67. Detrás de la búsqueda del liderazgo

Por Su Wei, China

Después de que empecé a creer en Dios, vi que los líderes de la iglesia a menudo tenían pláticas con los hermanos y hermanas para resolver sus estados. Algunos de ellos tenían calibre y dones, y otros eran capaces de hacer renuncias y esforzarse. Creía que sin duda Dios aprobaba a esas personas y tenían esperanza de recibir la salvación. En marzo de 2021, me eligieron líder en la iglesia. Me sentí muy bien por dentro, y pensé que si continuaba mi búsqueda de esta manera, tendría un futuro brillante en la casa de Dios y podría ganar Su aprobación. Sin embargo, no esperaba que más tarde me destituyeran porque mi escaso calibre significaba que no podía hacer trabajo real. Esta noticia me cayó como un rayo, y no podía dejar de llorar. Pensé: “Un calibre deficiente es un problema fatal. ¿No significa eso que no tendré la oportunidad de ser líder en el futuro?”. Después de más de un mes, la iglesia me asignó la responsabilidad del trabajo de asuntos generales. Sentí que al cumplir mi deber en esta área, solo estaría involucrada en algunos asuntos generales todo el día, y no sería beneficioso para mi entrada en la vida. No sería como cumplir el deber de líder, donde una puede formarse para resolver diversos problemas, obtener más verdades y tener una mayor oportunidad de ser salva. En particular, me sentí muy mal cuando me encontré con la hermana con la que una vez colaboré y la escuché hablar de las cosas que sucedían en las reuniones. Pensé que poder cumplir el deber de líder como ella era realmente grandioso, pero yo solo podía hacer el trabajo de asuntos generales, lo cual no me gustaba. Cuando recordaba que los líderes superiores habían dicho que mi calibre era deficiente y que carecía de las condiciones para ser líder, sentía angustia en el corazón y lloraba en silencio. Me parecía que mi futuro era sombrío, y mis posibilidades de ser salva, escasas. No podía reunir ninguna energía para cumplir mi deber, y solo trabajaba mecánicamente, sin lograr ningún resultado. Más tarde, me di cuenta de que mi estado era incorrecto, y empecé a reflexionar: “¿Por qué tengo una sensación de pérdida cuando veo a otros ser líderes? ¿Qué es exactamente lo que estoy buscando en mi fe en Dios?”.

Un día, leí dos pasajes de las palabras de Dios y logré entender un poco mi estado. Dios Todopoderoso dice: “Cuando destituyen a un anticristo, su primera reacción es sentirse como si le hubiera caído un rayo encima, como si el cielo se hubiera desplomado y su mundo se hubiera desmoronado. Aquello en lo que había depositado sus esperanzas ha desaparecido, al igual que la posibilidad de vivir con todos los beneficios del estatus, junto con el impulso que lo lleva a descontrolarse y cometer maldades. Esto es lo que le resulta más inaceptable. […] Cuando piensa que sus esperanzas de ser bendecido se han esfumado o han menguado de manera considerable, es como si la cabeza estuviera a punto de explotarle, como si le aporrearan el corazón con un martillo y le resulta tan doloroso como recibir un corte con un cuchillo. Cuando está a punto de perder la bendición de entrar en el reino de los cielos que tanto ha anhelado día y noche, le parece una noticia terrible que ha surgido de la nada. Para un anticristo, no tener ningún estatus equivale a no tener ninguna esperanza de ser bendecido y se convierte en una especie de cadáver andante, su cuerpo se transforma en un cascarón vacío, desprovisto de alma, sin nada que guíe su vida. No tiene ninguna esperanza ni nada que ansiar. Cuando un anticristo se enfrenta a que lo dejen en evidencia y lo destituyan, lo primero que se le ocurre es que ha perdido cualquier esperanza de ser bendecido. Así pues, llegado a este punto, ¿simplemente renunciaría a sus planes? ¿Estaría dispuesto a someterse? ¿Aprovecharía esta oportunidad para renunciar a su deseo de recibir bendiciones, para desprenderse del estatus, para ser por voluntad propia un seguidor normal, para ser de buen grado mano de obra para Dios y para cumplir bien su deber? (No). ¿Podría ser este un punto de inflexión para él? ¿Serviría este punto de inflexión para que él evolucionara en una buena dirección y de manera positiva, o para que evolucionara en una dirección peor y de forma negativa? Teniendo en cuenta la esencia-naturaleza de un anticristo, es evidente que ser destituido no supone en absoluto que vaya a empezar a desprenderse de su deseo de recibir bendiciones y a amar y a buscar la verdad. Por el contrario, se esforzará aún más por luchar por la oportunidad y la esperanza de ser bendecido; se aferrará a cualquier oportunidad que pueda reportarle bendiciones, que pueda ayudarlo a resurgir y que le permita recuperar su estatus. Por este motivo, al enfrentarse a una destitución, aparte de sentirse molesto, decepcionado y hostil, un anticristo también luchará con uñas y dientes contra ella y se esforzará por dar la vuelta a la situación y cambiarla(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 12: Quieren retirarse cuando no tienen estatus ni esperanza de recibir bendiciones). “Esta clase de personas no persiguen la verdad; sin embargo, siempre quieren que las asciendan y les asignen un rol importante en la casa de Dios. En su corazón, creen que cuanta más capacidad laboral tenga una persona, cuantas más posiciones importantes reciba, cuanto más la asciendan y estimen en la casa de Dios, más oportunidades tendrá de recibir bendiciones, una corona y recompensas. Creen que si alguien carece de capacidad de trabajo o no tiene un punto fuerte concreto, no está cualificado para ser bendecido. Piensan que los dones de una persona, sus puntos fuertes, habilidades y aptitudes, su nivel de formación y capacidad laboral e, incluso, las supuestas fortalezas y los méritos de su humanidad que se valoran en el mundo, como su determinación para superar a los demás y su actitud indómita, pueden servir como capital para recibir bendiciones y recompensas. ¿Qué clase de norma es esta? ¿Es una norma que se ajusta a la verdad? (No). No concuerda con los estándares de la verdad. Así pues, ¿acaso no es esta la lógica de Satanás? ¿Acaso no es la lógica de una era perversa y de tendencias mundanas perversas? (Lo es). A juzgar por la lógica, los métodos y los criterios que esta clase de personas utilizan para evaluar las cosas, junto con su actitud y su enfoque hacia las mismas, parecería como si nunca hubieran oído ni leído las palabras de Dios, como si las ignoraran por completo. Pero, en realidad, escuchan, leen y oran-leen las palabras de Dios todos los días. Así pues, ¿por qué no cambia nunca su perspectiva? Una cosa es segura: por mucho que escuchen o lean las palabras de Dios, nunca estarán convencidas en su fuero interno de que las palabras de Dios son la verdad y el criterio para medirlo todo; no entenderán ni aceptarán este hecho en su corazón. Por este motivo, por muy absurda y distorsionada que pueda ser su perspectiva, se aferrarán a ella para siempre y por muy acertadas que sean las palabras de Dios, las rechazarán y las condenarán. Esta es la naturaleza cruel de los anticristos. En cuanto no logran un rol importante ni se cumplen sus deseos y ambiciones, se revelan sus pezuñas hendidas, su naturaleza cruel se muestra por sí misma y quieren negar la existencia de Dios. En realidad, incluso antes de refutar la existencia de Dios, niegan que Sus palabras sean la verdad(La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 12: Quieren retirarse cuando no tienen estatus ni esperanza de recibir bendiciones). Dios expone que una vez que los anticristos son destituidos, creen que no tienen esperanza de ganar bendiciones. No solo son incapaces de someterse y reflexionar sobre sí mismos, sino que incluso se vuelven negativos y se resisten, alimentando vanas ilusiones de resurgir y recuperar el estatus. Los anticristos usan la lógica satánica para evaluar a las personas, los acontecimientos y las cosas. Creen que cuanto más los promueve y valora la casa de Dios, mayor es su oportunidad de recibir bendiciones y una corona. Mientras reflexionaba sobre las palabras de Dios, me di cuenta de que mi comportamiento después de ser destituida era exactamente como el de un anticristo, y mi forma de ver las cosas era exactamente la misma que la de un anticristo. Pensé en por qué me importaba tanto el estatus de ser líder. Era porque creía que, si me ascendían a líder en la casa de Dios, podría formarme en el uso de la verdad para resolver problemas todos los días, mi crecimiento en la vida sería rápido, y tendría una mayor oportunidad de ser salva y ganar bendiciones. Por lo tanto, envidiaba y admiraba a las personas que eran líderes. Cuando me eligieron líder, me puse muy feliz, y pensé que mi fe en Dios tenía un futuro brillante. Durante el tiempo que fui líder, soporté todo el arduo trabajo sin quejarme y protegí cuidadosamente mi estatus de líder, pues me daba terror que me revelaran y destituyeran. Cuando los líderes me destituyeron, diciendo que tenía un calibre deficiente y carecía de las condiciones necesarias para ser líder, me cayó como un rayo. Creía que un calibre deficiente era un problema fatal, y que podría no volver a tener la oportunidad de que me ascendieran y valoraran en el futuro, así que sentía una gran angustia en mi corazón. Creía que mi futuro como creyente en Dios era sombrío y que mi esperanza de recibir bendiciones era escasa. Como tenía estos pensamientos e ideas equivocados, cuando me asignaron el deber de asuntos generales, creía que este deber solo significaba estar ocupada con asuntos generales externos todos los días y no era beneficioso para que yo obtuviera la verdad y fuera salva. Me desagradaba desde el fondo de mi corazón y no podía reunir ninguna energía para cumplir mi deber. Me di cuenta de que lo que buscaba en mi fe en Dios era estatus y bendiciones. Equiparaba el estatus con las bendiciones, y una vez que perdía mi estatus, sentía que había perdido toda esperanza de ganar bendiciones, y sufría un dolor insoportable en el corazón. Había estado evaluando las cosas desde una perspectiva satánica. En el mundo no creyente, sucede que cuanto más te ascienden, más te admiran los demás, y más perspectivas de desarrollo tienes. Creía que era lo mismo en la casa de Dios, y que cuanto más te ascendían a líder, más perspectivas de desarrollo tenías, y mayor era tu oportunidad de ser salvo y ganar bendiciones. Esto no concuerda en absoluto con las palabras de Dios. Era claramente consciente de que el deber es una responsabilidad que un ser creado debe cumplir bien. Es algo perfectamente natural y justificado. No debería usarse como moneda de cambio para obtener bendiciones o recompensas. Sin embargo, cuando me destituyeron y me asignaron el deber de asuntos generales, creía que este deber no era beneficioso para que yo ganara bendiciones en mi fe en Dios, así que me quejé de Dios y no llevé ninguna carga en mi deber. Incluso pensé en renunciar a mi deber. Me di cuenta de que mi propia naturaleza era tan egoísta y egocéntrica como la de un anticristo. En cuanto no podía obtener bendiciones, me alejaba de Dios y lo traicionaba. ¡Era tan peligroso!

Más tarde, leí otros dos pasajes de las palabras de Dios: “Muchos no tienen claro lo que significa salvarse. Algunas personas creen que, si llevan creyendo en Dios mucho tiempo, entonces es probable que se salven. Hay quienes piensan que si entienden muchas doctrinas espirituales, entonces es probable que se salven, y los hay que creen que, desde luego, los líderes y obreros se salvarán. Todas estas son nociones y figuraciones humanas. Lo fundamental es que la gente debe entender lo que significa la salvación. Salvarse significa, principalmente, librarse del pecado, librarse de la influencia de Satanás, y volverse a Dios y someterse a Él sinceramente. ¿Qué debéis tener para ser libres de pecado y de la influencia de Satanás? La verdad. Si la gente espera recibir la verdad, debe dotarse de muchas palabras de Dios, ser capaz de experimentarlas y practicarlas, para que pueda comprender la verdad y entrar en la realidad. Será entonces cuando podrá salvarse. No tiene nada que ver que uno pueda salvarse o no con cuánto tiempo lleve creyendo en Dios, con cuánto conocimiento tenga, con si posee dones o fortalezas, o con cuánto sufra. Lo único que guarda relación directa con la salvación es si una persona es capaz o no de recibir la verdad. Así pues, el día de hoy, ¿cuántas verdades has comprendido realmente? ¿Y cuántas palabras de Dios se han convertido en tu vida? De todas las exigencias de Dios, ¿en cuáles has logrado entrar? En tus años de fe en Dios, ¿hasta qué punto has entrado en la realidad de Su palabra? Si no lo sabes o no has logrado entrar en la realidad de ninguna de las palabras de Dios, francamente, no tienes esperanza de salvación. Es imposible que te salves. Da igual que tengas un alto grado de conocimiento o que lleves mucho tiempo creyendo en Dios, tengas buena presencia, hables bien y lleves varios años de líder u obrero. Si no persigues la verdad y no practicas ni experimentas adecuadamente las palabras de Dios, y además careces de un testimonio vivencial real, no hay esperanza de que te salves(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Atesorar las palabras de Dios es la base de la fe en Dios). “En última instancia, que las personas puedan alcanzar la salvación no depende del deber que lleven a cabo, sino de si pueden comprender y obtener la verdad y de si son capaces de finalmente someterse a Dios por completo, de ponerse a merced de Su instrumentación, no tener consideración hacia su propio futuro y sino, y convertirse en seres creados aptos. Dios es justo y santo y estos son los estándares que usa para medir a toda la humanidad. Recuerda: estos estándares son inmutables. Fíjalos en tu mente y no pienses en ningún momento en buscar otra senda para perseguir algo que no es real. Los requisitos y las pautas que Dios tiene para todos los que desean alcanzar la salvación son inalterables para siempre. Son los mismos seas quien seas(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte). Después de reflexionar sobre las palabras de Dios, entendí que Él evalúa si una persona será salva o no, no basándose en qué deber cumple, cuánto sufre o qué dones o habilidades tiene, sino según si puede entender la verdad, obtenerla y someterse absolutamente a la instrumentación y los arreglos de Dios. Dios nunca ha dicho que los líderes tengan una mayor esperanza de salvación. La clave está en ver qué senda recorre una persona. Ser líder significa que entras en contacto con mucha gente y te encuentras con muchas cosas. Si puedes centrarte en perseguir la verdad, tendrás más oportunidades de ganarla y podrás entrar en la realidad-verdad lo antes posible y ser salvo. Si no persigues la verdad, y, como Pablo, solo provees a otros la luz de la verdad mientras tú mismo no la aceptas ni practicas las palabras de Dios, entonces no importa cuántos años cumplas el deber de líder, tu esperanza de salvación seguirá siendo remota. Además, cumplir otros deberes no significa que tengas una menor oportunidad de salvación. No importa qué deber cumplas, siempre que te centres en perseguir la verdad y resolver tus actitudes corruptas, veas a las personas y las cosas, y te comportes y actúes de acuerdo con las palabras de Dios y entres en la realidad de las palabras de Dios, tendrás una oportunidad de salvación. Tal como dice Dios: “Estas personas a las que se asciende y cultiva solo pueden entrar antes en la realidad-verdad debido a su calibre y sus diversas condiciones. Sin embargo, esta entrada temprana no significa que sean los únicos que pueden entrar en la realidad-verdad. Solo significa que pueden obtener antes un poco más y que pueden entrar algo más pronto en la realidad-verdad. Aquellos a los que no se ha ascendido, se quedarán un poco atrás, pero eso no significa que no puedan entrar en la realidad-verdad. Si alguien puede o no entrar en la realidad-verdad depende de sus búsquedas(La Palabra, Vol. V. Las responsabilidades de los líderes y obreros. Las responsabilidades de los líderes y obreros (5)). Pensé en los líderes que conocía de antes. Algunos de ellos tenían cierto calibre y dones, y a menudo resolvían los estados de sus hermanos y hermanas. Sin embargo, ellos mismos no aceptaban la verdad ni la practicaban, y cumplían su deber confiando en sus actitudes corruptas. Trastornaron y perturbaron el trabajo de la iglesia, se negaron obstinadamente a arrepentirse, y al final los echaron. En cambio, algunos hermanos y hermanas cumplen deberes poco notorios, pero se centran en buscar la verdad, practican tanto como entienden, cumplen bien sus deberes lo mejor que pueden y protegen el trabajo de la iglesia. También pueden obtener algunas verdades y ganar la aprobación de Dios. Que una persona pueda ser aprobada por Dios no depende del nivel de líder que sea, sino que lo determina su actitud hacia Dios, la verdad y su deber; depende de si puede recorrer la senda de la búsqueda de la verdad. A partir de esto, también noté la santidad y la justicia del carácter de Dios. Todos son iguales ante la verdad, y si no persigues la verdad, no la practicas, entonces no importa cuán gran líder seas, finalmente no lograrás mantenerte firme. Cuando entendí esto, mi corazón se iluminó. Aunque mi calibre es regular, puedo entender las palabras de Dios, y no importa qué deber cumpla, siempre que me centre en buscar la verdad y practicarla, tengo esperanza de ser salva.

A continuación, leí otros dos pasajes de las palabras de Dios: “Buscar activamente cumplir con el propio deber como un ser creado es la senda hacia el éxito; buscar la senda del amor verdadero a Dios es la senda más correcta; buscar cambios en el viejo carácter propio y buscar el amor puro a Dios, es la senda hacia el éxito. Esa senda hacia el éxito es la senda de la recuperación del deber original y de la apariencia original de un ser creado. Es la senda de la recuperación y también el objetivo de toda la obra de Dios de principio a fin. Si la búsqueda del hombre está manchada con exigencias personales extravagantes y anhelos irracionales, entonces el efecto que se obtenga no será el cambio en el carácter del hombre. Esto entra en conflicto con la obra de recuperación. Indudablemente, no es una obra del Espíritu Santo, y esto demuestra que Dios no aprueba este tipo de búsqueda. ¿Qué importancia tiene una búsqueda que Dios no ha aprobado?(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine). “Como ser creado, el hombre debe procurar cumplir bien con el deber de un ser creado y buscar amar a Dios sin hacer otras elecciones, porque Dios es digno del amor del hombre. Quienes buscan amar a Dios no deben buscar ningún beneficio personal ni aquello que anhelan personalmente; esta es la forma más correcta de búsqueda. Si lo que buscas es la verdad, si lo que pones en práctica es la verdad y si lo que obtienes es un cambio en tu carácter, entonces, la senda que transitas es la correcta. Si lo que buscas son las bendiciones de la carne, si lo que pones en práctica es la verdad de tus propias nociones y no hay un cambio en tu carácter ni eres en absoluto sumiso a Dios en la carne, sino que sigues viviendo en la vaguedad, entonces lo que buscas te llevará sin duda al infierno, porque la senda por la que caminas es la del fracaso. Que seas perfeccionado o descartado depende de tu propia búsqueda, lo que equivale a decir que el éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine(La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine). Después de reflexionar sobre las palabras de Dios, entendí que la senda que tomas al creer en Él es extremadamente importante. Dios exige que las personas cumplan adecuadamente su deber como seres creados y, como Pedro, busquen entender a Dios y amarlo. Solo de esta manera se puede lograr un cambio de carácter y someterse a toda la instrumentación y los arreglos de Dios; una no debe trabajar y esforzarse solo para obtener bendiciones y coronas como Pablo. La búsqueda de Pablo era contraria a las exigencias de Dios. Creyó hasta el final, pero no logró ningún cambio en su carácter, seguía lleno de exigencias y peticiones a Dios, y su naturaleza todavía se resistía y se rebelaba contra Él. Al observarme a mí misma y compararme, vi que estaba recorriendo la senda fallida de Pablo. Siempre había creído que ser líder me daría muchas oportunidades para formarme, lo que me daría más esperanza de ser salva. Por lo tanto, constantemente quería ser líder. Lo que buscaba en mi fe en Dios era obtener bendiciones y una corona, en lugar de perseguir la verdad y cambios en mi carácter. Así que, cuando me destituyeron debido a mi escaso calibre, y sentí que podría no volver a tener la oportunidad de ser líder y mis esperanzas de ganar bendiciones eran escasas, me volví negativa y apática, y no presté ninguna atención a mi deber. Me di cuenta de que no mostraba ninguna sinceridad a Dios en absoluto. Si continuaba por esta senda equivocada, incluso si obtenía el estatus de líder, como no perseguía la verdad, mi carácter-vida no cambiaría y no mostraría ninguna sumisión en absoluto a la instrumentación y los arreglos de Dios; ¿no sería mi desenlace exactamente el mismo que el de Pablo? Cuando entendí esto, agradecí a Dios desde el fondo de mi corazón por disponer tal entorno para revelar la opinión equivocada detrás de mi búsqueda. ¡Esto me estaba salvando! Cuando entendí esto, ya no me sentí afligida por el hecho de que mi calibre es deficiente y carezco de las condiciones necesarias para ser líder. Soy un ser creado, y no debería buscar bendiciones ni tratar de negociar con Dios. En cambio, debería cumplir bien mi deber como ser creado y esforzarme por amar y someterme a Dios. Solo esta es la senda correcta en la vida y la manera en que un ser creado debería ser. Después de eso, mi actitud hacia el deber de asuntos generales se volvió más correcta, y pude cumplir mis deberes con los pies en la tierra. Una vez que mi estado cambió, la eficiencia de mi trabajo también mejoró un poco.

Después, cada vez que había mucho trabajo de asuntos generales, todavía sentía que este deber implicaba principalmente estar ocupada con asuntos externos, y no sería beneficioso para mi entrada en la vida. Sin embargo, sabía que esta opinión era incorrecta, y entonces busqué cómo centrarme en la entrada en la vida mientras cumplía este deber. Leí un pasaje de las palabras de Dios: “¿Experimentáis estados donde, da igual lo que pase, qué clase de deber cumpláis, a menudo sois capaces de guardar la calma ante Dios, de volcaros en meditar Sus palabras, en buscar la verdad y en valorar cómo debéis cumplir con ese deber de acuerdo con las intenciones de Dios y qué verdades debéis poseer para cumplirlo satisfactoriamente? ¿Buscáis la verdad de esta forma en muchos momentos? (No). Para volcaros en el deber y ser capaces de asumir la responsabilidad, hay que sufrir y pagar un precio; no basta simplemente con hablar de estas cosas. Si no os volcáis en el deber, sino que en su lugar siempre queréis esforzaros, es indudable que no cumpliréis correctamente con él. Actuaréis por simple inercia y nada más, y no sabréis si habéis cumplido bien con el deber o no. Si te vuelcas en él, poco a poco llegarás a entender la verdad; si no lo haces, no será así. Cuando te vuelcas de corazón en el cumplimiento del deber y la búsqueda de la verdad, poco a poco podrás llegar a entender las intenciones de Dios, descubrir tu corrupción y tus defectos y dominar tus diversos estados. Cuando solamente te centras en esforzarte y no te vuelcas en hacer introspección, no puedes descubrir tus verdaderos estados internos y las innumerables reacciones y revelaciones de corrupción que tienes en distintos entornos. Si no conoces cuáles serán las consecuencias cuando los problemas queden sin resolver, entonces estás metido en un lío. Por eso no es bueno creer en Dios de una manera confusa. Debes vivir ante Dios en todo momento, en todo lugar; te ocurra lo que te ocurra, debes buscar siempre la verdad y, entretanto, también debes hacer introspección y saber qué problemas hay en tu estado, buscando la verdad de inmediato para resolverlos. Es el único modo de cumplir bien con el deber y evitar retrasar el trabajo. No solo podrás cumplir bien con tu deber, lo más importante es que además tendrás entrada en la vida y serás capaz de corregir tus actitudes corruptas. Es el único modo de que puedas entrar en la realidad-verdad(La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Solo una persona honesta puede vivir con auténtica semejanza humana). A partir de las palabras de Dios, me di cuenta de que obtener la verdad y alcanzar la salvación no depende de qué deberes cumplamos. En cambio, depende de si buscamos los principios-verdad al cumplir nuestros deberes, reflexionamos sobre nuestra propia corrupción y deficiencias, y buscamos la verdad para resolver nuestros propios problemas, con lo que logramos la entrada en la vida al cumplir nuestro deber. Si nos centramos en buscar la verdad y practicar las palabras de Dios al cumplir nuestros deberes, podemos obtener la verdad sin importar qué deber cumplamos. Por ejemplo, ahora estoy más involucrada en el trabajo de asuntos generales. Si hago todo de manera atolondrada y no abordo mi deber a conciencia, es probable que cause trastorno y perturbación al trabajo debido a la actitud superficial causada por mi propio carácter corrupto. Además, cumplir el deber de asuntos generales no significa vivir en el vacío. Todos los días aún me enfrento a personas, acontecimientos y cosas, y esto también hace que revele todo tipo de ideas. Si puedo centrarme en las actitudes corruptas, pensamientos e ideas que revelo a diario, reflexionar sobre mí misma y llegar a conocerme, y entrar en la realidad-verdad, podré aprender muchas lecciones y obtener muchas verdades. Cuando entendí esto, me sentí mucho más tranquila.

Después, al cumplir mi deber me centré en examinar mis pensamientos e ideas todos los días. Cuando me podaban, también buscaba activamente la verdad y veía los testimonios vivenciales de mis hermanos y hermanas, observando cómo otros reflexionaban sobre sí mismos y aprendían lecciones cuando les sucedían cosas. Por ejemplo, anteriormente, mis hermanos y hermanas señalaron que tenía un carácter arrogante y tendía a replicar cuando me sucedían cosas. Lo acepté, reflexioné sobre mí misma y llegué a conocerme, y busqué palabras de Dios sobre este aspecto para leer. También me sinceré sobre mi estado y busqué y discutí con mis hermanos y hermanas cómo resolver mis problemas de impulsividad y de replicar. También suelo sacar tiempo para escribir artículos de testimonios vivenciales, y he ganado un entendimiento más claro y profundo de mi carácter satánico corrupto. Me siento en paz y segura en mi corazón cuando cumplo mi deber de esta manera. Cuanto más practico de esta manera, más aguda se vuelve mi mente. Soy más capaz de descubrir prontamente los problemas en mi deber, y tengo la guía y la bendición de Dios al cumplir mi deber. ¡Gracias a Dios!

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