas y, después de hacerlo, conocerán el nivel de su calibre. Una vez que determinan cuál es su calibre, serán capaces de encontrar su lugar en la iglesia. Se sentirán tranquilas hagan lo que hagan y serán capaces de abordar racionalmente el deber que desempeñen. Aunque se trate de tareas asignadas que requieren esfuerzo físico, se sentirán en paz y justificadas al hacerlo; se someterán y estarán de acuerdo con ellas desde el fondo de su corazón, aceptarán este trabajo y esta tarea. A esto se le llama poseer racionalidad. Si alguien nunca está tranquilo cuando hace su deber, siempre se siente agraviado y piensa que cualquier tarea que se le pida que haga no es digna de su talento, ¿acaso no carece de razón? (Sí).
Acabamos de terminar de debatir sobre la última de las once capacidades para medir el calibre de una persona, la capacidad de innovación. Después de compartir estas once capacidades, ¿tenéis un poco más claro vuestro propio calibre? (Sí). Entonces, ¿sois capaces de medirlo? ¿Podéis medir con precisión cuál es en realidad vuestro propio calibre? Hay un estándar de medida en lo que respecta a determinar si tu propio calibre es bueno, promedio, escaso o inexistente; no puedes fijarte solo en un aspecto, se debe valorar al completo. Entonces, ¿en qué aspectos hay que fijarse para medir el calibre de una persona? A juzgar por las manifestaciones de las once capacidades que hemos compartido, para que se considere que el calibre de una persona es bueno, como poco, debe poseer diversas capacidades relativamente importantes. Consideradlo un momento: ¿cuáles de las once capacidades son las principales que puede demostrar una persona de buen calibre? ¿Podéis valorar esto? Se debe cambiar el orden para pasar desde la última capacidad hasta la primera: una persona con buen calibre debe poseer al menos capacidad de innovación; a continuación, están la capacidad para evaluar y apreciar las cosas, la capacidad para tomar decisiones y la capacidad para responder a las cosas; luego vienen la capacidad para identificar las cosas, la capacidad para hacer juicios y la capacidad cognitiva. Por último, hallamos la capacidad para aceptar las cosas, la capacidad de comprensión, la capacidad para entender las cosas y la capacidad de aprendizaje. El orden es este. ¿Por qué se invierte el orden? El orden que dispusimos al inicio era de abajo a arriba, pero para valorar a una persona con buen calibre, se cambia para que sea de arriba abajo. Una persona con buen calibre debe al menos poseer capacidad de innovación. Esto se alcanza desde la base de poseer de antemano capacidad para tomar decisiones, capacidad para evaluar y apreciar las cosas y capacidad para identificar las cosas. Si eres capaz de ser consciente de las cosas, identificarlas y juzgarlas, así como también posees la capacidad para entender las cosas y luego puedes innovar, eso te hace una persona con buen calibre. Tales personas son aquellas con capacidad de liderazgo, capaces de acceder al nivel de toma de decisiones; tienen talento a la hora de ser líderes y pueden gobernar cierto campo del trabajo. Tienen buen calibre. Las personas con calibre promedio son aquellas cuyas capacidades en todos los aspectos, desde la capacidad de innovación hasta la capacidad de aprendizaje, son todas promedio. Su eficiencia y los resultados al hacer las cosas son ambos promedio. Son personas de calibre promedio. ¿Cuál es la manifestación principal de las personas con calibre promedio? Su comprensión y entendimiento de los principios carece de profundidad y no son muy precisos. En su puesta en marcha y práctica siempre aparecen lagunas y desviaciones. Siempre se están perdiendo cosas, olvidan esto y aquello y no pueden tomarlo todo en cuenta a conciencia. Por ejemplo, se les escoge para ser líderes de la iglesia, pero son incapaces de hacerse cargo de todos los aspectos del trabajo de manera exhaustiva. Cuando son responsables del trabajo evangélico, solo se concentran en ese trabajo y no pueden encargarse de ningún otro. Puede que hagan que el trabajo evangélico avance, pero no disponen de tiempo para hacer preguntas sobre el trabajo relacionado con textos o el de producción de películas. ¿Por qué? Porque su calibre es totalmente promedio y solo pueden lidiar con un aspecto del trabajo; apenas se las arreglan para ser competentes en un campo del trabajo, pero una vez que se les pide que se ocupen también de otro, se quejan amargamente y se sienten abrumados, incapaces de hacer bien ninguno, En su trabajo, siempre tiene que haber alguien supervisando, recordando, inspeccionando y revisando lo que hacen. Siempre tiene que haber alguien a su lado para apoyarlos, para compartir la verdad, para enfatizar repetidas veces los principios del trabajo y las diversas desviaciones y lagunas que es probable que ocurran. Siempre ha de haber alguien que se lo recuerde. ¿Por qué siempre necesitan que alguien se lo recuerde y les dé indicaciones? No es porque su experiencia en el trabajo sea inadecuada, sino porque su calibre es promedio. No pueden anticipar situaciones y problemas probables que puedan surgir o bien son capaces de anticipar muy poco. Por tanto, siempre tiene que haber alguien a su lado para guiar, revisar y hacer seguimiento, con la necesidad de controlarlos con frecuencia. Al comprobarlo, resulta que bien no han llevado a cabo este aspecto del trabajo o bien lo han olvidado; si no es así, han descuidado algún aspecto o no saben cómo proceder, sin embargo, todavía no saben a quién preguntar o cómo buscar y todavía están esperando. En resumen, su capacidad para ser competentes en el trabajo es muy promedio. Este “promedio” no tiene nada que ver con lo decididos o fuertes que sean, con cuánto les guste desempeñar el trabajo o cuántas adversidades puedan soportar y cuánto precio paguen; no tiene nada que ver con esto. En cambio, se refiere solamente a que su capacidad de trabajo es promedio. La gente de buen calibre, por otra parte, básicamente no comete grandes errores en su trabajo. Los principios, la dirección y el esquema general que siguen son esencialmente precisos. Aunque con frecuencia pasen por alto algunos pequeños detalles, estos no afectan a la eficacia ni a los resultados del trabajo general. Se trata de personas con buen calibre. Por supuesto, ningún humano es perfecto. Incluso las personas con buen calibre puede que tengan algunas lagunas menores en su trabajo, a veces se les pase algo por alto o descuiden ligeramente un aspecto del trabajo porque hace poco han estado ocupadas con otro. Sin embargo, solo en lo que respecta a su calibre, pueden darle la vuelta rápidamente a la situación y la gestionan y la controlan, garantizando que el trabajo general básicamente no tenga errores y se lleve a cabo habitualmente conforme a los principios-verdad, los arreglos del trabajo o las provisiones de los decretos administrativos, con lo que procede de manera ordenada. Incluso cuando los anticristos o las personas malvadas parecen causar perturbaciones dentro del ámbito de su trabajo, dado que poseen la capacidad para responder a las cosas, lidiarán rápidamente con la situación. Se ocuparán y resolverán el asunto a la primera oportunidad, garantizarán que el trabajo de la iglesia vuelva rápido a la trayectoria correcta y que el entorno para que los hermanos y hermanas hagan su deber no se vea afectado. Incluso cuando surgen situaciones inesperadas, las personas con buen calibre saben cómo lidiar con ellas. Aunque no hayan lidiado antes con tales situaciones, sabrán cómo buscar los principios. Dado que poseen la capacidad para identificar, juzgar y ser conscientes de las cosas, resolverán rápidamente los problemas de acuerdo con los principios. Son del todo capaces de resolver problemas. Sus capacidades para identificar las cosas, responder a ellas y hacer juicios les permiten desactivar y apaciguar situaciones inesperadas, logran salvaguardar el progreso normal y ordenado del trabajo de la iglesia y los intereses de la casa de Dios, lo que garantiza que tales situaciones no se repitan o sigan sin apaciguarse durante un largo periodo. Al mismo tiempo, tanto los principios según los cuales lidian con las cosas como los resultados finales que logran sirven para salvaguardar los intereses de la casa de Dios. Las personas con buen calibre pueden conseguir en su trabajo una alta eficacia y buenos resultados. Sin embargo, cuando las personas con calibre promedio lidian con los problemas que tienen lugar en el trabajo de la iglesia o en la vida diaria, se sienten hasta cierto punto abrumadas y les parece algo difícil. Su manejo de los problemas a menudo es ineficaz y muy lento. Respecto a los problemas que deberían resolverse en uno o dos días, como no pueden desentrañarlos, puede que tengan que esperar y reflexionar sobre ellos entre tres y cinco días. No pueden tomar decisiones cruciales para darle la vuelta a la situación, sino que en su lugar se muestran indefensas y solo pueden dejar que la situación se continúe deteriorando. Solo pueden lidiar con algunas tareas simples, como verificar hechos, preguntar a las personas relevantes por la situación o arreglar los problemas e informar a los superiores. Los problemas que otros resuelven en dos días, a ellos les llevan quince. Aunque los problemas se acaban resolviendo, la demora prolongada causa algunas pérdidas al trabajo de la iglesia. Durante este tiempo, los anticristos podrían desorientar a algunas personas, se podrían perder ofrendas o ciertos aspectos del trabajo podrían sufrir pérdidas porque los problemas no se resolvieron con celeridad. Aunque después se aporte una compensación o una recompensa y se acabe lidiando con las personas correspondientes, los resultados y la eficiencia son bastante mediocres. Es como resolver crisis; las personas de buen calibre tienen un don para resolverlas, logran buenos resultados e impiden pérdidas económicas. Sin embargo, aquellos de calibre promedio, debido a sus métodos inadecuados, a carecer de medidas de emergencia, actuar con lentitud y a su incapacidad para tomar decisiones cruciales y captar los puntos clave para resolver el problema, acaban causando grandes pérdidas. Hay quién dice: “Estoy dispuesto a aportar una compensación por las pérdidas que he causado”. Si solo se trata de pérdida económica, la compensación puede resolver el problema. Sin embargo, si te enfrentas a los arrestos del gran dragón rojo y fracasas a la hora de lidiar con ello adecuadamente, con lo que causas pérdidas al trabajo de la iglesia, ¿puedes compensar eso? ¿Puedes permitirte compensar el coste del retraso en el trabajo y el tiempo perdido? Cuando suceden acontecimientos inesperados, la capacidad para responder a las cosas, hacer juicios, identificar las cosas e incluso la capacidad para tomar decisiones de las personas con calibre promedio son todas promedio, así pues, se ocupan de los problemas con lentitud y con una eficacia extremadamente baja y sus medidas de emergencia no son eficaces, lo que al final da lugar a resultados insatisfactorios en el trabajo y a algunas pérdidas. Aunque los problemas acaban por resolverse, las prolongadas demoras que se suceden y la reducción en la eficacia dan lugar a pérdidas. Por tanto, se califica a estas personas como de calibre promedio. Hay quienes dicen: “Eso no es justo. También dedicaron esfuerzo, trabajaron con empeño y resolvieron los problemas. ¿Cómo puedes seguir diciendo que su calibre es promedio?”. No se pueden valorar tales asuntos desde las emociones o los sentimientos. Al hablar objetivamente y con justicia, en lo que se refiere al nivel que puede alcanzar el calibre de una persona, tu calibre es promedio. ¿Por qué? Porque hay personas con un calibre más alto que el tuyo; en situaciones donde su humanidad es más o menos la misma que la tuya, la gente de buen calibre lidia con los problemas de manera más eficiente, con mejores resultados y menos pérdidas que tú. Por tanto, tu calibre solo se puede calificar como promedio. ¿Lo entiendes? (Sí). La razón por la que a tales personas se las califica como de calibre promedio es que existen otras que tienen buen calibre y son más eficientes y logran mejores resultados en sus acciones que ellas. Por tanto, su calibre es promedio. Esta explicación es justa y razonable. Hay quien dice: “Son sinceras y volcaron el corazón en esta tarea; soportaron muchas adversidades y el precio que pagaron no fue pequeño”. ¿De qué sirve decir eso? ¿Significa que tienen buen calibre? Con independencia de cómo sea su humanidad, sus emociones o deseos, en lo que meramente se refiere a su calibre, estas son manifestaciones de tener calibre promedio.
¿Cuáles son las manifestaciones de las personas con escaso calibre? Visto desde la óptica de las diversas capacidades, las personas de escaso calibre poseen relativamente algo de capacidad de aprendizaje y de capacidad para entender las cosas. Al aprender ciertos conocimientos, teorías, habilidades profesionales o asignaturas académicas, pueden recordarlos con solidez y precisión, hasta anotan los puntos clave en su cuaderno. Como han recibido educación, su capacidad para entender las cosas no es demasiado escasa, puede que alcance un nivel promedio. Sin embargo, no poseen las capacidades que vienen después de la capacidad de comprensión, como la capacidad para aceptar las cosas y la capacidad para identificarlas. Es decir, sus capacidades siguen limitándose al aprendizaje y el entendimiento de teorías, conocimientos, habilidades técnicas o profesiones a nivel textual. Cuando se trata de contemplar a las personas, lidiar con los asuntos, resolver problemas y poner en marcha arreglos del trabajo en la vida real, a eso no alcanzan. Sus capacidades se siguen limitando a la capacidad de aprendizaje y a la capacidad para entender las cosas; pueden alcanzar capacidad de comprensión, pero no les llega para la capacidad para aceptar las cosas. Las personas que poseen capacidad para aceptar las cosas pueden saber a qué cosas de la vida real corresponden estos principios, teorías y fundamentos, así como cuáles son prácticos y aplicables, cuáles no son prácticos y cuáles son apropiados para ellas mismas y cuáles no. Aquellos con escaso calibre, sin embargo, no pueden desentrañar estas cosas. Por ejemplo, existe un variado conocimiento sobre salud y materiales de entrenamiento para fitness disponible en internet. Las personas con escaso calibre también pueden aprender a ejercitarse y cuidarse a partir de estos recursos. Poseen capacidad de aprendizaje, capacidad para entender las cosas y capacidad de comprensión y, además, saben lo que les gusta. Sin embargo, en lo que respecta a cuáles de estas cosas son prácticas, efectivas y de veras necesarias para las personas, eso es algo que aquellos de escaso calibre no pueden identificar. En lo que respecta a la capacidad para aceptar las cosas, no les alcanza. Hoy dice en internet que las espinacas estofadas con tofu son muy nutritivas, así que las comen todos los días. Pero después de comerlas durante un tiempo, no tienen ni idea de qué efectos tienen o de si causan el efecto que se asegura en internet. Más adelante, en internet dice que las espinacas y el tofu no son compatibles y, al enterarse de esto, nunca más vuelven a preparar espinacas estofadas con tofu. En cuanto a si las espinacas y el tofu son en realidad altamente nutritivos o incompatibles, eso ya no lo saben ni lo van a preguntar; lo único que saben es seguir a ciegas. La información está muy desarrollada en la actualidad, las distintas noticias son sumamente complejas. Ellos no pueden distinguir lo que está bien de lo que está mal ni lo correcto de lo incorrecto. Lo leen y lo escuchan todo, creen que cualquier cosa que no hayan oído antes, cualquier cosa novedosa o en apariencia profunda, debe ser buena. Por ejemplo, dice en internet que comer chocolate es bueno para el corazón, así que comen chocolate a diario. Por consiguiente, sufren de ardores, les salen llagas en la boca, se les ponen los ojos rojos y les pitan los oídos. De hecho, lo que se decía era que comer chocolate con moderación es bueno para el corazón, pero ellos no recordaron las palabras “con moderación”. Son incapaces de captar el punto clave y acaban por hacerse daño. Unos cuantos días después, dice en internet: “Comer chocolate es malo para el corazón y comer demasiado también puede causar aumento de peso”. Los que son capaces de identificar sabrían que comer demasiado es malo para el cuerpo, pero comer con moderación está bien. Sin embargo, ellos no pueden identificar esto; después de oírlo, dejan de comer chocolate por completo. Pasan de un extremo a otro, se inclinan demasiado a la izquierda o demasiado a la derecha, sin dejar de pensar que están a la última: “Mira, todo lo que internet dice que es bueno, yo lo consumo; lo que dice que es malo, no lo consumo. Soy alguien que está al día con la tendencia de los tiempos”. En realidad, son personas sin capacidad para identificar las cosas, individuos atolondrados que siguen a ciegas a la multitud. Hay todo tipo de información en internet y la mayoría de las afirmaciones no son precisas. Por supuesto, también hay una pequeña cantidad de informaciones y afirmaciones que son correctas. Hace falta que seas capaz de identificarlas. En cuanto a qué información aceptar, debes valorarla de acuerdo con tus necesidades, con si es beneficiosa para ti y con si la información es positiva. La gente con escaso calibre carece de capacidad para identificar tales cosas. No les alcanza para ninguna capacidad, desde el nivel de la capacidad para aceptar las cosas en adelante. Se limitan a aprender y comprender cosas en los niveles textual, teórico y de conocimiento, pues poseen cierta capacidad de comprensión. Sin embargo, en cuanto a identificar más a fondo la exactitud de las diversas afirmaciones y si son valiosas y significativas, las personas de escaso calibre no poseen la capacidad de juzgar ni identificar esto. Y luego tenemos la capacidad para responder a las cosas, que las personas con poco calibre tampoco poseen. A la hora de enfrentarse a los diversos problemas que surgen en la vida real o en la senda de la supervivencia, no pueden lidiar con ellos a partir de los principios-verdad que conocen o que han captado. Por muchas palabras y doctrinas que puedan pronunciar, estas son vacías y nada prácticas. En lo que se refiere a los problemas que los rodean o a la senda de supervivencia, confían en sus propios pequeños trucos para lidiar con ellos; tratan de evitar sufrir pérdidas y ya está, al tiempo que no logran llegar al nivel de experimentar, comprender o verificar los principios que han captado. Asimismo, aquellos con escaso calibre tampoco tienen capacidad cognitiva. Es decir, cuando surge cualquier problema, no pueden resumir las cosas ni reconocer la esencia del asunto mismo, la causa principal detrás de este o las consecuencias a la que puede llevar en el futuro. Las personas de escaso calibre no saben cómo pensar sobre estas cosas en absoluto, menos aún aplicar la verdad o los principios y las leyes de las diversas cosas que han captado para afrontar y lidiar con tales problemas. Como su calibre es escaso, su pensamiento es por tanto simplista y superficial y su perspectiva sobre las cuestiones está desviada. Asimismo, lo que es incluso más problemático es que no saben desde qué óptica es posible contemplar las cosas correctamente. Por tanto, no pueden desentrañar la esencia de nada ni juzgar si cualquier cosa es exacta o es correcta o incorrecta. Sin juicio, no pueden identificarlo; por supuesto, tampoco tienen entonces capacidad para responder a las cosas, ya no digamos capacidad para tomar decisiones. Los hay que dicen: “Las personas con escaso calibre también saben qué comer y que ropa ponerse a diario y saben gestionar su vida diaria”. Eso no es lo que significa tener calibre. Tener calibre se refiere a ser capaz de lidiar con diversos problemas esenciales a los que se enfrentan en la vida y en la senda de sobrevivir de acuerdo con los principios-verdad que uno entiende. Entre los diversos problemas a los que se enfrentan en la vida, se incluye evaluar a una persona y lidiar con un asunto, entre otros. Los problemas a los que se enfrentan en la senda de la supervivencia incluyen enfrentarse a problemas importantes del bien y el mal, a entornos que Dios ha dispuesto para ti, a la soberanía de Dios, a asuntos relativos a las expectativas y el destino, a cómo elegir el camino hacia delante y cosas del estilo; todo esto pertenece a los problemas relacionados con la supervivencia. Si alguien no tiene capacidad para lidiar con los problemas que ocurren en la vida o en la senda de la supervivencia, esto significa que carece de capacidad para tomar decisiones. Tales personas están huecas mentalmente, así que hablar sobre su capacidad para evaluar y apreciar las cosas está un tanto injustificado. Por supuesto, la última capacidad, la de innovación, escapa incluso más al alcance de las personas con escaso calibre. Es como discutir si el león o el tigre son el rey de las bestias. Al menos, ambos están cualificados porque tanto los leones como los tigres poseen el aire y las capacidades de un soberano entre las bestias. Cada uno tiene sus propios puntos fuertes y, al comparar al uno con el otro, es posible que queden empatados, lo que los cualifica para competir por el título de rey de las bestias. Si comparas a los ñus, los alces o los yaks con los leones y los tigres para decidir quién es el rey de las bestias, la gente se reirá de ti. ¿Por qué se va a reír de ti? (Porque estos animales no son comparables). No están al mismo nivel, no pertenecen a la misma categoría de peso; no son comparables. De manera similar, las personas de escaso calibre no poseen los pensamientos ni la capacidad para valorar y apreciar a cualquier persona, acontecimiento o cosa a un nivel mental. Por tanto, ni siquiera merece la pena hablar sobre si tales personas poseen la capacidad para evaluar y apreciar las cosas. La capacidad para evaluar y apreciar las cosas es relativamente avanzada y se aplica a las personas con buen calibre. La capacidad de innovación, entonces, se aplica más si cabe a las personas con buen calibre. La capacidad de innovación se juzga por la capacidad de una persona para lidiar de manera práctica con cualquier cosa en la vida real. Aquellas con escaso calibre no solo carecen de pensamientos y de pasos en cualquier cosa que hacen, sino que además no tienen capacidad alguna para conseguir que se hagan las cosas, así que no se puede decir que tengan ninguna capacidad de innovación. Por tanto, ¿qué capacidades tienen las personas sin calibre? La mayoría de las personas sin calibre comparten una característica común; no tienen puntos fuertes. En lo referente a la capacidad expresiva, no tienen ninguna; en lo que se refiere a cualquier punto fuerte técnico o profesional, tampoco. Incluso a la hora de realizar la tarea más sencilla, como limpiar, no disponen de soluciones rápidas y concisas ni de pasos ni orden. A raíz de llevar a cabo un trabajo sencillo, es posible que comprendas cuáles son las características de las personas sin calibre. La característica más obvia de las personas sin calibre es que carecen de capacidad en cualquier aspecto. Dicho con sencillez, ni siquiera pueden gestionar su propia vida humana o las necesidades más básicas: todo en ellas es un completo desorden y carecen de cualquier principio. La descripción más exacta de las personas sin calibre es que no pueden lograr nada y viven meramente para satisfacer sus necesidades básicas diarias, sin más. Ya se han explicado con claridad la totalidad de las diversas manifestaciones de las personas con diferentes niveles de calibre, además de las características del calibre y las capacidades que poseen. Si las habéis comprendido, seréis capaces de aprender a discernir y tratar a las personas de distintos calibres.
Tras haber compartido qué es el calibre, además de cómo dividir los niveles y los tipos de calibre de las personas, al terminar de escuchar, ¿habéis obtenido algún beneficio? (Sí). ¿De verdad sabéis que vuestro propio calibre es escaso? (Sí). Algunas personas sin calibre dicen: “¿Cómo que no tengo calibre? Aunque mi calibre fuera promedio o escaso, eso estaría bien igualmente”. Nadie está dispuesto a caer hasta el nivel de no tener calibre, ser un idiota, un necio o una persona inútil, pero la suerte dispone que haya quienes, al valorarse a sí mismos según sus manifestaciones principales y los resultados del cumplimiento de su deber a lo largo de estos años, de veras se precipitan hacia el nivel de las personas sin calibre. ¿Vuelve esto negativas a algunas personas? Cuando muchas cosas no quedan claras, la gente piensa con necedad: “Tengo capacidad, tengo habilidad, soy sabio, mi calibre no es malo, soy noble, en el reino de Dios soy alguien, soy un pilar, un puntal”, se aferran con necedad a sus sueños ilusorios, se sienten bastante bien, bastante confiados, creen que tienen potencial y esperanza; no son negativos y viven con un propósito. Sin embargo, se ponen tristes una vez que conocen los auténticos hechos, piensan: “¿Acaso no significa esto que no tengo esperanzas de recibir la salvación?” y caen en un estado negativo. Si estas cosas no quedan claras, las personas son estúpidamente arrogantes; mientras más necia es una persona, más arrogante es y más ilimitada se vuelve su arrogancia. Los que son listos, después de aceptar la provisión de la verdad durante estos años, reflexionarán y se examinarán a sí mismos, se compararán con la verdad y poco a poco menguarán sus revelaciones de carácter arrogante. Mientras más escaso sea el calibre de una persona, más estúpidamente arrogante es esta. ¿No hay un dicho que dice: “No son nada, pero no se inclinan ante nadie”? Este dicho es bastante adecuado; aquellos que no son nada, no se inclinan ante nadie. ¿Por qué? Porque su calibre es demasiado escaso. ¿Hasta qué punto? Hasta el de no tener inteligencia ni conocer el alcance de su propia habilidad, no conocer la medida de su inteligencia, no saber que siempre hay personas mejores que ellos ni qué es el buen calibre. ¿Y hasta que punto llega su arrogancia? Hasta el de que a las personas les resulta repugnante y nauseabundo observarla; su arrogancia es estúpida. “No son nada, pero no se inclinan ante nadie” significa que no pueden conseguir nada, sus propios asuntos en la vida son un completo desastre, no pueden desentrañar nada, no tienen pensamientos ni puntos de vista y no pueden distinguir si los de los demás son correctos o si son precisos y solo insisten estúpidamente en su arrogancia, piensan: “¡Tengo capacidad, habilidad, soy sabio, soy mejor que los demás!”. Decidme, ¿es mejor permitir que sean estúpidamente arrogantes que no se inclinan ante nadie o hacerles saber que su calibre es escaso, que no son nada, simples necios, inútiles y deficientes mentales, de modo que se vuelvan negativos? ¿Qué elegís? (Dejar que se vuelvan negativos, porque si son estúpidamente arrogantes, es probable que hagan cosas que vulneren los principios y pueden trastornar y perturbar el trabajo de la iglesia). Si se vuelven negativos, pueden regresar a la razón de la humanidad y comportarse mejor, hacer menos cosas que trastornen y perturben. Les supone una protección. Aunque no han hecho muchas cosas beneficiosas para los demás, al hacer menos que trastornen y perturben, eso significa que cometerán muchas menos transgresiones y malas acciones y se reducirán las probabilidades de que los castiguen en el futuro, ¿no es así? (Sí). Sin entrar en si pueden lograr la salvación, como eso es algo relativamente lejano, ¿se reducirán las posibilidades de que vulneren los decretos administrativos de Dios y ofendan Su carácter? ¿Y aumentarán sus opciones de supervivencia? (Sí). A juzgar por la óptica de estos beneficios, dejar que las personas reconozcan su propio calibre y se acaben por dar cuenta de que no tienen calibre y se vuelvan negativos acaba resultando algo bueno. De lo contrario, cuando la gente dice: “No eres nada, pero no te inclinas ante nadie, ¡eso es estúpida arrogancia!”, simplemente no pueden desentrañarlo ni reconocerlo; se vuelven desafiantes y todavía piensan: “¡Mi calibre no es escaso! Y tú dices que soy estúpidamente arrogante. ¡Soy mucho mejor que un necio!”. Esto es prueba adicional de que son realmente necios, su inteligencia es demasiado baja y más aún les hace falta aceptar el hecho de que no tienen calibre. ¿Cuáles son los beneficios de aceptar este hecho? No es para que te vuelvas negativo, sino para ayudarte a que te trates a ti mismo con corrección y evites actuar estúpidamente. Las personas son arrogantes porque tienen un carácter corrupto y no tienen autoconocimiento en absoluto. Sin embargo, la arrogancia de algunas es normal. Por ejemplo, las hay que tienen capital por haber estado encarceladas y haber soportado sufrimiento, han contribuido a la iglesia en cierta manera o tienen dones que las hacen mejores que los demás. Dado que tienen un carácter arrogante, combinado con algo de capital, todavía se puede considerar entendible que revelen arrogancia. Pero si no eres nada, si esencialmente no puedes lograr nada, no has hecho ninguna contribución y ni siquiera tienes puntos fuertes, pero todavía sigues siendo arrogante, esto no tiene sentido, carece de racionalidad. Ahora te queda claro: no tienes calibre, no eres nada y ni siquiera tienes puntos fuertes de ningún tipo. Tu mente está vacía y, comparada con las personas con pensamientos, carece de contenido. Aunque eres humano de todas maneras, estás muy por debajo de ellos; desde el punto de vista de Dios, no cumples con el estándar de ser humano. Por tanto, ¿por qué sigues siendo arrogante? Según la medida de las palabras de Dios, no cumples el estándar de ser humano. A ojos de Dios, no se te debería tratar como a un ser humano. Sin embargo, como la gracia de Dios es inmensa, Él te ha enaltecido, te ha elegido y te ha tratado como a un humano, te ha permitido hacer deber en la casa de Dios. ¿Te trata Dios como a un humano para luego ver cómo lo tratas tú a Él y a la verdad que te ha suministrado de una manera tan estúpidamente arrogante? ¿Para ver que tratas tu deber y tu vida de este modo? No. Dado que Dios te trata como a un humano y te cuenta las diversas verdades que los humanos deberían entender, Él espera que puedas ser un verdadero humano, que puedas aceptar los pensamientos que les corresponden a estos y que no vas a ser estúpidamente arrogante. Por tanto, ser negativo es un error; no deberías ser negativo. Dado que Dios no te ha tratado ni te ha ignorado según tu calibre, sino que, en su lugar, te ha tratado como a una persona normal y te ha usado de esta manera, deberías estar a la altura de esta gracia de Dios y no decepcionarlo. Sea cual sea el calibre que tengas y el trabajo que hagas, simplemente hazlo bien. No trates de soltar ideas grandilocuentes, no hagas lo que una persona no debería hacer ni tengas ideas o ambiciones extravagantes que una persona no debería tener. Haz lo que le corresponde a una persona y mantente a la altura de la exaltación de Dios. ¿Acaso no es esto lo apropiado? ¿No resuelve el problema de ser negativo? (Sí).
Discernir las diversas manifestaciones de personas de calibres diferentes y proporcionar estos ejemplos específicos tiene como intención ayudarte a establecer una correspondencia con ellos. Es para que puedas identificar con exactitud tu propia posición, abordar con racionalidad tu propio calibre y tus diversas condiciones, así como la exposición, el juicio y la poda que Dios lleva a cabo en ti o la obra que dispone para ti, de modo que seas capaz de someterte y de ser agradecido desde el fondo del corazón, en lugar de mostrar resistencia y repulsión. Las personas logran la satisfacción de Dios cuando son capaces de abordar con racionalidad su propio calibre y luego identificar con exactitud su propia posición, actuar como los seres creados que Dios quiere, con los pies en el suelo, hacer lo que les corresponde de manera adecuada, según su calibre innato, y dedicar su lealtad y todo su esfuerzo. Ya que Dios te ha concedido este calibre y estas condiciones, Él no te obligará a hacer cosas que te resulten difíciles, no te forzará a pescar o a vivir de la tierra. Lo que Dios te haya dado, eso es lo que Él tiene que ofrecerte. Lo que Dios no te ha dado, no lo exigirá en exceso. Si todo el tiempo te pones a ti mismo unos requisitos altos, intentas ser una persona fuerte, un superhumano, alguien más allá de lo corriente, esto indica que tienes un carácter corrupto; se trata de ambición. Si tu calibre es bueno, te encargas de más trabajo; si tu calibre es promedio, solo puedes encargarte de menos. Da igual el trabajo que puedas hacer, has de darlo todo, entregar tu lealtad y comportarte de acuerdo con los principios; no intentes soltar ideas grandilocuentes. Querer siempre demostrar que no eres una persona corriente, querer siempre que los demás te tengan en alta consideración; eso es un error. Esto muestra una gran falta de autoconciencia, que no conoces tu propia medida. Si no paras de buscar de acuerdo con tu ambición y deseos, las cosas no acabarán bien para ti. Por tanto, las personas con escaso calibre no deberían aspirar siempre a ser líderes, jefes de equipo o supervisores; no deberían apuntar demasiado alto. Si tu calibre es escaso, entonces haz con obediencia lo que pueden hacer las personas de escaso calibre. Si careces de pensamientos y no puedes lidiar con ningún trabajo, no lo fuerces; dado que Dios no te ha dado ese calibre, no te ha impuesto requisitos demasiado altos. En cuanto a los principios-verdad, practícalos hasta donde puedas entenderlos y aceptarlos; esto es lo más importante. Lo que eres capaz de comprender es lo que Dios te ha concedido. ¿Has aplicado estas cosas a tu deber o a la comisión que te ha encomendado Dios? Si lo has hecho, entonces lo has dado todo y has ofrecido tu lealtad. Dios estará satisfecho y tú cumplirás con el estándar de un ser creado. Si tu calibre es escaso, Dios no te exigirá nada en absoluto que cumpla con el estándar de aquellos con buen calibre. Dios no hará eso. Aquellos sin calibre son los que menos nivel de calibre tienen entre las personas. Si algunos creyentes en Dios no tienen calibre, entonces, ¿cómo deberían practicar? ¿Quieres seguir a Dios? ¿Admites que Él es soberano sobre todo lo relativo al hombre? ¿Quieres someterte a las instrumentaciones y arreglos de Dios para ti? Si estás dispuesto a aceptar y someterte, entonces asienta tu corazón y acepta todas las disposiciones que Dios hace para ti. De acuerdo con tu calibre, solo puedes hacer algunos trabajos que requieren de esfuerzo físico y son invisibles, que la gente infravalora y no recuerda; si esta es tu situación, deberías aceptarla de parte de Dios y no albergar quejas, y aún más no deberías elegir tus deberes en función de tus propios deseos. Haz cualquier cosa que la casa de Dios disponga para ti y, mientras esté al alcance de tu calibre, deberías llevarla a cabo adecuadamente. Por ejemplo, si te asignan que críes cerdos, deberías alimentarlos bien para que los hermanos y hermanas puedan comer buena carne. Si te asignan que críes gallinas, deberías alimentarlas y encargarte bien de ellas para que pongan huevos con normalidad durante la temporada de puesta, y deberías también protegerlas de otros animales, de modo que todo el mundo que vea a las gallinas que estás criando diga que están bien criadas. Esto prueba que aprecias todas las cosas que crea Dios y que puedes gestionarlas bien; demuestra que, sea cual sea el tipo de criatura o animal, puedes apreciarlo y gestionarlo bien, aceptar que es la responsabilidad y el deber que te corresponde realizar. Aunque no puedas hacer otro trabajo, aunque no puedas desempeñar un papel crucial y decisivo en la obra de la iglesia ni hagas contribuciones significativas, si puedes dedicar por completo tu esfuerzo y lealtad a un trabajo ordinario y buscar solo satisfacer a Dios, ya es suficiente. Eso no supone fallarle a la exaltación que Dios hace de ti. No seas quisquilloso respecto a si las tareas son sucias o cansadas, a si otros van a verte haciéndolas o a elogiarte o menospreciarte por ello. No pienses en estas cosas; solo busca aceptarlas de parte de Dios, someterte y cumplir bien con los deberes que te corresponden. Cuando hablo sobre las manifestaciones de las personas sin calibre, puede que diga que eres un necio, un inútil y un deficiente mental. Sin embargo, si puedes encargarte de los trabajos que se te encomiendan y al final no decepcionas la exaltación de Dios hacia ti o el aliento de vida que Él te ha concedido, no vives ni comes en vano, no disfrutas de ninguna de las cosas materiales que Dios suministra a la especia humana en vano ni dejas de estar a la altura de las palabras que salen de boca de Dios, con eso es suficiente. Aunque en lo que se refiere a tu calibre no das la talla para ser una persona completa, si no puedes hacer tu deber y hacer el trabajo con esta lealtad y sinceridad, como poco, en el corazón de Dios, cumples con el estándar como un ser creado. Lo que Dios quiere es esta lealtad y sinceridad; quiere un ser creado que cumpla con el estándar. No importa qué deber disponga la casa de Dios para ti, lo aceptas por parte de Él y eres capaz de aceptarlo y someterte. Esto es lo más precioso. Si has hecho lo que Él requiere de ti y le has ofrecido todo lo que puedes ofrecerle, ¿seguirá haciéndote Dios exigencias más elevadas? Si tu sinceridad y lealtad son vistas como preciosas a ojos de Dios, entonces tu vida tiene valor. ¿Es buena esta comprensión? (Sí).
Hay quien dice: “Todavía siento que no lo entiendo. ¿Por qué predestina Dios a las personas con toda clase de calibres? Ya que Dios quiere que den testimonio de Él, practiquen la verdad y desechen sus actitudes corruptas, ¿por qué no puede darles buen calibre? ¿Tan difícil le resulta a Dios hacerlo? Si Dios les concediera a las personas capacidades en todos los campos —capacidad cognitiva, para emitir juicios, para identificar las cosas, para responder a las cosas, para tomar decisiones, capacidad de innovación y, más si cabe, capacidad para evaluar y apreciar las cosas—, al hacerlo, ¿acaso el calibre de las personas no sería bueno? Aunque les concediera un calibre promedio, ¿no serían capaces de comprender la verdad hasta un nivel promedio? Si las personas pueden comprender la verdad, ¿no serían entonces capaces de practicarla? ¿Y acaso no serían capaces de desechar sus actitudes corruptas y lograr la salvación?”. ¿Qué problema hay con que las personas tengan estos pensamientos? La gente no entiende por qué Dios le concede un calibre tan profundamente promedio. Es difícil encontrar a líderes de buen calibre y es extremadamente complicado hacer bien el trabajo de la iglesia. La gente piensa: “Si Dios les diera a las personas buen calibre, ¿no sería más fácil encontrar líderes? ¿No sería más fácil hacer el trabajo de la iglesia? ¿Por qué Dios no le concede a la gente buen calibre?”. Visto desde la óptica de la obra general de la casa de Dios, por supuesto, si hubiera más personas con buen calibre, el trabajo de la iglesia sin duda sería más fácil. Sin embargo, existe una premisa: en la casa de Dios, Él está haciendo Su propia obra y la gente no desempeña un papel decisivo. Por tanto, que el calibre de las personas sea bueno, promedio o escaso no determina los resultados de la obra de Dios. Los resultados definitivos que se van a acabar logrando los consigue Dios. Todo lo lidera Dios; todo es obra del Espíritu Santo. Desde la óptica de la obra de Dios, este asunto debería explicarse de esta manera; esta es una razón. Existe otra razón: Tras ser corrompida por Satanás, la gente posee las actitudes corruptas de este como esencia de vida; es decir, todos viven según sus actitudes corruptas y estas gobiernan su vida. Si, además de eso, alguien posee un calibre bueno o extraordinario y sus capacidades en todos los ámbitos son completas, perfectas y sin mácula, eso fomentará sus actitudes corruptas. Lo que conducirá a una escalada desenfrenada de sus actitudes corruptas y las tornará incontrolables, lo cual llevará a que esa persona se vuelva más arrogante, intransigente, falsa y perversa. Será más difícil que acepte la verdad y no habrá manera de resolver sus actitudes corruptas. Esta es otra razón. Asimismo, Dios les da a las personas tal calibre porque la especie humana que Dios quiere salvar es de manera inherente incompleta, su capacidad es promedio en todos los aspectos y tiene defectos. Además, conocer las palabras de Dios y la verdad no se consigue meramente usando diversas capacidades; se requiere un proceso. ¿Qué se incluye en este proceso? Los cambios en el entorno, el crecimiento asociado a la edad de una persona, el aumento de experiencia de vida y de conocimiento, así como la experiencia obtenida por medio de diversos entornos, lo cual permite a las personas, a partir de la base de su calibre e instintos inherentes, llegar a entender poco a poco y conocer a qué se refiere en realidad la verdad según las palabras de Dios; de este modo, aceptan y practican Sus palabras. Por medio de ese proceso, la verdad según las palabras de Dios es obrada en una persona para convertirse en su vida; no se convierte en una teoría de vida ni en una filosofía y un medio de vida. En cambio, las palabras de Dios se convierten en la base de su existencia. Tal persona es una persona nueva, recién nacida. Este es un proceso esencial. Aunque tu calibre y capacidades en todos los aspectos sean excepcionalmente buenos y altos, estos procesos no se pueden omitir. Como ser humano creado, al acabar por lograr la transformación de las palabras de Dios en tu vida, nadie puede saltarse ningún paso de todo el proceso que se debe experimentar. Es decir, todo el mundo desarrollará nociones, figuraciones, resistencia, oposición y rebelión hacia Dios. Todos pasarán por reveses, fallos, titubeos, despidos, poda, juicio y castigo, experimentarán diversos entornos, se enfrentarán a diversos tipos de personas y a otros procesos semejantes. Por muy bueno o alto que sea tu calibre o por muy fuertes que sean tus capacidades en todos los aspectos, ninguno de estos procesos o pasos se puede omitir. Por tanto, aunque Dios fuera a concederte un calibre y unas capacidades excepcionalmente altos, seguiría siendo un desperdicio. Es mejor que seas una persona corriente, promedio. Aunque puede que tengas algunos defectos de humanidad, es posible que experimentes la obra de Dios, entiendas Sus palabras después de oírlas y reconozcas tus debilidades y defectos. De esta manera, por un lado, lo que obtienes es más práctico y recibes más por parte de Dios. Por otro, llegas a conocer tus capacidades naturales con mayor precisión y te vuelves más racional. Por eso Dios no tiene intención de concederle buen calibre a todo el mundo, sino que le concede un calibre promedio.
Después de oír estas manifestaciones específicas de las diversas capacidades que miden el calibre de las personas, te evalúas a ti mismo y descubres que, como mucho, tu calibre es promedio, no alcanza el nivel de buen calibre. Por tanto, ¿quiénes son los que alcanzan el nivel de buen calibre? Aquellos a los que usa el Espíritu Santo. Si Dios te concede buen calibre, tienes que encargarte del trabajo adecuado para el buen calibre. Si no hay necesidad de que asumas tal trabajo, ya está bastante bien que Dios te haya dado un calibre promedio; es la gracia de Dios. Si Él te da un calibre promedio, no puedes hacer un trabajo muy importante, así que no puedes volverte arrogante. Esto es para protegerte. Con el calibre promedio que se te concede, no tienes capital del que presumir ni eres capaz de hacer contribuciones contundentes. Siempre tienes que pensar: “Mi calibre es promedio; no soy bueno en este campo ni en aquel. Debo ser prudente y buscar los principios-verdad al hacer mi deber”. Cuando te parece que tienes carencias en todos los aspectos, te comportas mucho mejor y te atienes más a las reglas, eres más discreto. Por ejemplo, sea cual sea el trabajo que hagáis, ya seáis supervisores o miembros corrientes, si durante cierto periodo tu trabajo funciona con relativa fluidez, da algunos resultados, los logros son relativamente destacados y recibes reafirmación de lo Alto, ¿cuál sería tu mentalidad? (Nos volveríamos engreídos, nos parecería que somos buenos y ya no buscaríamos fácilmente la verdad). Entonces se te haría difícil seguir las reglas y mantener la sensatez al comportarte. Esta es una tentación muy peligrosa para ti, no es una buena señal. No obstante, como tienes carencias o defectos en diversas capacidades, cuando haces obra no logras considerar un aspecto ni tampoco te anticipas a otro, pues bien lo pasas por alto o lo olvidas. Ya se te pode en un aspecto o bien afrontes los reveses y golpes en otro, en el fondo de tu corazón, siempre te adviertes a ti mismo: “No soy capaz. Mi calibre es escaso y no entiendo la verdad. No entiendo los principios”. De esta manera, te vuelves muy cauto al hacer las cosas, tienes mucho miedo de cometer errores y recibir poda, de trastornar y perturbar, así como de crear lagunas en el trabajo que resulten en pérdidas. Debido a que tus capacidades en diversos aspectos son deficientes o son todas muy promedio, tu capacidad para ser competente en el trabajo es también muy promedio, al igual que el trabajo que haces. Así que sientes que no hay nada de lo que presumir, aunque te las arregles para lograr algunos resultados ganados a pulso, solo los consigues después de sufrir muchas adversidades y realizar un tremendo esfuerzo entre bambalinas. Quieres fingir que eres capaz y bastante bueno delante de los demás, pero en tu fuero interno, te falta confianza. Sabes que, hagas lo que hagas, no puedes hacerlo bien y todavía es necesario que lo Alto lo revise. En algunas cosas, solo al enfrentarte a recibir la poda te das cuenta de que estás equivocado y ves lo increíblemente escaso que es tu calibre. De esta manera, no serás capaz de volverte arrogante. Es decir, siempre habrá alguien con buen calibre a tu alrededor que te supere y siempre estarán la verdad y los estándares requeridos por Dios para restringirte. Te parece que: “El poco trabajo que puedo lograr es solo porque lo revisó y lo decidió lo Alto; solo se completó porque lo Alto lo examinó, lo comprobó y lo corrigió repetidas veces. No tengo nada de lo que presumir”. La próxima vez que haces algo, sigues pensando en alardear sobre tus habilidades, pero aún no logras hacerlo bien y nunca puedes destacar. Justamente porque tu calibre y capacidades son limitados, los efectos de cumplir tus deberes siempre son promedio, nunca llegas a alcanzar el nivel ni el estándar que idealizas. Por tanto, de manera inconsciente, no paras de darte cuenta de que no eres alguien que destaque, no eres una persona superior ni extraordinaria. Poco a poco, llegas a entender que tu calibre no es tan bueno como imaginabas, sino más bien demasiado corriente. Este proceso progresivo es muy útil para conocerte a ti mismo; experimentas algunos fracasos y reveses de manera práctica y, después de reflexionar en tu fuero interno, pasas a valorar de forma más exacta tu nivel, tus capacidades y tu calibre. Cada vez reconoces en mayor medida que no eres una persona de buen calibre, que, aunque puede que tengas algunas fortalezas y dones, un poco de capacidad para emitir juicios o a veces algunas ideas o planes, aún no llegas a los principios-verdad, a los requerimientos de Dios ni a los estándares de la verdad, e incluso menos al estándar de poseer la realidad-verdad. De manera inconsciente, cuentas con estos juicios y valoraciones sobre ti mismo. En el proceso de juzgarte y valorarte a ti mismo, tu autoconocimiento se volverá cada vez más exacto y tus actitudes corruptas y revelaciones de corrupción serán cada vez menos, se tornarán más contenidas y controladas. Por supuesto, controlar tus actitudes corruptas no es el objetivo. ¿Cuál es si no? El objetivo es que, a medida que se controlen tus actitudes corruptas, aprendas poco a poco a buscar la verdad y te comportes bien, sin intentar siempre soltar ideas grandilocuentes ni alardear de tus habilidades, sin pugnar siempre de manera competitiva para ser el mejor o el más fuerte ni intentar todo el tiempo demostrar tu valor. Si bien esta consciencia se marca a fuego sin cesar en el fondo de tu corazón, reflexionarás: “He de buscar cuáles son los principios-verdad para hacer esto y qué dice Dios sobre ello”. Esta consciencia se establecerá poco a poco en tu corazón y tu grado de búsqueda, reconocimiento y aceptación de la palabra de Dios y de la verdad se elevará cada vez más, lo que para ti implica esperanzas de salvación. Cuanto más puedas aceptar la verdad, menos se revelarán tus actitudes corruptas. Un resultado todavía mejor es que vas a tener más oportunidades de usar la palabra de Dios como estándar de práctica. ¿No es esto emprender poco a poco la senda de la salvación? ¿No se trata de algo bueno? (Sí). Sin embargo, si todas tus capacidades son superiores, perfectas y extraordinarias entre las personas, ¿puedes todavía buscar la verdad mientras te ocupas de los asuntos y haces tus deberes? Eso es complicado de decir. Es bastante difícil que alguien con habilidades extraordinarias en todos los campos acuda ante Dios con un corazón en calma o una actitud humilde para conocerse a sí mismo, conocer sus defectos y sus actitudes corruptas, así como alcanzar el punto de buscar la verdad, aceptarla y luego practicarla. Esto es bastante difícil de hacer ¿no es así? (Sí).
La gente que tiene calibre promedio contiene las buenas intenciones de Dios; las personas que tienen un calibre demasiado escaso también contienen las buenas intenciones de Dios. Él, en su deseo de salvarte, no te da excesivo buen calibre. ¿Por qué? Dios les da a las personas diversas condiciones innatas, como su trasfondo familiar, apariencia, instintos, personalidad y diversas capacidades de vida. Dios incluso les da a las personas ciertos puntos fuertes, intereses y aficiones, además les concede algunos dones especiales. Con esto es suficiente. Basta para mantener tu supervivencia personal. Con esto, posees la capacidad y las condiciones para vivir con independencia y, sobre la base de cierto nivel de calibre, puedes aceptar las palabras de Dios, desechar tus actitudes corruptas a diversos niveles y lograr salvarte. Este es el motivo por el que Dios no les da a las personas un calibre excesivamente elevado. Dios no le concede a la gente un calibre excesivamente bueno. Por un lado, esto es para que la gente pueda, con esta condición básica, permanecer un poco con los pies en la tierra y, sobre la base de sentir que son personas corrientes, promedio, con actitudes corruptas, puedan aceptar voluntariamente la obra de Dios y Su salvación. Solo de esta manera cuentan las personas con la condición básica de aceptar las palabras de Dios. Por otro lado, si tienen muy buen calibre o una mente excepcionalmente rápida, con muy fuertes capacidades en todos los aspectos, si son todas excepcionales, si les va todo de maravilla en el mundo —ganan mucho dinero en su negocio, tienen carreras políticas que van especialmente bien, operan sin esfuerzo en todas las situaciones, se sienten como pez en el agua—, entonces tales personas no pueden acudir ante Dios ni aceptar Su salvación fácilmente, ¿no es así? (Sí). La mayoría de aquellos a los que salva Dios no ocupan puestos altos en el mundo o entre las personas en la sociedad. Dado que su calibre y capacidades son promedio o incluso escasos y les cuesta encontrar la popularidad o el éxito en el mundo y siempre les parece que este es sombrío e injusto, tienen necesidad de fe y, al final, acuden ante Dios y entran en Su casa. Esta es una condición básica que Dios les concede a las personas al escogerlas. Solo con esta necesidad puedes tener el deseo de aceptar la salvación de Dios. Si tus condiciones en todos los aspectos son muy buenas y aceptables para esforzarte en el mundo y siempre quieres hacerte un nombre, entonces no tienes el deseo de aceptar la salvación de Dios ni tendrás siquiera la oportunidad de recibirla. Aunque puede que tengas un calibre promedio o escaso, todavía estás mucho más bendecido que los no creyentes en cuanto a tener la oportunidad de que Dios te salve. Por tanto, tener escaso calibre no es tu defecto ni un obstáculo para que te despojes de actitudes corruptas y alcances la salvación. En el análisis final, Dios fue el que te concedió este calibre. Tienes tanto como Dios te concede. Si Dios te otorga buen calibre, entonces tienes buen calibre. Si Dios te da un calibre promedio, tu calibre es promedio. Si Dios te da escaso calibre, ese es el que tienes. Una vez que entiendes esto, debes aceptarlo de parte de Dios y ser capaz de someterte a Su soberanía y disposiciones. ¿Cuál es la verdad que constituye la base para someterse? Esas disposiciones de Dios contienen Sus buenas intenciones; Él es concienzudo y reflexivo y la gente no debe quejarse ni malinterpretar el corazón de Dios. Él no te tendrá en alta estima por tu buen calibre ni tampoco sentirá desdén hacia ti ni te detestará a causa de tu escaso calibre. ¿Qué es lo que detesta Dios? Él detesta a la gente que no ama ni acepta la verdad, a la que la entiende pero no la practica, a la que no hace aquello de lo que es capaz, a los que no lo dan todo en sus deberes y siempre albergan deseos extravagantes, deseando siempre estatus, compitiendo siempre por la posición y haciéndole siempre exigencias a Dios. Esto es lo que a Él le parece repugnante y detestable. Tienes escaso calibre o ninguno en absoluto, eres incapaz de hacer ningún trabajo y, sin embargo, sigues queriendo ser líder. Compites siempre por posición y poder, y siempre quieres que Dios te dé una respuesta definitiva, que te diga que en el futuro entrarás en el reino, recibirás bendiciones y tendrás un buen destino. Que Dios te elija ya es una exaltación inmensa, sin embargo, todavía quieres tomarle el brazo cuando te ofrece la mano. Dios te ha dado lo que deberías recibir y ya has obtenido mucho de Él, sin embargo, sigues haciendo exigencias irrazonables. Esto es lo que detesta Dios. Tu calibre es demasiado escaso o no llegas siquiera a la altura de la inteligencia humana, no obstante, Él no te ha tratado como a un animal, sino que te sigue tratando como a un ser humano. Por tanto, deberías hacer lo que corresponde a un ser humano, decir lo que le corresponde decir a un humano y aceptar todo lo que te ha dado Dios como procedente de parte de Él. Sea cual sea el deber que puedas desempeñar, hazlo. No decepciones a Dios. No tomes el brazo cuando se te ofrece la mano porque Dios te trate como a un ser humano y digas: “Como Dios me trata como a un humano, debería concederme mejor calibre, dejarme ser jefe de equipo, supervisor o líder. Lo mejor sería que Él hiciera eso, de modo que yo no tuviera que desempeñar ningún trabajo cansado, para que la casa de Dios me proveyera gratis y no me hiciera falta realizar esfuerzos o sufrir cansancio, permitiéndome hacer lo que quiera”. Todas estas son exigencias irrazonables. No son las manifestaciones ni las peticiones que debería hacer ni plantear un ser creado. Dios no te ha tratado conforme a tu escaso calibre, sino que en vez de eso te ha elegido y te ha dado la oportunidad de hacer tu deber. Esta es la exaltación de Dios. No deberías tomar el brazo cuando se te ofrece la mano ni hacerle exigencias irrazonables a Dios. En su lugar, deberías darle las gracias a Dios y cumplir bien con tu deber para retribuirle Su amor. Este es el requerimiento que Él te hace. Tu calibre es escaso, pero Dios no te ha hecho requerimientos de acuerdo con los estándares propios de aquellos con buen calibre. Te falta calibre e inteligencia, pero Dios no te ha requerido que alcances los estándares que pueden alcanzar las personas con buen calibre. Aquello que seas capaz de hacer, hazlo sin más. Dios no le pide peras al olmo. Lo que sucede es que siempre tienes deseos extravagantes y nunca estás dispuesto a ser alguien corriente, una persona promedio de escaso calibre. No quieres hacer estas tareas laboriosas que no te ponen en el centro de atención y, al hacer tu deber, siempre te desagrada la adversidad y huyes del cansancio, escoges y eliges qué hacer, siempre eres obstinado y tienes tus propios planes y preferencias, no es que Dios te haya agraviado. Por tanto, ¿cómo debería la gente abordar correctamente su propio calibre? Por un lado, sea cual sea el calibre que Dios te conceda, deberías aceptarlo de parte de Él y someterte a Su soberanía y arreglo. Estos son el pensamiento y el punto de vista más básicos que las personas deberían poseer. Este punto de vista es correcto y se sostiene en cualquier situación. Es el principio-verdad que permanece constante por mucho que cambien las cosas. Por otro lado, con independencia de si tu calibre es bueno, promedio, escaso o inexistente, deberías hacer el trabajo que tu calibre puede lograr. No deberías guardarte nada ni buscar destacar. Con independencia de si tu calibre es bueno o promedio, solo puedes hacer las cosas dentro del ámbito de tu calibre y tu capacidad. No hay nada de lo que presumir; esto es lo que Dios te ha dado, deberías ofrendarlo. Todo tu ser, tu aliento, tus condiciones innatas y tus capacidades en todos los aspectos de tu calibre te los concede Dios. Los diversos principios-verdad que ahora entiendes también los provee Dios. Sin Su obra y sin las diversas condiciones innatas que Dios concede a las personas, los humanos no son más que un montón de polvo. Por tanto, no hay nada de lo que presumir. Este es el segundo aspecto. Hay otro y es que, con independencia de si tu calibre es promedio, escaso o inexistente, debes abordarlo correctamente. Para empezar, reconocer a qué nivel pertenece tu calibre y, entonces, sobre la base de tu calibre inherente, hacer lo que te corresponde. No intentes siempre ir más allá de tus capacidades y hacer cosas que no puedes lograr, intentar siempre probar tu valía ante los demás y ante Dios. No puedes probar nada. Mientras más intentes probar tu valía de este modo, más se demuestra que tu calibre es escaso, que no conoces tu propia medida y que estás más allá de la razón y tienes un carácter gravemente corrupto. No intentes por todos los medios cambiar tu calibre o mejorar tus capacidades en todos los aspectos, sino reconoce con exactitud tu calibre y capacidades innatos y aproxímate correctamente a ellos. Si descubres de lo que careces, estudia rápidamente esos campos en los que puedes lograr progresos en un corto periodo de tiempo para de este modo ser capaz de compensar esas cuestiones. En cuanto a esos campos que no puedas alcanzar, no lo fuerces. Actúa conforme a tu situación real; haz cosas en función de tu propio calibre y capacidades. El principio definitivo es llevar a cabo tu deber de acuerdo con la palabra de Dios, los requerimientos de Dios para los humanos y los principios-verdad. No importa el nivel de tu calibre, puedes alcanzar grados variables a la hora de actuar o de hacer tus deberes de acuerdo con los principios-verdad; puedes satisfacer o estar a la altura de los estándares de Dios. Estos principios-verdad no son en absoluto palabras vacías; no trascienden a la humanidad de ningún modo. Son todas sendas de práctica hechas a medida para las actitudes corruptas, los instintos y las diversas capacidades y calibres de la especie humana creada. Por tanto, no importa cuál sea tu calibre ni en qué medida sean insuficientes o fallen tus capacidades, eso no es problema; si de veras entiendes la verdad y estás dispuesto a practicarla, habrá una senda hacia delante. Los defectos de una persona en ciertos aspectos del calibre y las capacidades no entorpecen de ninguna manera su práctica de la verdad. Si tu capacidad de emitir juicios o alguna otra capacidad son deficientes, puedes buscar y compartir más, buscar indicaciones y sugerencias de aquellos que entienden la verdad. Cuando entiendas y captes los principios y las sendas de práctica, deberías ponerlos en práctica dedicando todo tu esfuerzo, conforme a tu estatura. Aceptar y practicar, eso es lo que deberías hacer. ¿Te ayuda Mi enseñanza a entenderlo? (Entendemos un poco más).
¿Por qué predestina Dios a las personas con toda clase de calibres? ¿Por qué Dios no les concede un calibre perfecto? ¿Cuántos aspectos hemos compartido respecto a cuáles son las intenciones de Dios en este sentido y a cómo deberían abordarlo correctamente las personas? Vamos a resumirlos. El primer aspecto es aceptarlo de parte de Dios. Estos son el pensamiento y punto de vista más básicos que deberían poseer las personas. El segundo aspecto es reconocer y evaluar cuál es tu calibre y actuar y hacer tu deber en función de tu calibre y capacidad. No intentes hacer cosas que superen tu calibre y capacidad. Lo que puedes hacer, hazlo de manera concienzuda y con los pies en el suelo y hazlo bien. No te fuerces a hacer lo que no sabes. ¿Cuál es el tercer aspecto? (No debemos desear siempre cambiar nuestro calibre. Aunque nuestro calibre sea promedio, escaso o inexistente, debemos abordarlo correctamente. No debemos desear siempre demostrar a Dios que tenemos buen calibre. Es inapropiado). Eso es. Aborda tu calibre correctamente. No te quejes. Lo que Dios te haya dado, eso es lo que te pedirá. Lo que Dios no te haya dado, no te lo va a exigir. Por ejemplo, si Dios te ha concedido un calibre promedio o escaso, no requiere de ti que seas líder, jefe de equipo ni supervisor. Sin embargo, si Dios te ha dado elocuencia, la capacidad de expresarte o cierto don y requiere de ti que hagas un trabajo relacionado con este don, entonces deberías hacerlo bien. No falles a la hora de estar a la altura de las condiciones que te ha dado Dios. Debes estar a la altura de lo que te ha concedido, darlo todo y aplicarlo bien y a cosas positivas, así como producir resultados valiosos en el trabajo que beneficien a la especie humana. Eso sería excelente, ¿no? (Sí). Asimismo, debes saber que Dios tiene buenas intenciones cuando les concede diversos calibres a las personas. Precisamente porque Dios quiere salvarte, no te ha dado un calibre excesivamente bueno. Esto contiene la concienzuda intención de Dios. Que Dios te dé un calibre promedio o escaso es una protección para ti. Si las personas tienen un calibre demasiado bueno o extraordinario, les resultaría sencillo seguir al mundo y a Satanás y no llegarían a creer en Dios con facilidad. Fíjate en los que destacan en diversas industrias y campos en el mundo, ¿qué clase de personas son? Son todos unos genios astutos, encarnaciones de diablos. Si les pides que crean en Dios, piensan: “Creer en Dios no lleva a ninguna parte, ¡solo las personas incapaces creen en Dios!”. Satanás toma prisionera a la gente con excesivo buen calibre, grandes capacidades y tácticas avanzadas. Viven por entero según sus actitudes corruptas y para el mundo. Todas esas personas son diablos encarnados. Decidme, ¿las salva Dios? (No). Por tanto, ¿estáis dispuestos a ser un diablo encarnado o bien una persona corriente, de escaso calibre pero que puede recibir la salvación de Dios? (Estamos dispuestos a ser personas corrientes). De entre estos dos tipos de personas, ¿cuáles son bendecidas? Los hay que prosperan en el mundo, llegan a ser prominentes, a tener fama, a convertirse en altos cargos públicos o en gente rica que tiene todo lo que quiere y dinero infinito para gastar; ¿estáis dispuestos a ser tales personas o a acudir ante Dios y ser gente llana, corriente, con un calibre promedio? ¿Qué eliges? (Ser gente llana, corriente). Si eliges ser una persona llana y corriente, de calibre promedio; si prefieres no disfrutar de una buena existencia material en esta vida; si no quieres alcanzar la prominencia ni tener sentido de la presencia en este mundo, siendo menospreciado por todos; si prefieres ser esta clase de persona y apreciar u obtener la oportunidad de salvación que Dios les concede a las personas; si esta es tu elección, si eliges salvarte y no seguir este mundo, y en tu corazón deseas no pertenecer a tal mundo sino a Dios; entonces no deberías desdeñar el calibre que Dios te ha dado. Aunque tu calibre sea muy escaso o Dios no te haya dado ningún calibre, aun así deberías aceptar alegremente este hecho y, con las condiciones inherentes de las diversas capacidades que Dios te ha dado, cumplir bien el deber de un ser creado. Otro aspecto es que, incluso si el calibre que Dios les concede a las personas no es muy bueno —si es solo el propio de las personas corrientes— y las capacidades que les concede en todos los aspectos son promedio o incluso escasas, todavía se pueden lograr y obtener las verdades más básicas que deberían practicar y que Dios les enseña, si están dispuestas a dedicar su corazón a practicarlas. Aunque tu calibre sea muy escaso y tu capacidad de comprensión, tu capacidad de aceptar las cosas, tu capacidad de emitir juicios y tu capacidad para identificarlas sean muy malas o incluso inexistentes, en tanto que poseas la humanidad y razón más básicas, las tareas y trabajos que Dios te encomiende se pueden completar y hacer bien. Asimismo, el camino más básico de temer a Dios y evitar el mal, lo que Dios requiere de las personas, es algo que puedes seguir, que puedes obtener y lograr. Por tanto, Dios nunca ha pretendido darte muy buen calibre. Si Dios te diera buen calibre y algunas capacidades especiales, si te permitiera convertirte en un diablo encarnado en el mundo, entonces Dios no te salvaría. ¿Podéis entender el corazón de Dios respecto a este tema ahora? (Sí). Está bien que podáis entenderlo; entenderéis esta verdad y abordaréis correctamente vuestro propio calibre, no habrá más dificultades a este respecto. A partir de ahora, la gente debería hacer simplemente lo que le corresponde. Aunque se trate de un único trabajo, dedica tu corazón y esfuerzo a hacerlo bien y no falles a la hora de estar a la altura de las expectativas que Dios tiene hacia ti. ¿Lo entiendes? (Sí). Esto es todo en la charla de hoy sobre este tema. ¡Adiós!
11 de noviembre de 2023