40. Despedirse de los amargos años de perseguir el dinero, la fama y las ganancias
Nací en una familia rural común y corriente, y las condiciones en que vivíamos eran bastante mediocres. Mi vecino era maestro y su familia había sido adinerada durante generaciones y los respetaban mucho. Les tenía mucha envidia. Cuando era niña, mis vecinos comían fideos mientras que mi familia solo podia comprar pan de maíz. Cuando los vecinos pasaban caminando, todos los aldeanos los saludaban con entusiasmo, pero a nosotros solo nos ofrecían cumplidos superficiales. Los niños del vecino vestían ropa limpia y prolija; cuando miraba mi vieja chaqueta acolchada de algodón, me avergonzaba mucho estar junto a ellos y me sentía realmente inferior. Pensaba: “Cuando crezca, ganaré dinero para mejorar las condiciones de vida de mi familia, así podremos tener una buena vida y el respeto de los demás”. Cuando tenía quince años, sentenciaron a mi padre a siete años de prisión por cuestiones políticas. Como nuestra familia no tenía dinero ni poder, hasta mi tío nos intimidaba e incluso hacía que mi tía le pegara a mi madre por cosas insignificantes. Ver esto llenó mi corazón de odio y alimentó aún más mi deseo de ganar dinero. Sentía que solo haciéndonos ricos los demás dejarían de molestarnos. A menudo oía que la gente decía: “Los pobres no luchan contra los ricos, y los ricos no compiten con los funcionarios. Los ricos pueden usar el dinero para aplastar a los pobres y un funcionario puede matar a un pobre con una sola palabra”. Pensé: “Solo con dinero se puede tener poder, estatus y evitar ser menospreciado e intimidado. ¡Necesito ganar dinero!”. Luego, oí que podía hacer dinero conduciendo un taxi, así que fui a obtener la licencia para conducir. Después de conducir un taxi por un tiempo, me pareció que no estaba ganando lo suficiente. Entonces, comencé a trabajar de vendedora en una empresa y pude ganar miles de yuanes de comisión por cerrar un acuerdo. Para ganar más comisiones, pasaba la mayor parte del tiempo haciendo llamadas, y no descansaba ni siquiera cuando me sentía exhausta y mareada. Aunque tuviera la garganta ronca, no me detenía ni para tomar agua. Mientras el cliente estuviera dispuesto, iba a cualquier hora. A veces llegaba a casa a mitad de la noche, completamente agotada. Sin embargo, cuando pensaba en los miles de yuanes que ganaría de comisión después de cerrar un acuerdo, ya no sentía tanto cansancio.
Después de casarme, en 2002, mi esposo y yo abrimos un restaurante para mejorar las condiciones de vida de nuestra familia. En 2003, se desató el brote de SARS y, después de estar abierto por más de un año, el restaurante ya no generaba ganancias y lo transferimos. Fracasar así no me dejaba conforme, así que abrimos otro restaurante. Sin embargo, por diversos motivos, finalmente no pudimos mantenerlo. Me sentía dolida y desesperada, pero no estaba dispuesta a abandonar, así que me dije: “Por el bien de las vidas de mis familiares y para que la gente deje de menospreciarnos, no puedo rendirme tan fácilmente. Tengo que seguir trabajando duro. ¡Me niego a aceptar no poder ganar dinero!”. Luego, abrimos otro restaurante con mi esposo, y todos los días teníamos tanto trabajo que nunca nos íbamos a dormir antes de medianoche. Para ahorrarnos el sueldo de otro empleado, yo lavaba la vajilla, trapeaba los pisos y limpiaba incluso estando embarazada de mi segundo hijo. Luego, cuando mi hijo cumplió un mes de vida, regresé a trabajar en el restaurante. Con el tiempo, el restaurante tuvo más y más trabajo. Atendíamos docenas de mesas de comensales a diario, y yo tenía que correr de un lado a otro para atenderlos. En el verano, solía tener dolores de cabeza por el calor y estábamos tan ocupados que ni siquiera tenía tiempo para tomar agua. Estaba exhausta física y mentalmente. Pero cuando vi que ganábamos más de 10000 yuanes por día, me puse realmente feliz y pensé que, sin importar lo difíciles o cansadoras que se pusieran las cosas, todo valdría la pena. Trabajando duro compramos un auto, una casa y también pudimos ahorrar algo de dinero. Pensé: “Después de tantos años de adversidades, finalmente puedo mantener la cabeza en alto y vivir con dignidad”. Luego, mi esposo abrió una empresa de inversiones e incluso construyó una fábrica en nuestro pueblo natal. Teníamos tanta ganancia que ni siquiera podíamos contarla. Mi hijo me dijo: “Mamá, ¡el baúl de papá está lleno de dinero!”. Muchas personas empezaron a tratar de ganarse nuestros favores y siempre teníamos a alguien para ayudar con el trabajo en casa. Hasta los funcionarios del gobierno venían a charlar con nosotros. Cuando caminaba por la calle, las personas me saludaban desde lejos y, cuando hablaban de mí, me daban el visto bueno y también decían a mis padres: “Su hija es realmente impresionante; en apenas un año construyó tres casas, ¡además de las dos fábricas y el restaurante que ya había construido en la ciudad! ¡Increíble!”. Oír que la gente decía esto me hacía sentir verdaderamente satisfecha y pensaba: “Tener dinero es genial. ¡Por fin puedo honrar a mis padres! Siempre hay que apuntar alto porque, cuando tienes dinero, las personas comienzan a verte con otros ojos. Como suele decirse: ‘Cuando eres pobre en la ciudad nadie se preocupa por ti, pero cuando eres rico en las montañas, ¡encuentras familiares que no sabías que tenías!’. Después de tantos años de trabajo duro, finalmente puedo mantener la cabeza en alto”.
Disfruté vivir así durante dos o tres años, pero, aunque teníamos dinero, propiedades y todo lo que necesitábamos, y el resturante, la empresa y las fábricas funcionaban sin contratiempos, siempre sentía un vacío en el corazón. Mi esposo a menudo salía a comer, beber y divertirse con clientes, y a menudo pasaba toda la noche fuera. Estaba cada vez más ausente en casa y no cuidaba a los niños. Era muy raro que pudiéramos comer juntos como una familia. Habíamos ganado dinero, pero habíamos perdido el sentimiento del hogar. Mi corazón albergaba una mezcla de emociones y un profundo sentimiento de inquietud. Cuando tenía tiempo libre, me aburría y no encontraba nada para hacer más que deambular para pasar el rato. Poco después, las inversiones de mi esposo se vinieron abajo y lo detuvieron por estar involucrado en un caso financiero. La fábrica ya no podía operar y resultó que la gerencia de la empresa había desfalcado decenas de millones de fondos. No tuvimos otra opción más que vender nuestros autos y propiedades para pagar las deudas. Incluso tuvimos que vender el restaurante que manejaba yo. Después de este incidente en nuestra familia, tanto amigos como familiares mantuvieron distancia, nos miraban fríamente y se burlaban de nosotros. En medio del sufrimiento, descubrí que mi esposo había estado teniendo una aventura amorosa. Sentí que me había caído un rayo de repente. Todos estos reveses de la fortuna fueron difíciles de aceptar para mí y clamé en mi corazón: “Oh, Dios, ¿será esta mi suerte?”. Estaba sumida en una agonía y desesperación tan profundas que no podía dormir por las noches y no tenía a nadie con quien compartir el dolor de mi corazón.
No podía aceptar que todos mis años de trabajo duro terminaran en la ruina, así que quería encontrar a alguien con quien abrir una fábrica. Sin embargo, nunca encontré a la persona adecuada. Entonces, pedí dinero prestado a fin de comprar un auto y comencé un negocio de taxis para ganar dinero. Debido a mi frugalidad, exigencia mental constante, mala dieta y falta de sueño, mis vasos sanguíneos se endurecieron y comencé a tener altos los lípidos en sangre y la presión arterial. También me aparecieron nódulos tiroideos. Después, mis salud empeoró aún más. Me lagrimeaban los ojos en el viento, tenía visión borrosa y a menudo se me hinchaba la cabeza y sentía una opresión en el pecho. Cuando los dolores de cabeza se agravaban, tenía que conducir con solo una mano en el volante y sujetándome la nuca con la otra. No me esperaba que, dos años después, todo el dinero que había ganado conduciendo me lo robara mi sobrino. Así, en un abrir y cerrar de ojos, se esfumaron todos los ahorros que me habían costado años de vida. Me sentía completamente desconsolada e indefensa. Con el tiempo, mi cuerpo no pudo soportarlo más y tuve que detenerme a descansar para recuperarme. En mi tranquila soledad, pensé: “Trabajé muy duro para ganar dinero todos estos años, pero, al final, no gané nada y terminé con el cuerpo lleno de enfermedades. ¿Estoy destinada a pasar la vida sin ser capaz de ganar dinero?”. En medio de mi dolor, mientras luchaba al borde de la desesperación, llegó a mí el evangelio de Dios Todopoderoso de los últimos días.
En marzo de 2021, un amigo me dio testimonio del evangelio de Dios Todopoderoso de los últimos días. Dijo que Dios se había encarnado nuevamente y que había llevado a cabo una nueva etapa de obra. También que estaba pronunciando palabras para juzgar y purificar a las personas y, en última instancia, devolverlas a la semejanza con la que Él las había creado originalmente y devolver la vida humana a como era en el Jardín de Edén. Me sentí muy feliz después de escuchar esto y, tras un período de investigación, acepté la nueva obra de Dios. Luego, leí las palabras de Dios: “Dios usa Su vida para proveer a todas las cosas, tanto vivas como inertes, y trae el orden en virtud de Su poder y autoridad. Este es un hecho que nadie puede concebir ni comprender, y estos hechos incomprensibles son la manifestación misma y el testimonio de la fuerza vital de Dios. Ahora bien, déjame contarte un secreto: la grandeza y el poder de la vida de Dios son insondables para cualquier ser creado. Es así ahora, como lo fue en el pasado, y así será en el tiempo por venir. El segundo secreto que impartiré es este: la fuente de la vida para todas las criaturas viene de Dios; sin importar lo diferentes que puedan ser en forma o estructura de vida, y sin importar el tipo de ser vivo que seas, ninguna criatura puede ir en contra de la trayectoria de vida que Dios ha establecido. En cualquier caso, todo lo que deseo es que el hombre entienda esto: sin el cuidado, la protección y la provisión de Dios, el hombre no puede recibir todo lo que estaba destinado a recibir, sin importar con cuánta diligencia lo intente o lo mucho que se esfuerce. Sin la provisión de vida de Dios, el hombre pierde el valor de vivir y el significado de la vida. ¿Cómo podría Dios permitirle al hombre, que desperdicia frívolamente el valor de Su vida, ser tan despreocupado? Como he dicho antes: no olvides que Dios es la fuente de tu vida” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios es la fuente de la vida del hombre). Después de leer las palabras de Dios, estaba realmente conmovida y comprendí que Dios es soberano sobre todas las cosas y controla el porvenir de la humanidad. Las personas no pueden alcanzar lo que Dios no haya predestinado para ellas, no importa cuánto lo intenten. Yo había pensado que mis manos eran igual de capaces que las de los demás y que, si otros podían hacer algo, entonces yo también podía hacerlo. Pero, después de todos mis años de trabajo duro, aunque gané algo de dinero y logré comprar autos, propiedades, una empresa y activos, en cuanto tuve un poco de éxito, todo se desvaneció en un instante. Luego, el dinero que gané durante dos años conduciendo un taxi se lo robó mi sobrino. Finalmente comprendí que las personas no pueden cambiar su suerte y que, en esta vida, no puedo obtener lo que no me esté destinado, sin importar cuánto me esfuerce. Cuando me di cuenta de esto, mi corazón al fin tuvo paz y sentí calma. Había vivido con ese dolor porque no reconocía la soberanía de Dios y siempre luchaba contra la suerte. Después de leer Sus palabras, comprendí que Él predestina todo y que solo soy un ser creado insignificante y debo someterme a la soberanía y los arreglos de Dios.
Luego, leí las palabras de Dios: “En el vasto mundo, los océanos se desbordan en los campos y los campos se desbordan en los océanos innumerables veces. Excepto por Él, que tiene soberanía sobre todo entre todas las cosas, no hay nadie que sea capaz de guiar y dirigir a esta raza humana. No hay ‘poderoso’ que se esfuerce o haga los preparativos para esta raza humana, y mucho menos hay alguien que pueda llevar a esta raza humana al destino de la luz y liberarla de las injusticias terrenales. Dios lamenta el futuro de la especie humana, se aflige por la caída de la especie humana y le duele que esta se dirija, paso a paso, hacia la decadencia y la senda sin regreso” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Dios es la fuente de la vida del hombre). “La humanidad, desviada de la provisión de vida del Todopoderoso, no conoce el propósito de la existencia, pero teme a la muerte, a pesar de ello. La humanidad no tiene quien la ayude ni en quien apoyarse, pero las personas siguen renuentes a cerrar los ojos; y se arman de valor para apuntalar sacos de carne que carecen de todo sentido de su propia alma mientras prolongan una existencia innoble en este mundo. Tú vives de esta manera, sin esperanza, como hacen otros, sin ningún objetivo. Solo el Santo de la leyenda vendrá a salvar a las personas que, gimiendo en su sufrimiento, anhelan desesperadamente Su llegada. Hasta ahora, esta creencia no se ha realizado en aquellos que no tienen conciencia. No obstante, las personas siguen anhelando que así sea. El Todopoderoso tiene misericordia de estas personas que han sufrido profundamente. Al mismo tiempo, siente aversión hacia estas personas que no tienen ninguna conciencia en absoluto, porque ha tenido que esperar demasiado para obtener una respuesta por parte de la gente. Él desea buscar, buscar tu corazón y tu espíritu, y traerte alimento y agua para que te despiertes y ya no tengas sed ni hambre. Cuando estés cansado y cuando sientas algo de la desolación de este mundo, no estés perdido, no llores. Dios Todopoderoso, el Vigilante, acogerá tu llegada en cualquier momento. Está vigilando a tu lado, esperando que des marcha atrás. Está esperando el día en el que recuperes la memoria de repente: cuando seas consciente del hecho de que viniste de Dios, que, en un momento desconocido, perdiste el rumbo, en un momento desconocido, perdiste el conocimiento a lo largo del camino y en un momento desconocido, adquiriste un ‘padre’. Además, cuando te des cuenta de que el Todopoderoso ha estado siempre vigilando en ese lugar, esperando durante mucho, mucho tiempo tu regreso. Él ha estado vigilando con un anhelo desesperado, esperando una respuesta sin tenerla. Su vigilancia y espera no tienen precio y son por el corazón y el espíritu de los seres humanos. Tal vez esta vigilancia y espera sean indefinidas y, quizá, ya estén llegando a su fin. Pero tú debes saber exactamente dónde se encuentran tu corazón y tu espíritu en este momento” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. El suspiro del Todopoderoso). Después de leer las palabras de Dios, estaba muy conmovida y llena de una sensación de calidez. Comprendí que Dios había estado esperando mi regreso todo ese tiempo. En un principio había estado enfocada en perseguir el dinero y en lo único que pensaba era ¡dinero, dinero, dinero! La apertura del restaurante y el fracaso de nuestra empresa de inversiones, junto con las miradas frías de amigos y familiares y la infidelidad de mi esposo, todo me causaba un dolor y una desesperación tales, que llegué al punto de querer morir. Pero cuando pensé en los ancianos y los niños en casa, abandoné la idea de quitarme la vida. Luego, cuando conducía el taxi, a menudo tenía dolores de cabeza e incluso la presión arterial me llegaba a los 170 mmHg, pero no lograba detenerme y descansar. A fin de obtener fama y ganancias y que los otros me estimaran, me obligaba a continuar ganando dinero a pesar de mi enfermedad. Pensé en un colega que un día había estado conduciendo y al siguiente había muerto de un derrame cerebral. Sin embargo, a mí no me había ocurrido ningún accidente. Todo esto era el cuidado y la protección de Dios. Estaba en el punto más bajo de mi vida. Los negocios familiares estaban en bacarrota, mi esposo me había traicionado, mis amigos y familiares me trataban con frialdad e incluso mi madre se preocupaba solo por la boda de su nieto y a mí me ignoraba. Todas estas cosas me hicieron ver que, en resumidas cuentas, a las personas solo les importan el dinero y los beneficios, y que el afecto familiar no existe en realidad. La obra de Dios de los últimos días llegó a mí en medio del dolor y la indefensión, oí Su voz y regresé ante Él. Después de pasar por esto, vi que Dios me había estado cuidando y protegiendo en silencio y sentí Su amor real.
En la primera mitad de 2022, estaba cumpliendo mis deberes en la iglesia, y predicaba activamente el evangelio a mi amigos y familiares y los traía ante Dios. Un profundo sentimiento de satisfacción colmaba mi corazón. Luego, leí las palabras de Dios: “‘El dinero mueve el mundo’ es una filosofía de Satanás. Prevalece en toda la humanidad, en cada sociedad humana; podríais decir que es una tendencia. Esto se debe a que se ha introducido en el corazón de cada persona que, al principio, no aceptaba este dicho, pero luego lo aceptó tácitamente cuando entró en contacto con la vida real, y empezó a sentir que estas palabras eran de hecho ciertas. ¿Acaso no es este un proceso por el que Satanás corrompe al hombre? Quizás las personas no entiendan este dicho en el mismo grado, pero cada uno tiene diferentes grados de interpretación y reconocimiento de este dicho en base a cosas que han acontecido a su alrededor y a sus propias experiencias personales, ¿no es ese el caso? Independientemente de cuánta experiencia tenga alguien con este dicho, ¿cuál es el efecto negativo que puede producir en el corazón de alguien? Algo es revelado por medio del carácter humano de las personas en este mundo, incluyéndoos a todos y cada uno de vosotros. ¿Qué es? Es la adoración al dinero. ¿Es difícil eliminar esto del corazón de alguien? ¡Es muy difícil! ¡Parece que la corrupción del hombre por parte de Satanás es realmente profunda! Satanás utiliza el dinero para tentar a la gente y la corrompe para que adore el dinero y venere las cosas materiales. ¿Cómo se manifiesta esta adoración por el dinero en las personas? ¿Os parece que no podríais sobrevivir sin dinero en este mundo, que pasar un solo día sin dinero sería imposible? El estatus de las personas y el respeto que imponen se basan en el dinero que tienen. Las espaldas de los pobres se encorvan por la vergüenza, mientras que los ricos disfrutan de su elevada posición. Se alzan llenos de soberbia, hablando en voz alta y viviendo con arrogancia. ¿Qué aportan a las personas este dicho y esta tendencia? ¿No es cierto que mucha gente realiza cualquier sacrificio en su búsqueda del dinero? ¿No sacrifican muchos su dignidad y su integridad en la búsqueda de más dinero? ¿No pierde mucha gente la oportunidad de cumplir con su deber y seguir a Dios por culpa del dinero? ¿Acaso perder la oportunidad de recibir la verdad y ser salvadas no es la mayor pérdida de todas para las personas? ¿No es Satanás siniestro al usar este método y este dicho para corromper al hombre hasta ese punto? ¿No es una artimaña malévola?” (La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único V). “Satanás usa fama y ganancia para controlar los pensamientos del hombre hasta que todas las personas solo puedan pensar en ellas. Por la fama y la ganancia luchan, sufren dificultades, soportan humillación, y sacrifican todo lo que tienen, y harán cualquier juicio o decisión en nombre de la fama y la ganancia. De esta forma, Satanás ata a las personas con cadenas invisibles y no tienen la fuerza ni el valor de deshacerse de ellas. Sin saberlo, llevan estas cadenas y siempre avanzan con gran dificultad. En aras de esta fama y ganancia, la humanidad evita a Dios y le traiciona, y se vuelve más y más perversa. De esta forma, entonces, se destruye una generación tras otra en medio de la fama y la ganancia de Satanás. Consideremos ahora las acciones de Satanás, ¿no son sus siniestros motivos completamente detestables? Tal vez hoy no podáis calar todavía sus motivos siniestros, porque pensáis que uno no puede vivir sin fama y ganancia. Creéis que, si las personas dejan atrás la fama y la ganancia, ya no serán capaces de ver el camino que tienen por delante ni sus metas, que su futuro se volverá oscuro, tenue y sombrío. Sin embargo, poco a poco, todos reconoceréis un día que la fama y la ganancia son grilletes enormes que Satanás usa para atar al hombre. Cuando llegue ese día, te resistirás por completo al control de Satanás y a los grilletes que Satanás usa para atarte. Cuando llegue el momento en que desees deshacerte de todas las cosas que Satanás ha inculcado en ti, romperás definitivamente con Satanás y detestarás verdaderamente todo lo que él te ha traído. Sólo entonces la humanidad sentirá verdadero amor y anhelo por Dios” (La Palabra, Vol. II. Sobre conocer a Dios. Dios mismo, el único VI). Las palabras de Dios explican claramente la raíz del sufrimiento humano. Las personas viven sus vidas persiguiendo el dinero, la fama y las ganancias. Estas cosas son grilletes invisibles que Satanás coloca a las personas para que persigan ciegamente el dinero, la fama y las ganancias, incluso al punto de sacrificarlo todo; en última instancia, se distancian de Dios y lo traicionan. Había estado influenciada por venenos satánicos y vivía según los puntos de vista de que “El dinero no da la felicidad, pero ayuda”, “El dinero mueve el mundo” y “Hay que tener agallas para luchar por la dignidad”. Hice del dinero, la fama y las ganancias el objetivo de mi búsqueda. Desde que era niña, había creído que si tenía dinero, podría tener todo, estar orgullosa de mí misma y ser admirada. Para hacer mucho dinero y destacarme, vendí productos en la calle, conduje un taxi, trabajé de vendedora y, después de casarme, abrí un restaurante. Después de cada fracaso, me negaba a retroceder. Para ahorrar el dinero de un empleado extra, trabajé en el restaurante hasta el día antes de dar a luz. Cuando fui al control, el médico dijo que a mi bebé le faltaba oxígeno y sugirió que fuera al hospital a que me lo suministraran, pero no fui para ahorrar el dinero. Esto hizo que mi hijo naciera con hipoxia cerebral y hubo que llevarlo a una incubadora. A fin de ganar dinero, me pasaba los días rompiéndome la espalda de sol a sol. Logré ganar un poco de dinero, pero mi esposo me engañó y, al final, nuestra familia se destruyó y yo acabé con el cuerpo lleno de enfermedades. Experimenté en carne propia cómo Satanás usó los grilletes invisibles de la fama y las ganancias para controlarme; me era imposible liberarme y eso me hacía vivir con un gran dolor. Me aterrorizaba recordar aquella época porque estuve a punto de perder la vida por perseguir el dinero, la fama y las ganancias. Si no fuera por el cuidado y la protección de Dios, no sé dónde habría terminado muriendo. Al pensar en ello, por perseguir el dinero, la fama y las ganancias tuve por un momento la admiración y el respeto de los demás, pero, al final, fue todo en vano. Si continuaba por esa senda, solo me causaría un dolor sin fin y terminaría siendo devorada por Satanás. Darme cuenta de esto me hizo sentir un poco asustada y estuve dispuesta a desprenderme del dinero, la fama y las ganancias y a seguir a Dios adecuadamente.
Luego, leí más de las palabras de Dios: “Como seres creados, las personas deben ejecutar su deber y, solo entonces, pueden recibir la aprobación del Creador. Los seres creados viven bajo el dominio del Creador y aceptan todo lo que Dios les proporciona, todo lo que viene de Él, así que deben cumplir con sus responsabilidades y obligaciones. Es perfectamente natural y está totalmente justificado y ha sido ordenado por Dios. Esto evidencia que, para la gente, cumplir el deber de un ser creado es más recto, hermoso y noble que ninguna otra cosa que se haga mientras se viva en la tierra; no hay nada en la humanidad más importante ni digno y nada aporta mayor sentido y valor a la vida de una persona creada que cumplir el deber de un ser creado. En la tierra, solo el grupo de personas que cumplen verdadera y sinceramente el deber de un ser creado es el que se somete al Creador. Este grupo no sigue las tendencias mundanas; se someten al liderazgo y la guía de Dios, solo escuchan las palabras del Creador, aceptan las verdades expresadas por Él y viven según Sus palabras. Este es el testimonio más auténtico y rotundo y es el mejor testimonio de creencia en Dios. Para un ser creado, poder cumplir su deber como tal, poder satisfacer al Creador, es lo más hermoso entre la humanidad y algo que se debe difundir como una historia que todos elogien. Cualquier cosa que el Creador encomiende a los seres creados debe ser aceptada incondicionalmente por ellos; para la especie humana es una cuestión tanto de felicidad como de privilegio y, para todo aquel que cumpla el deber de un ser creado, nada es más hermoso ni digno de conmemoración; es algo positivo” (La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 9 (VII)). Por perseguir el dinero, la fama y las ganancias había sufrido mucho, había vivido en un vacío y un dolor muy profundos e incluso había enfermado gravemente. Pero las palabras de Dios me hicieron comprender la verdad y discernir las intenciones malévolas de Satanás de dañar a la gente. Vi el amor y la salvación de Dios para las personas. Sus palabras me orientaron e impidieron que siguiera por la senda incorrecta. Vi que los que estaban a mi alrededor también vivían inmersos en el dolor que traía perseguir el dinero, la fama y las ganancias, y quería dar testimonio del amor de Dios y de Su salvación para mí. De esa manera, quienes atravesaran lo mismo que yo también podrían escapar de su sufrimiento y tener la oportunidad de aceptar las palabras de Dios y ser salvados por Él.
Un día, no mucho después, un amigo que una vez había trabajado conmigo en un proyecto me contactó de repente y me dijo: “¡Reúne de nuevo a tus empleados y pongámoslos a trabajar! Estoy ganando entre 200000 y 300000 yuanes al año. Tú no tienes que preocuparte por la empresa, solo encargarte de tu parte. Eres mejor que yo para los negocios, así que de seguro harás mucho dinero”. Tras oír esto, me sentí un poco envidiosa y tentada. Cuando trabajé en proyectos anteriores, había tenido que contactar a las empresas y encargarme del negocio yo misma. Pero ahora, solo tendría que liderar mi equipo y podría hacer bastante dinero. Inconscientemente, pensé: “Hacen bastante dinero todos los meses. Entonces, si trabajo con ellos, debería poder ganar mucho también. Apenas puedo con los gastos y estoy tapada de deudas en este momento. Todos conocen mi situación, así que, si no hago esto, ¿no se burlarán y me ridiculizarán a mis espaldas?”. Pero luego pensé: “Si trabajo con ellos en los proyectos, no podré creer en Dios y cumplir bien mis deberes, y me arriesgaré a alejarme de Él”. Al recordar aquellos días dolorosos, no quise repetir los mismos errores. Me sentía dolida y en conflicto, y oré a Dios: “Dios, no quiero alejarme de Ti. Por favor, guíame”. Después de orar, pensé en todos los altibajos que había atravesado en el pasado. Cuanto estuve más dolida e indefensa, Dios me concedió Su gracia, me condujo ante Él y usó Sus palabras para guiarme. Eso me permitió comprender que la vida de una persona, pobre o rica, está bajo las órdenes de Dios, sin importar cuánta riqueza tenga. Así, gané algo de entendimiento sobre la soberanía de Dios y pude salir de mi dolor. Tuve la suerte de cumplir mi deber como ser creado y esto fueron la exaltación de Dios y Su gracia sobre mí. Si continuaba persiguiendo el dinero, la fama y las ganancias, no estaría a la altura del amor de Dios y Sus intenciones meticulosas para mí. Después de mucha reflexión, rechacé la oferta de mi amigo. Luego, sin importar cómo intentaran persuadirme, mi corazón se mantuvo firme. Estaba decidida a no volver a dejar nunca a Dios para perseguir el dinero, la fama y las ganancias. Quería creer en Dios adecuadamente, cumplir bien mis deberes y retribuir el amor de Dios. Desde entonces, he estado cumpliendo mis deberes en la iglesia. ¡Gracias a Dios!