287  Somos testigos de Cristo de los últimos días

I

Al oír la voz de Dios, somos elevados ante Él.

Vemos que Sus palabras son la verdad y que han conquistado nuestros corazones.

A través del juicio y el castigo, se purifica nuestra corrupción.

Creemos firmemente que Dios es la verdad y seguimos Sus pasos de cerca.

Sufrimos toda clase de persecuciones y adversidades,

pero las palabras de Dios nos guían.

Experimentamos en abundancia el amor de Dios

y seguimos a Dios con voluntad de hierro.

Pasamos por pruebas, tribulaciones y refinamientos,

damos testimonios victoriosos para gloria de Dios.

Vemos que ha aparecido el Sol de la justicia y todos somos testigos de Dios.


II

Dios se ha encarnado para salvar al hombre y sufre toda clase de humillaciones.

Sufre el rechazo y soporta malentendidos sin quejas ni lamentos.

Somos como el polvo, pero Dios nos eleva

y obtenemos la verdad y vida; este es verdaderamente el gran amor de Dios.

Practicamos ser personas honestas y vivimos a semejanza humana.

Cumplimos bien el deber para retribuir el amor de Dios.

Para difundir y testimoniar del evangelio del reino,

ofrendamos nuestra lealtad para satisfacer a Dios.

Cualesquiera que sean las adversidades, no nos quejaremos;

solo buscamos amar a Dios en cuerpo y alma.

Pasamos por pruebas, tribulaciones y refinamientos,

damos testimonios victoriosos para gloria de Dios.

Vemos que ha aparecido el Sol de la justicia y todos somos testigos de Dios.

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