89. Lo que hay detrás del miedo a informar de los problemas
En 2014, yo producía videos en la iglesia. Yang Min era la supervisora en ese momento. Una vez, noté que una sugerencia de Yang Min para un video no era del todo apropiada, así que expresé una opinión diferente, pero ella insistió en su opinión. Le dije que podíamos buscar que los líderes nos orientaran, pero no esperaba que Yang Min me acusara, tanto explícita como implícitamente, de ser arrogante y no aceptar sus sugerencias. En ese momento, me sentí muy confundida. “El objetivo de consultar a los líderes es buscar y aclarar los principios para hacer bien el video. ¿Cómo puedes decir que soy arrogante?”. Más tarde, Yang Min ascendió a Li Ping a líder de equipo a cargo de nuestro trabajo. Durante esa época, estábamos planeando hacer un video bastante difícil y esperábamos que Li Ping pudiera hablarnos más sobre principios e ideas de producción. Pero, tras interactuar con ella, vi que, en realidad, Li Ping no hacía mucho trabajo real. Rara vez se interesaba por nuestro trabajo y, además, la mayoría de las veces nos guiaba a hacer videos basándose en sus sentimientos, sin ningún principio. Revisábamos los videos, una y otra vez, según sus sugerencias, lo que dificultaba seriamente el progreso. Entonces, hice una sugerencia a Li Ping y le pedí que incorporara los principios relevantes en su plática, ya que solo así sería más fácil lograr resultados y no tener que volver a hacer las cosas. Pero Li Ping no solo no aceptó esta sugerencia, sino que también argumentó en su contra. Hasta me podó por ser arrogante y aferrarme a mis propias ideas. Pensé: “Están ocurriendo problemas y desviaciones en el trabajo, pero ella no nos guía para resumirlos y cambiar las cosas ni señala una senda de práctica. Solo nos reprende y regaña. Además, cuando los hermanos y hermanas le hacen sugerencias razonables, no las acepta. No está cumpliendo en absoluto con sus responsabilidades como líder de equipo”. Quise plantearle este problema a Li Ping, pero también sentía que ella era muy autoritaria y pensé: “Si le señalo su problema, ¿pensará que soy demasiado arrogante y que no la obedezco?”. Al final, me mordí la lengua. De forma inesperada, después, Li Ping nos echó toda la culpa de los malos resultados del trabajo de video y solía regañarnos y podarnos. Todo el mundo estaba en un mal estado.
Un día, Li Ping comparó nuestro video con el de otro grupo y nos sometió a un aluvión de comentarios sarcásticos y burlas. Sentí que Li Ping estaba predispuesta contra nosotras y que siempre nos buscaba el defecto más insignificante para regañarnos. Todas nos sentíamos bajo mucha presión por los ataques de Li Ping y una hermana se volvió tan negativa que ya no quería seguir cumpliendo su deber allí. Me sentía muy triste y enfadada por dentro. Pensaba que Li Ping no hacía trabajo real; sin embargo, se dedicaba a podar y a criticar a ciegas a las personas. Yo ya no podía seguir haciendo la vista gorda. Al día siguiente, le señalé a Li Ping su problema de podar a la gente a la ligera. De forma inesperada, Li Ping siguió defendiendo su postura y hasta dijo que el problema lo tenían los demás. Entonces, le señalé su problema a través de los principios sobre los líderes y obreros, y dije: “Deberías hablar sobre la verdad para resolver los problemas de tus hermanos y hermanas. Si solo los podas y los reprendes, no solo no resolverás el problema, sino que, además, los harás sentirse limitados. Además, deberías escuchar las sugerencias que ellos te hacen”. En ese momento, ella lo aceptó, pero con el ceño fruncido. Lo que yo no esperaba era que, después, buscara un pasaje de las palabras de Dios que exponía sobre la arrogancia y la vanidad para que lo leyéramos. Sentí vagamente en mi corazón que algo estaba mal: ella no resolvía los problemas reales y, en su lugar, siempre nos hacía reflexionar sobre nosotras mismas, lo que significaba que, a ella, nadie la discerniría. Tenía muchas ganas de exponer sus problemas, pero luego pensé en que Li Ping nunca había aceptado con humildad las sugerencias de los demás y que también tenía una mala humanidad. Una vez, se predispuso en contra de una hermana de acogida y la juzgaba constantemente delante de nosotras. Pensé: “Si le señalo sus problemas directamente, ¿se predispondrá en mi contra y me juzgará dondequiera que vaya? Entonces, ¿no acabaría arruinada y con mi reputación hecha añicos?”. Cuando pensé eso, tuve miedo y no me atreví a señalar los problemas de Li Ping. Hasta le seguí la corriente y reflexioné sobre mí misma. Después, sentí remordimiento en el corazón y me pregunté por qué me sentía tan agraviada. Más adelante, en las reuniones, Li Ping no hablaba sobre cómo había reflexionado sobre sí misma y se había entendido. En cambio, decía que había conseguido buenos resultados cuando guiaba el trabajo de video de otros grupos y que todos los hermanos y hermanas la recibían con entusiasmo. Lo que insinuaba era que nosotras siempre estábamos en desacuerdo con ella porque éramos demasiado arrogantes para aceptar sus consejos. Tenía muchas ganas de señalar sus problemas, pero temía que, si lo hacía, ella quedaría mal y me reprimiría, así que no dije nada.
Más adelante, vi que Li Ping no paraba de tomarme de punto y excluirme constantemente. Una vez, cuando volvía a casa después de una reunión, compré algunas cosas para mis hermanas, por lo que regresé un poco tarde. Entonces, Li Ping me diseccionó delante de los hermanos y hermanas durante una reunión y dijo que yo estaba aprovechando la oportunidad de ir a las reuniones para disfrutar de los placeres carnales. Li Ping solía diseccionarme y podarme premeditadamente buscándome defectos y exagerando mucho las cosas. Me sentía realmente pésimo y oprimida. Ya ni siquiera quería seguir cumpliendo mi deber allí. Sin embargo, cuando pensaba en que abandonar mi deber era traicionar a Dios, me sentía intranquila, así que, mediante la oración, no abandoné mi deber. Reflexioné sobre los pocos meses en los que había estado interactuando con Li Ping. Ella cumplía su deber por inercia y no resolvía ningún problema real; además, su carácter era extremadamente arrogante y no aceptaba las sugerencias de los demás. Si una persona así seguía estando a cargo del trabajo de video, solo traería obstáculos más grandes al trabajo y perturbaría la entrada en la vida de los hermanos y hermanas. Sabía que debía informar a los líderes sobre los problemas de Li Ping, pero luego pensé en cómo ella había estado tomándome de punto durante esa época. Si volvía a informar sobre sus problemas y ella se enteraba, ¿quién sabe cómo me atormentaría? Además, todos podían ver los problemas de Li Ping y las otras hermanas no le habían hecho ninguna sugerencia, así que pensé que sería mejor que dejara de involucrarme. Además, Yang Min era la supervisora del trabajo de video y había sido ella la que había promovido a Li Ping por su cuenta. Si escribía una carta para informar sobre los problemas de Li Ping, cuando Yang Min la leyera, ¿trataría el asunto con justicia? ¿Acaso me despedirían y dirían que soy arrogante y vanidosa, y que siempre buscaba defectos en los demás para perturbar el trabajo de video? ¿Qué pasaría si me echaban de la iglesia? ¿No arruinaría eso mi vida como creyente en Dios? Hasta me consolaba a mí misma pensando que los líderes se encargarían de Li Ping cuando descubrieran sus problemas.
De forma inesperada, mis hermanas del grupo empezaron a aislarme y a distanciarse de mí. Hasta Xia Yu, con quien solía interactuar a menudo, se alejó de mí. Por mucho que lo pensaba, no lograba entenderlo y cada día sentía como si una roca me aplastara el corazón y me dificultara la respiración. Muchas veces, lloraba en secreto, sola, y me sentía realmente pésimo e indefensa. Una noche, Xia Yu me contó en secreto que Li Ping había aprovechado que yo estaba fuera en una reunión para hablar despectivamente de mí delante de mis hermanas. También me echó toda la culpa de que el trabajo de video no diera frutos y les pidió a mis hermanos y hermanas que me discernieran. Después de que Li Ping los provocara, todos empezaron a desconfiar de mí. Después de oír las palabras de Xia Yu, no pude encontrar sosiego para mi corazón por mucho tiempo. “Solo por hacerle algunas sugerencias, Li Ping me reprimió y me excluyó. Ahora, hasta está formando una camarilla a mis espaldas para excluirme. ¿Acaso no está simplemente atormentándome? ¡Qué persona tan malvada!”. En ese momento me sentía muy negativa y estaba en un estado absolutamente terrible. Tenía mucho miedo de que, si esto seguía así, realmente me destituirían y expulsarían. Pensé que, en vez de dejar que ella me siguiera atormentando, lo mejor para mí sería renunciar y aceptar otro deber para no tener que enfrentarme más a este entorno. Sin embargo, luego pensé en la resolución que había hecho ante Dios, de que me esforzaría en hacer buenos videos para dar testimonio de Él. “¿Realmente voy a renunciar a este deber?”. No estaba dispuesta a aceptarlo. Hacer eso le causaría demasiado daño a Dios y no mostraría ninguna lealtad hacia Él de mi parte. Me sentía muy perdida y no sabía cómo experimentar este entorno. Sumida en el dolor y la desesperanza, oré a Dios para que me guiara a entender la verdad y a buscar una senda de práctica.
En mayo de 2015, la casa de Dios publicó los arreglos del trabajo sobre cómo discernir a los anticristos y a los falsos líderes. Cuando leí esto y lo comparé con el comportamiento de Li Ping, me di cuenta de que era una falsa obrera y que estaba transitando la senda de los anticristos. Leí las palabras de Dios: “Todos vosotros decís que tenéis consideración por la carga de Dios y defenderéis el testimonio de la iglesia, pero ¿quién de vosotros ha considerado realmente la carga de Dios? Hazte esta pregunta: ¿Eres alguien que ha mostrado consideración por Su carga? ¿Puedes tú practicar la justicia por Él? ¿Puedes levantarte y hablar por Mí? ¿Puedes poner firmemente en práctica la verdad? ¿Eres lo bastante valiente para luchar contra todos los hechos de Satanás? ¿Serías capaz de dejar de lado tus sentimientos y dejar a Satanás al descubierto por causa de Mi verdad? ¿Puedes permitir que Mis intenciones se satisfagan en ti? ¿Has ofrecido tu corazón en el momento más crucial? ¿Eres alguien que sigue Mi voluntad? Hazte estas preguntas y piensa en ellas a menudo” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios. Declaraciones de Cristo en el principio, Capítulo 13). Además, en “Los diez decretos administrativos que el pueblo escogido de Dios debe obedecer en la Era del Reino”, Dios dice: “Haz todo lo que sea beneficioso para la obra de Dios y nada que vaya en detrimento de los intereses de la misma. Defiende el nombre, el testimonio y la obra de Dios” (La Palabra, Vol. I. La aparición y obra de Dios). Después de leer las palabras de Dios, entendí que proteger el trabajo y los intereses de la iglesia es lo que Dios nos exige y una responsabilidad que todo creyente en Dios debe cumplir. Durante este tiempo, vi que Li Ping no hacía ningún trabajo real y, además, oprimía y atormentaba a las personas y tenía una humanidad malévola. Tenía miedo de que me atormentaran y destituyeran, así que nunca me atreví a exponer sus problemas ni informar de ellos y tampoco a enfrentarme a las fuerzas de la oscuridad. ¿De qué forma era yo alguien que tenía consideración con la carga de Dios? No protegía en lo más mínimo lo relacionado con el trabajo ni los intereses de la iglesia y solo pensaba en mis propios intereses. ¡Era demasiado egoísta! Ahora, la casa de Dios había publicado los arreglos del trabajo para que discerniéramos a los anticristos y a los falsos líderes. La intención de Dios estaba detrás de esto, y también era Dios dándome una oportunidad para practicar la verdad. Ya no podía seguir dejando que las fuerzas de la oscuridad me limitaran. Así que oré a Dios: “Dios mío, la represión de Li Ping ha hecho que me sienta pésimo constantemente. Está claro que he discernido a Li Ping, pero no me atrevo a exponer sus problemas ni a informar de ellos. Soy demasiado cobarde y no tengo ni el más mínimo sentido de la rectitud. ¡Estoy haciendo que me aborrezcas! Ahora, la casa de Dios nos pide que discernamos y denunciemos a los anticristos y a los falsos líderes. Sé que Tu intención está detrás de esto y estoy dispuesta a confiar en Ti para practicar la verdad y no dejar que las fuerzas de la oscuridad me sigan limitando”. Después de orar, me sentí más tranquila y con la determinación de practicar la verdad.
Un día, la hermana Zhuo Yue, que estaba a cargo del trabajo de Li Ping, me pidió que fuera a una reunión. Estaba muy emocionada y sentí que esta era una oportunidad que Dios había preparado para mí. Tenía que informar de los problemas de Li Ping. Antes de que pudiera siquiera abrir la boca, Zhou Yue nos preguntó: “¿Cómo es Li Ping como líder del equipo de video?”. Hablé sobre el desempeño de Li Ping. Me pidió que lo escribiera todo y también les pidió a los miembros del equipo que escribieran sus evaluaciones sobre ella. En ese momento, estaba tan emocionada que casi me echo a llorar. Sentí que Dios había escuchado mis oraciones y me había abierto una salida. De forma aún más inesperada, después de que las hermanas del equipo leyeran los principios relevantes sobre cómo discernir a los falsos líderes y anticristos, ellas también se dieron cuenta de que había algo mal con Li Ping. Más tarde, compartimos y discernimos juntas, y escribimos sobre el desempeño de Li Ping, sobre cómo no hacía trabajo real y trastornaba y perturbaba el trabajo de video, y se lo entregamos a los líderes. Poco tiempo después, los líderes superiores destituyeron a Li Ping tras investigar y verificar la situación. Al poco tiempo, también destituyeron a Yang Min. Todas estábamos muy emocionadas y alabamos a Dios desde lo más profundo del corazón por ser tan justo.
Después, la hermana Ye Xin se hizo cargo del trabajo de video. Solía hablarnos sobre ideas de producción y nos animaba a compartir, dialogar y hablar con libertad sobre lo que pensábamos. A veces dábamos opiniones distintas y, siempre que fueran adecuadas, ella las aceptaba encantada. Sentíamos que cumplir nuestro deber de esa manera era relajante y liberador, y yo estaba especialmente feliz de que los resultados que estábamos obteniendo en la producción de videos fueran cada vez mejores. Después, solía pensar en cómo había discernido con mucha antelación que Li Ping no era una persona adecuada para encargarse del trabajo de video, pero no me había atrevido a informar de sus problemas. ¿Qué carácter corrupto me había estado atando? Más tarde, leí las palabras de Dios: “Cuando surgen toda clase de personas malvadas e incrédulos y desempeñan diversos roles como diablos y satanases, van en contra de los arreglos del trabajo y hacen algo enteramente diferente, mienten y engañan a la casa de Dios; cuando ves que trastornan y perturban la obra de Dios, hacen cosas que avergüenzan Su nombre y manchan Su casa, la iglesia, no haces más que enfadarte, pero eres incapaz de plantarte para defender la justicia, desenmascarar a las personas malvadas, respaldar la obra de la iglesia, abordar y encargarte de las personas malvadas e impedir que perturben la obra de la iglesia y manchen la casa de Dios, la iglesia. Al no hacer nada de eso, no logras dar testimonio. […] Entonces, ¿cuál es la raíz de vuestra incapacidad para manejar y abordar a las personas malvadas? ¿Acaso es porque tu humanidad es cobarde, timorata y temerosa por naturaleza? Esa no es la causa principal ni la esencia del problema. La esencia es que las personas no le son leales a Dios, se protegen a sí mismas, su seguridad personal, su reputación, su estatus y su vía de escape. Su deslealtad se pone de manifiesto en la manera en la que siempre se resguardan a sí mismas, se esconden como una tortuga en su caparazón cada vez que afrontan algo y esperan hasta que pase antes de volver a sacar la cabeza. Da igual con qué se encuentren, siempre caminan sobre brasas calientes, tienen mucha ansiedad, preocupación y aprensión, y son incapaces de alzarse y defender la obra de la iglesia. ¿Cuál es el problema? ¿Acaso no es la falta de fe? No tienes auténtica fe en Dios, no crees que sea soberano sobre todas las cosas y tampoco que tu vida, tu todo, se encuentre en Sus manos. No crees lo que Él asegura: ‘Sin el permiso de Dios, Satanás no se atreve a tocar ni un pelo de tu cuerpo’. Confías en tus propios ojos y juzgas los hechos, emites juicios sobre la base de tus propios cálculos y te proteges a ti mismo en todo momento. No estás convencido de que el porvenir de una persona está en manos de Dios; tienes miedo de Satanás, te asustan las personas y las fuerzas malvadas. ¿No es eso una falta de fe genuina en Dios? (Sí). ¿Por qué no existe la verdadera fe en Dios? ¿Acaso es porque las experiencias de la gente son demasiado superficiales y no puede desentrañar tales aspectos o porque aquello que comprende acerca de la verdad es muy limitado? ¿Cuál es la razón? ¿Tiene algo que ver con las actitudes corruptas de la gente? ¿Se debe a que es extremadamente falsa? (Sí). Por mucho que experimente, por numerosos que sean los hechos que le pongan delante, no cree que esta sea la obra de Dios o que el porvenir de una persona esté en Sus manos. Ese es un aspecto. Otra cuestión capital es que la gente se preocupa demasiado de sí misma. No está dispuesta a pagar ningún precio ni a realizar ningún sacrificio por Dios, por Su obra, por los intereses de la casa de Dios, por Su nombre ni por Su gloria. No está dispuesta a hacer nada que involucre siquiera el menor peligro. ¡Se preocupa demasiado de sí misma! Debido a su miedo a la muerte, a la humillación o a que la atrapen las personas malvadas y verse en algún tipo de apuro, la gente se esfuerza mucho por preservar su propia carne y evitar involucrarse en situaciones peligrosas. Por una parte, semejante conducta evidencia la excesiva malicia de las personas, mientras que, por otra, revela su deseo de autopreservación y su egoísmo. No quieres entregarte a Dios y, cuando aseguras estar dispuesto a gastarte por Él, solo se trata de un anhelo. En lo que respecta a ofrecerse de verdad y dar testimonio de Dios, luchar contra Satanás y enfrentarse al peligro, a la muerte y a diversas dificultades y penurias de manera sincera, ya no estás dispuesto. Tu pequeño deseo se desmorona y, primero, te empeñas al máximo en protegerte a ti mismo y, luego, realizas algo de trabajo superficial que te toca hacer y que es visible para todo el mundo. La mente de una persona sigue siendo más ágil que la de una máquina. Sabe cómo adaptarse, cuándo se encuentra en alguna situación, sabe qué acciones contribuyen a sus propios intereses y cuáles no, y aplica con rapidez todos los métodos que se encuentran a su disposición. Por consiguiente, cada vez que afrontas ciertos asuntos, tu escasa confianza en Dios no puede mantenerse firme. […] Independientemente de cuántos asuntos enfrentes, no logras cumplir con tu lealtad y tu responsabilidad por medio de tu fe en Dios. Por eso, al final no ganas nada. En cada circunstancia que Dios ha instrumentado para ti y en aquellas oportunidades en las que has batallado contra Satanás, siempre has elegido retirarte y escapar. No has seguido la trayectoria indicada por Dios o la que te ha fijado para que experimentes. Así que, en mitad de esta batalla, te pierdes la verdad, el entendimiento y las experiencias que deberías haber obtenido” (La Palabra, Vol. VI. Sobre la búsqueda de la verdad. Cómo perseguir la verdad (19)). Después de leer las palabras de Dios, sentí que me atravesaban el corazón. Yo era una de esas personas egoístas y falsas que Dios había expuesto. No creía que Dios es soberano sobre todas las cosas. Cuando una persona malvada perturbó el trabajo de la iglesia, yo solo pensé en mis intereses personales y no mostré ninguna lealtad a Dios. Veía con claridad que Li Ping guiaba el trabajo de video de una forma que vulneraba los principios. Además, era arrogante, vanidosa, y se aferraba a sus propias ideas. Nunca aceptaba sugerencias razonables de los hermanos y hermanas, reprendía constantemente a los demás desde una posición de superioridad y los hacía sentirse limitados. Había retrasado seriamente el progreso del trabajo de producción de videos. Yo podía ver sus problemas, pero tenía miedo de ofenderla y que me atacara y excluyera, así que no me atrevía a exponerlos. Dios permitió que me sobreviniera este entorno. Su intención era que aprendiera a discernir y que, cuando una persona malvada trastornara y perturbara el trabajo de la iglesia, yo pudiera practicar la verdad y hacer frente a esa persona para exponerla y detenerla. Sin embargo, aunque había disfrutado del riego y la provisión de muchísimas de las palabras de Dios, cuando vi a una persona malvada perturbar el trabajo de la iglesia, me escondí en mi caparazón y solo pensé en protegerme. Aunque quería informar a los líderes de los problemas de Li Ping, me preocupaba que, si Yang Min interceptaba la carta de denuncia o si Li Ping se enteraba, me atormentara con aún mayor severidad o hasta me expulsara de la iglesia. Entonces, se extinguirían por completo mis esperanzas de ser salva por medio de la fe en Dios. Cuando lo pensaba, todo me daba miedo y me llenaba dudas. Estas conductas mías no se debían solo a que era cobarde, pusilánime o temerosa, sino a que mi naturaleza era demasiado egoísta y falsa. ¡Me protegía demasiado! Tenía miedo de que me atormentaran y expulsaran, así que solo buscaba salvar mi propio pellejo y hacía la vista gorda. Hasta pensaba: “Ya le he mencionado sus problemas, pero no lo aceptó. He hecho todo lo que podía. Mejor espero a que los líderes se den cuenta y se encarguen de ella. Así podré protegerme de que esta persona malvada me atormente”. En realidad, Li Ping no hacía trabajo real, reprendía desde una posición de superioridad y oprimía a los hermanos y hermanas. Yo jamás expuse estas acciones malvadas y no me atrevía a denunciarlas a los líderes superiores, por lo que el problema no se había resuelto en absoluto. ¿Cómo era capaz de decir que había hecho todo lo que podía? Había seguido filosofías satánicas para los asuntos mundanos, como “Cada hombre para sí mismo, y sálvese quien pueda” y “El sensato se protege nada más que para no equivocarse”, por lo que vivía de una manera especialmente egoísta, escurridiza y falsa. Me mantuve a un lado y miré con los ojos bien abiertos mientras Li Ping perturbó el trabajo de video durante más de seis meses. No protegí el trabajo de la iglesia en el momento crítico y hasta me protegí a mí misma al tolerar que una persona malvada siguiera perjudicando y perturbando el trabajo de la iglesia. No tenía la más mínima lealtad a Dios y cometí una grave transgresión. Cuando reflexioné sobre todas estas cosas, sentí mucho remordimiento. Sentí vergüenza de enfrentar a Dios y solo pude llorar por la culpa y el remordimiento. Ya no quería seguir viviendo según las filosofías satánicas para los asuntos mundanos.
Después, leí un pasaje de las palabras de Dios: “¿Cuál es la actitud que las personas deben tener en términos de cómo tratar a un líder o a un obrero? Si lo que un líder o un obrero hacen está bien y en consonancia con la verdad, puedes obedecerlos; si lo que hacen está mal y no concuerda con la verdad, no debes obedecerlos y puedes exponerlos, oponerte a ellos y plantear una opinión distinta. Si ellos son incapaces de llevar a cabo obra real o cometen actos malvados que causen una perturbación en la obra de la iglesia, y se revelan como falsos líderes, falsos obreros o anticristos, entonces puedes discernir sobre ellos, exponerlos y denunciarlos. Sin embargo, algunos de los escogidos de Dios no comprenden la verdad y son particularmente cobardes; temen que los repriman y atormenten falsos líderes y anticristos, así que no se atreven a defender los principios. Dicen: ‘Si el líder me saca a patadas, estoy acabado; si hace que todos me expongan o me abandonen, ya no podré creer en Dios. Si me expulsan de la iglesia, Dios no me querrá y no me salvará. ¿Y no habrá sido mi fe para nada?’. ¿No es ridículo ese pensamiento? ¿Tienen esas personas verdadera fe en Dios? ¿Un falso líder o un anticristo representarían a Dios cuando te expulsan? Cuando un falso líder o anticristo te atormenta y expulsa, esto es el trabajo de Satanás, y no tiene nada que ver con Dios; cuando echan o expulsan a las personas de la iglesia, esto solo se ajusta a las intenciones de Dios cuando hay una decisión conjunta entre la iglesia y el pueblo escogido de Dios, y cuando echarlas o expulsarlas se ajusta totalmente a los arreglos del trabajo de la casa de Dios y a los principios-verdad de las palabras de Dios. ¿Cómo es posible que el ser expulsado por un falso líder o anticristo signifique que no puedas ser salvado? Esta es la persecución de Satanás y el anticristo, y no significa que Dios no vaya a salvarte. Depende de Dios que puedas ser salvado o no. Ningún ser humano está capacitado para decidir si puede salvarte Dios. Debes tener esto claro. Tratar la expulsión por parte de un falso líder o anticristo del mismo modo que la expulsión por parte de Dios, ¿acaso no es malinterpretar a Dios? Lo es. Y esto no es solo malinterpretar a Dios, sino también rebelarse contra Él. También es una especie de blasfemia contra Dios. ¿Y no es ignorante y necio malinterpretar a Dios de esta manera? Cuando un falso líder o anticristo te expulsa, ¿por qué no buscas la verdad? ¿Por qué no buscas a alguien que entienda la verdad para obtener algo de discernimiento? ¿Y por qué no lo denuncias ante los superiores? Esto demuestra que no crees que la verdad impere en la casa de Dios, demuestra que no tienes verdadera fe en Dios, que no eres una persona que crea sinceramente en Dios. Si confías en la omnipotencia de Dios, ¿por qué temes la represalia de un falso líder o un anticristo? ¿Pueden ellos decidir tu porvenir? Si sabes discernir y detectas que sus actos no concuerdan con la verdad, ¿por qué no hablas con el pueblo escogido de Dios que comprende la verdad? Si tienes boca, ¿por qué no te atreves a hablar? ¿Por qué tienes tanto miedo a un falso líder o un anticristo? Esto demuestra que eres un cobarde, un inútil, un lacayo de Satanás” (La Palabra, Vol. IV. Desenmascarar a los anticristos. Punto 3: Excluyen y atacan a quienes persiguen la verdad). Las palabras de Dios me permitieron entender que había otra razón por la que siempre vacilaba y no me atrevía a informar de los problemas de Li Ping. Era porque no tenía fe en Dios y no creía que Él es soberano sobre todas las cosas. Daba demasiada importancia al estatus de los líderes y obreros y pensaba que los líderes, obreros y supervisores decidían si yo podía seguir cumpliendo mis deberes y recibir la salvación. Por eso, cuando vi a la supervisora y a la líder de equipo perturbar el trabajo de video, hice la vista gorda e intenté protegerme con cautela. Tenía miedo de que, si los ofendía, me pusieran las cosas difíciles, me atormentaran y destituyeran. Cuando Li Ping me reprimía, sentía mucha presión por dentro y tenía que soportarlo en silencio cada día, pero, aun así, no me atrevía a informar de sus problemas. Temía que Li Ping y Yang Min me buscaran los defectos, me atormentaran y me expulsaran, lo que me impediría ser salva. Era como si tuvieran en sus manos que yo continuara cumpliendo mi deber, así como mi futuro y mi porvenir. De hecho, aunque realmente me hubieran destituido y expulsado, podría haber buscado a hermanos y hermanas que entendieran la verdad para compartir con ellos e informar y exponer sus acciones malvadas ante los líderes superiores. Seguramente, la casa de Dios lo habría gestionado de forma justa. Sin embargo, aunque no me habían destituido ni expulsado, yo ya estaba completamente aterrada y no me atrevía a hablar ni a informar de sus problemas. No tenía ninguna fe real en Dios. ¿Acaso no era lo que Dios llama una cobarde, una buena para nada y una lacaya de Satanás? Dios ha hablado con mucha claridad de los principios para tratar con los líderes y obreros. Cuando los líderes y obreros actúan de forma correcta y conforme a la verdad, debo estar de acuerdo y aceptarlo; si hacen cosas que no están de acuerdo con la verdad y que vulneran los principios, podemos compartir y señalarlo, lo que es una forma de ayudarlos. Si los líderes y obreros no lo aceptan y no paran de perturbar el trabajo de la iglesia y de reprimir a las personas, debemos exponer sus acciones malvadas de acuerdo con las palabras de Dios. También podemos informar de ellos a los líderes superiores hasta que se resuelva el problema. Esta es la responsabilidad que debemos cumplir. Antes, yo creía que, cuando los líderes o supervisores hacían sugerencias o nos podaban, debíamos aceptarlas como si vinieran de Dios y someternos, tanto si fueran correctas como si no, y que pareceríamos arrogantes e irrazonables si no las aceptábamos e intentábamos rebatirlas. ¡Vi que mi entendimiento había sido completamente ridículo! Dios nunca ha dicho que obedecer a los líderes o supervisores sea someterse a la verdad. Dios nos dice que veamos y tratemos a las personas y a las cosas de acuerdo con Sus palabras. Solo esto está de acuerdo con la verdad. Cuando uno insiste en los principios-verdad, puede que los anticristos y las personas malvadas lo repriman, lo atormenten y hasta lo expulsen, pero esto no significa que la iglesia lo haya expulsado o Dios lo haya descartado ni que uno no tenga la oportunidad de obtener la salvación. Cuando los anticristos y las personas malvadas hacen el mal, tarde o temprano serán revelados y se lidiará con ellos. Además, la iglesia promueve o destituye a las personas en función de su conducta sistemática, y la decisión se toma tras una evaluación exhaustiva de las opiniones de la mayoría de los hermanos y hermanas. No es algo que decida un solo líder u obrero. La casa de Dios actúa según los principios-verdad. Oí por parte de la supervisora, la hermana Ye Xin, que Li Ping había estado tratando de destituirme constantemente. Sin embargo, al realizar la investigación en sí, descubrieron, entre otros problemas, que lo que Li Ping decía no era cierto y que no estaba haciendo trabajo real. Vi que en la casa de Dios reinan la verdad y la justicia. Esto me hizo experimentar que los anticristos o las personas malvadas no pueden hacerme nada sin el permiso de Dios. Había creído en Dios durante muchos años, pero no veía a las personas ni las cosas según las palabras de Dios y no actuaba conforme a los principios. Cuando las fuerzas malignas perturbaban el trabajo de la iglesia y hacían daño a mis hermanos y hermanas, yo no practicaba la verdad para proteger el trabajo de la iglesia. En cambio, toleraba que los falsos líderes cometieran acciones malvadas y perjudicaran la casa de Dios. ¿Acaso no estaba actuando como cómplice de Satanás? Si no me arrepentía, en última instancia, Dios me descartaría. Esto lo decidiría el carácter justo de Dios. Mientras reflexionaba sobre estas experiencias, llegué a entender el esmerado cuidado de Dios al disponer estos entornos. Realmente beneficiaron mucho mi entrada en la vida y mi corazón se llenó de gratitud hacia Dios. También me sentí culpable y en deuda por las transgresiones que había cometido al no practicar la verdad. Oré en silencio a Dios: “Dios mío, gracias por los entornos que has dispuesto para mí. Antes, me perdí muchas oportunidades para practicar la verdad. Estoy dispuesta a arrepentirme y a buscar ser una persona con sentido de la rectitud, que practique la verdad y proteja el trabajo de la iglesia”.
Más tarde, leí un pasaje de las palabras de Dios y me sentí profundamente conmovida. Dios Todopoderoso dice: “Una vez que la verdad se haya convertido en vida en ti, cuando observes a alguien que es blasfemo hacia Dios, no es temeroso de Él, y es superficial al cumplir con su deber, o que trastorna y perturba el trabajo de la iglesia, responderás de acuerdo con los principios-verdad, y serás capaz de identificarlos y exponerlos cuando sea necesario. […] Si eres alguien que cree realmente en Dios, entonces, aunque aún no hayas obtenido la verdad y vida, al menos hablarás y actuarás desde el lado de Dios; al menos no te quedarás impasible cuando veas que los intereses de la casa de Dios están comprometidos. Cuando tengas el impulso de hacer la vista gorda, te sentirás culpable, a disgusto, y te dirás a ti mismo: ‘No puedo quedarme aquí sentado sin hacer nada, debo levantarme y decir algo, debo asumir la responsabilidad, debo desenmascarar este mal comportamiento, debo detenerlo para que los intereses de la casa de Dios no se vean perjudicados, y la vida de iglesia no se vea perturbada’. Si la verdad se ha convertido en tu vida, entonces no solo tendrás este valor y esta determinación y serás capaz de comprender el asunto del todo, sino que también cumplirás con la responsabilidad que te corresponde en la obra de Dios y en los intereses de Su casa, con lo que cumplirás con tu deber” (La Palabra, Vol. III. Discursos de Cristo de los últimos días. Tercera parte). Las palabras de Dios me permitieron entender que el corazón de una persona que realmente persigue la verdad está orientado hacia Dios. Cuando le suceden cosas, puede ponerse del lado de Dios y del lado de la verdad. Cuando ve que hay personas que trastornan y perturban el trabajo de la iglesia, no lo ignora, sino que pone a un lado sus propios intereses y actúa conforme a los principios para proteger el trabajo de la iglesia. En cuanto a las cosas que perjudican los intereses de la iglesia, puede practicar la verdad para exponerlas y detenerlas. Tiene valentía para luchar contra las fuerzas malignas y puede cumplir con sus responsabilidades para proteger los intereses de la iglesia. Estas personas son las únicas personas que persiguen la verdad y tienen conciencia y razón. En mi interior, me advertí que, si volvía a percibir a líderes y obreros falsos en la iglesia que no hicieran trabajo real o personas que hicieran cosas que vulneraban los principios y perjudicaban el trabajo de la iglesia, no sería una persona complaciente que solo tratara protegerse a sí misma. En cambio, señalaría sus problemas y, si no los aceptaban, debía tener sentido de la rectitud para informar de ello a los líderes superiores hasta que se resolvieran los problemas. Solo así habría cumplido con mi responsabilidad. En una ocasión, oí de casualidad que Li Ping también había reprimido a otra hermana de la iglesia. Tras enterarme de que Li Ping había reprimido a esa hermana, vi que el carácter corrupto de Li Ping no había cambiado en absoluto pese a creer en Dios durante muchos años y que reprimía y atormentaba a cualquiera que afectara sus intereses. Además, tiene una humanidad malévola, odia la verdad y tiene un carácter de anticristo muy grave. Si alguien así permaneciera en la iglesia, solo perturbaría el trabajo y haría daño a sus hermanos y hermanas. Por lo tanto, presenté un informe detallado a los líderes sobre el comportamiento de Li Ping de reprimir y atormentar a las personas y sobre la realidad de sus acciones malvadas. Esperaba que la trataran según los principios. Poco después, los líderes me respondieron y dijeron que Li Ping había sido detenida por la policía. Aunque la habían puesto en libertad, aún seguía bajo vigilancia policial. Ya habían recopilado pruebas de las acciones malvadas de Li Ping y la tratarían de acuerdo con los principios. Cuando leí la respuesta de los líderes, me sentí muy tranquila. A partir de entonces, cada vez que veía a líderes u obreros que hacían cosas inapropiadas o que vulneraban los principios, ya no era pusilánime ni obedecía a ciegas. En cambio, se los comentaba de acuerdo con las palabras de Dios.
Aunque tuve que pasar por algunas dificultades al experimentar que una persona malvada me atormentara y reprimiera, gané cierto discernimiento sobre la esencia de odiar la verdad que tienen los anticristos y las personas malvadas. También vi realmente que Dios controla todas las cosas y que mi futuro y mi porvenir también están en Sus manos. También experimenté realmente que la verdad reina en la casa de Dios y que se tratará con justicia a todas las personalidades negativas que hacen el mal y perturban el trabajo de la iglesia. Que haya podido alcanzar estos logros y entendimientos se debe a las palabras de Dios. ¡Gracias a Dios!